La Escuela Luján Pérez, en la celebración del Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo, rinde reconocimiento a las creadoras que han dejado una profunda huella en la sociedad encontrando, en muchas ocasiones, dificultades para formarse, propagar su trabajo, así como de obtener reconocimiento. Alrededor de 36 artistas, profesores, alumnas y alumnos, en diferentes disciplinas plásticas, se han implicado en esta muestra colectiva que tiene presente la igualdad como un horizonte alcanzable desde el arte.

Las obras pictóricas, escultóricas y plásticas se inspiran en creadoras canarias como: Pino Ojeda, Jane Millares, Lola Massieu , Belén Morales, Yolanda Graziani, Rufina Santana y otras de prestigio mundial como es el caso de: Barbara Hepworth, Louise Bourgeois, Frida Kahlo, Sonia Delaunay, Maruja Mallo, Camille Claudel, Ana Mendieta, Amelia Peláez, Agnès Varda, entre otras. 

«La Historia del Arte ha sido escrita por personas que, imbuidas por una mentalidad patriarcal, han tenido casi siempre como protagonistas a personajes masculinos, ignorando nada menos que a la mitad de la población mundial, que quedó silenciada en sus páginas, aunque muchas veces oculta bajo pseudónimos, o bajo los nombres de varones para los cuales trabajaron en silencio», sentencia el comunicado de la institución artística.

«En el siglo XXI ya no podemos permitir tal injusticia». Por ello, la Escuela Luján Pérez destaca que desde su fundación en 1918 notables mujeres mostraron un gran interés por el arte y su aportación fue decisiva. Por los años cincuenta, visita la Escuela Luján Pérez Nina Kandinsky. Esta escena quedó fijada en el tiempo por un documento gráfico donde Nina Kandinsky se ve arropada por un grupo de eminentes mujeres artistas, entre ellas están: Lola Massieu, Jane Millares y Pino Ojeda. «La mujer es la creadora y no el modelo o la inspiración. Aportando un aire nuevo, renovando el tratamiento del color, así como los temas compositivos. Se expresan con libertad y sin ataduras», recalca en el texto.     

Las mujeres como creadoras

La Escuela recalca que la figura femenina ha ocupado desde tiempos inmemorables un puesto de gran relevancia en el mundo del arte y la cultura, en la mayoría de las ocasiones, ligado a su esencia dependiendo de la perspectiva de autores masculinos; de esta forma, las mujeres han sido y son fuente de inspiración y son descritas o retratadas como mártires, pecadoras, seductoras, fuertes, idealizadas y hasta malvadas. Bajo el prisma y la visión del hombre, las mujeres han sido una de las fuentes de inspiración más relevantes, pero salvo raras excepciones, se les negó la oportunidad de expresarse a través de sus propios trabajos, expresan.

«Lo cierto es que siempre ha habido grandes mujeres artistas, pero no han sido reconocidas como tales y ni mucho menos valoradas por la posteridad. No es noticia que muchas pinturas y obras literarias realizadas por mujeres fueron atribuidas a varones. ¿Por qué? Ahí entramos en el campo del reconocimiento y la igualdad entre géneros y que tanta lucha costó a las sufragistas en su momento para obtener el reconocimiento y el derecho al voto de la mujer». En ocasiones, al certificar que la autora de la obra era una mujer, bajaba el valor económico y simbólico de la obra. 

Fue durante la primera mitad del siglo XX cuando las mujeres se aproximaron al mundo de las vanguardias artísticas. Las limitaciones que habían sufrido a lo largo de toda la historia parecían estar superadas; ya tienen acceso libre a las escuelas de pintura, pueden participar en exposiciones y concursos, pero los prejuicios continúan instalados en la sociedad, ya que las escuelas de arte seguían gestionadas por hombres, los críticos reconocidos fueron hombres y los jurados de los concursos también, explican. 

Arte y feminismo

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Fue en los años sesenta, donde se empiezan a realizar estudios que van sacando de la sombra a artistas de todos los tiempos, algunas de las cuales, habían gozado de gran éxito en su época, y demostrando la extraordinaria calidad de los trabajos de muchas de ellas, cuyas obras eran a veces atribuidas a sus padres o maestros también artistas y, por supuesto, varones. «La Escuela de Arte Luján Pérez siempre fue un oasis creativo para la mujer, donde al cruzar sus puertas, daban rienda suelta a su creatividad y opinión, sin temer a ser juzgadas en sus trabajos por el simple mero hecho de ser mujeres».  

La mujer y el arte gozan de reconocimiento y fortaleza, y son miles de artistas que llenan los museos, exposiciones y galerías de arte. «Decimos sin temor a equivocarnos que, hoy en día el arte, no se valora por el género del artista, sino por la calidad de su obra, y que la riqueza artística de la que gozamos en la actualidad es debida a la igualdad y democratización del arte. El arte en femenino aporta pensamientos, matices y desarrollos artísticos que enriquecen más que nunca la cultura de nuestra sociedad».