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Entrevista | Eduardo Bautista

"El talento musical canario ha crecido pese a la distancia, sin estímulo ni apoyo"

"Cuando fui a tocar a Madrid en 1964 y vi todo aquello, pensé que tampoco habían inventado la pólvora", afirma

Eduardo 'Teddy' Bautista, en una imagen de archivo. la provincia/dlp

Recibe hoy en La Laguna el Premio de Honor en la segunda edición de los Premios Canarios de la Música. Un galardón que viene a reconocer sus roles de productor, compositor, gestor y artista, y pionero en la escena rock insular.

La verdad es que son tantos años al pie del cañón que me ha tocado hacer de todo. Es un reconocimiento entrañable que no solo se agradece, sino que obliga a uno a comprometerse también. Soy canario, soy músico, y si la Asociación Profesional de Compositores me distingue con este premio, me está mandando también un mensaje de ayudarles, comprometerme también con sus proyectos e intereses en fomentar la difusión de la música hecha en el Archipiélago.

Los premios nacieron con la voluntad de hacer visibles a los protagonistas de la música que se hace en Canarias. Desde la distancia, ¿qué valoración puede hacer de cómo han cambiado las cosas en todos los frentes desde que usted despuntó al frente de Canarios? ¿Qué percepción tiene de la música que se cocina en el Archipiélago?

Por un lado, tengo vínculos familiares muy estrechos. Mis hermanos, mis tíos viven aquí, mi familia, y eso siempre es una motivación en la conciencia para tomarme estas cosas con cierta responsabilidad. Pero hay algo más; lo que he visto en los últimos tiempos es un crecimiento exponencial del talento, a pesar de la distancia y de que no hay un marco de estímulo o de apoyo, por decirlo de alguna manera, no existe el cuidado del yacimiento. Tengo dos o tres amigos que me mandan regularmente discos de lo que se hace en las Islas, estoy al tanto de los vídeos que se suben a Youtube, y con cosas muy interesantes, como lo que le visto hacer a Mestisay, por ejemplo, con su Vereda Tropical, un invento fantástico que acerca las dos orillas, porque hay una parte de nuestra personalidad que viene en el viaje de vuelta de América.

Según el jurado de estos premios, Los Canarios marcaron un antes y un después en la historia del rock y del pop español. Para las nuevas generaciones, en su gran mayoría, todo empezó con la movida madrileña, y ha tenido que ser un director como Quentin Tarantino quien ponga su mirada en una banda coetánea a Los Canarios, como Los Bravos, cuyo Bring a Little Lovin figura en la banda sonora de su nueva película Once Upon a Time in Hollywood.

Como productor estuve muy integrado tanto en los movimientos periféricos como en los urbanos. Lo periférico es lo que hacían Cucharada, Topo, Leño,..., y la movida era el centro urbano, pero también estuve produciendo a Nacha Pop, que eran unos de los exponentes sofisticados y depurados de la movida madrileña. Para mi, que fui a tocar a la sala Imperator en Madrid en 1964 y toqué en el mismo sitio que grupos como The Diamond Boys, de Albert Hammond, que su hijo Albert Hammond Jr. es uno de los guitarras de The Strokes, con Los Pekenikes, y otros, en un viaje que me regaló mi padre por haber aprobado el preuniversitario, cuando llegué a Madrid y vi todo aquello, pensé que tampoco habían inventado la pólvora. Mi grupo favorito de entonces eran Los Apaches, de Tenerife. Era el grupo cuando era estudiante. Hicieron un par de discos increíbles y fui de Gran Canaria a Tenerife para verlos. En todas estas décadas he visto como han ido apareciendo movimientos musicales, y desde luego, la movida ni ha sido ni el primero ni el mejor de ellos.

Nombraba a Los Bravos porque el productor Alan Milhaud también lo fue de Canarios, caso del hit Get on your Knees, e incluso Bring a Litle Loving se grabó en los mismos estudios Landsdowne en Londres, donde estuvo usted. No sería descabellado que Tarantino se fijara también en Canarios.

[Risas] Me dijeron que había un tema de Los Canarios. Él pidió a su director musical una serie de discos y le mandaron algunos. El tema que finalmente eligió de Los Bravos no es de ellos sino de un grupo australiano buenísimo, The Easybeats, que tuvieron un éxito impresionante en los años sesenta.

¿Qué disco de Canarios le llegó a Tarantino? ¿Hay posibilidad, según los datos que maneja, que se incluya algun tema suyo en futuras películas, si las hubiera?

Lo que se por la compañía discográfica es que había un disco nuestro entre los que seleccionaron, que era Free Yourself, y todavía queda la esperanza de que si en algún momento Tarantino hace otra cosa elija la canción.

En octubre del pasado año rompió el silencio que había mantenido desde 2011, cuando salió de la SGAE, y tras su imputación en el caso Saga, pendiente de juicio, y decidió presentarse de nuevo a un proceso electoral en la sociedad de gestión, sin que finalmente tuviera el respaldo de los socios.

Confieso que me presenté a las elecciones en la SGAE porque me lo propusieron los compañeros que, ante las cosas que veían en la sociedad, me dijeron que yo era la persona que podría aunar voluntades, me ofrecí como hombre puente y facilitador de los diálogos que fueran necesarios, sin imposiciones, entre las distintas posiciones opuestas, y poco a poco ir achicando las distancias. En eso soy un experto porque tuve que curtirme en miles de peleas en ese sentido. Pero, cuando llegó ese momento de las últimas elecciones a la SGAE, los mismos compañeros que me lo pidieron luego no me votaron. Con lo cual, entendí perfectamente que había una cierta frivolidad en eso, y desde luego no tengo ningún interés en volver a enfrascarme en esa pelea.

De cara al proceso judicial en el que está implicado, la llamada operación Saga, por presunta apropiación indebida en los años que estuvo al frente de la entidad -1995 a 2011-, y en el que el fiscal pide siete años de prisión, usted ha reiterado publicamente que mientras no haya una condena en firme, su honradez está intacta.

No todos los periodistas lo plantean así. Hablo desde lo que es la convicción del inocente. Yo no me levanto por las mañanas con la cabeza pesada, y tengo mi conciencia no solamente muy tranquila sino que además estoy seguro de que cuando llegue el momento, la sala que tenga que juzgar los hechos tendrá que ver en perspectiva todo, absolutamente todo el conjunto de datos, no solamente unos pocos. En cualquier caso, lo que es insoportable es tener que esperar diez años para resolver todo esto. Eso me parece que hace que la justicia pierda mucha credibilidad y eficacia. Yo espere casi ocho años, el tiempo que estuve sin abrir la boca, respetando escrupulosamente, por decirlo así, el proceso con todas sus diligencias. Y es que llego a un momento en mi vida en el que dije que había dado pruebas de mi buena voluntad y sometimiento a la justicia con sus tiempos, pero no puedo poner mi vida al servicio de los retrasos y de las carencias que tiene el sistema.

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