Me gusta todo el cine. También las películas malas. Entre estas, hay dos categorías fundamentales: las que son conscientes de su condición y las que no. La noche de 12 años (Álvaro Brechner) pertenece al segundo grupo. Cuenta la historia de los 12 años de cautiverio que sufrieron desde 1973 tres presos políticos uruguayos, guerrilleros tupamaros, entre ellos José Mujica, que en 2010 se convertiría en presidente de Uruguay. La película yerra en el guión, pues desaprovecha explicar el contexto en que se producen los hechos para centrarse fundamentalmente en las penurias de los presos en las cárceles por dónde van pasando. Narra unos sucesos terribles y es luminosa con momentos de humor burlesco. El tema es gravísimo y usa la técnica del videoclip con una versión del Sound of Silence de Simon & Garfunkel en modo espiritual negro que no se entiende qué tiene que ver con José Mujica, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández, el Ñato. El público saludó a dos de los actores del filme, Antonio de la Torre y Chino Darín, productoras y director con una prolongada ovación al final de la proyección. La noche de 12 años se presentó mundialmente en el festival de Venecia hace dos semanas y también fue ovacionada.

La presencia de Ryan Gosling en San Sebastián, por su papel de Neil Armstrong en First Man (Damien Chazelle), es la que más expectación ha levantado de la presente edición del festival. Gosling compartió mesa con la actriz Claire Foy, que da vida en la película a la mujer de Armstrong, Janet, fallecida justamente este año. El oscarizado actor canadiense de La la land, de los más interesante del cine norteamericano actual, se mostró en la comparecencia con ese mismo gesto irónico, distante e irresistible que muestra en muchas de sus interpretaciones. "Nunca he tenido tanta ayuda en una película en lo que se refiere al acceso a la investigación como en esta", comenzó diciendo. "También tuvimos acceso a su familia y amigos, el legado de Neil y su mujer era importante para todos. Ha sido una gran oportunidad, pero aún una mayor responsabilidad, pues la historia de Neil es extraordinaria y merece la pena el homenaje que le hace la película". Preguntado por las claves de su personaje respondió que "Armstrong era un hombre con muchas capas, para muchas personas que trabajaban con él era difícil de captarlo, de descubrirlo, intentamos quitarle esas capas, descubrir el hombre detrás del mito".

La prensa coincide que película es la menos intensa de Damian Chazelle, tras Whiplash (2014) y La la land (2016). El actor no quiso mojarse sobre la posible relación entre el filme y el momento político actual, pero dio veracidad a ese momento del guión en que Armstrong lanza un objeto, clave en el desenlace del filme, sobre la superficie lunar. "A los astronautas se les permitía traer y llevar objetos", explicó, "así que tanto Damien Chazelle como el guionista, Josh Singer, decidieron que era una posibilidad razonable que Neil hubiera llevado consigo ese objeto tan importante para él". Gosling concluyó sus palabras refiriéndose a los astronautas reales que conoció durante el proceso de creación del personaje: "Estos astronautas dicen que casi tan importante como el entrenamiento físico fue el proceso de revelación personal. De hecho, algunos han dicho que querían explorar la luna, pero en el proceso descubrieron la Tierra".

Descacharrante es un adjetivo que puede definir bien la nueva propuesta de José Luis Cuerda, Tiempo después. Llevaba años lamentándose el veterano director manchego porque el modelo del cine español de mayor presupuesto, donde mandan las televisiones privadas, le impedía rodar una película. Por fin le llegó el turno. Tiempo después es, según el mismo ha declarado, su última película. Es un filme que sigue el camino de la mítica Amanece que no es poco (1989), con una sucesión constante de situaciones y diálogos absurdos, en ocasiones desternillantes. Se sitúa en el año 9177, "milenio arriba, milenio abajo", en un mundo posapocalíptico dividido entre los parados, que malviven en un bosque, y los ricos, que habitan en un único edificio que es un calco de la obra maestra de la arquitectura Torres Blancas, de Saénz de Oiza, en Madrid. Lo demás es desierto.

Espíritu libre

El elenco es amplio y contundente, liderado por Roberto Álamo y Blanca Suárez. Participan, en papeles o cameos, un porrón de actores y actrices, entre los que destacan Carlos Areces, Joaquín Reyes, Manolo Solo, Gabino Diego, Nerea Camacho, Arturo Valls, César Sarachu, Saturnino García y Antonio de la Torre. La canción de la película está compuesta por Joaquín Sabina. La duda es cómo funcionará en taquilla esta nueva reflexión sobre España y los españoles que es Tiempo después. O si el público de 2018 está preparado para entender una película que bebe del espíritu libre y transgresor de los 80 en España.