Verdi vuelve a conquistar el escenario de la 55º temporada de la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria con un título que con esta ocasión, por complicado y costoso, solo se ha hecho tres veces: Ernani. La complejidad vocal y orquestal de la producción necesita de "un cuarteto principal que ha de ser el mejor", afirmó el director general y artístico Ulises Jaén para enfrentar una obra que somete a los cantantes a afinar los sentidos mientras dan vida a un relato de pasión y honor que enfrenta a los Habsburgos y a los duques de Aragón el martes 24, el jueves 26 y el sábado 28 de mayo a las 20.00 horas en el Teatro Pérez Galdós.
Estrenada en Venecia en 1844, la producción llegó a la capital grancanaria en 1861 cuando el periódico literario El Omnibus dio una crítica en el extinto teatro Cairasco de Figueroa. Si bien en aquella ocasión las alabanzas no fueron muchas, ahora el elenco principal que estuvo presente en la rueda de prensa rebosa prestigio internacional, como el tenor Roberto Aronica, el barítono Alessandro Luongo y el bajo Evgeny Stavinsky, quienes debutan por primera vez en la temporada en los papeles de Ernani, Elvira, Don Carlos y Don Ruy Gómez de Silva. La pareja protagonista la completa la soprano Anna Pirozzi junto a los artistas canarios Fernando Campero, Andrea Gens y Gabriel Álvarez. Todo ello con el mantenimiento de la mascarilla para el coro y la ausencia del total de los vientos en la Orquesta con el fin de mantener la seguridad y salud de los profesionales.
«La voz, ¡la emoción!, del teatro no puede ser dada por la televisión u otros sistemas»
Honor y pasión en la voz de Roberto Aronica
La trama, con libreto de Francesco María Piave adaptado del drama de Víctor Hugo, sitúa a Ernani, hijo de un duque asesinado y convertido en forajido, en un debate interno pues bebe los vientos por Elvira, quien está prometida con Silva, un grande de España. Sin embargo, la aparición de Don Carlo, futuro monarca que emula la figura del emperador Carlos V, trastocará los planes y aumentará las traiciones. "Es un personaje de canto heroico que se asemeja en esta primera etapa de Verdi al bel canto de Donizetti, además de ser el más elegante al tener un corazón tan grande que renuncia al amor", destaca el italiano Roberto Aronica que trabajará esa doble vida ufana y gentil de su personaje.
El ritmo vertiginoso de la obra, enmarcada en la transición hacia el romanticismo del compositor, refleja en la composición la alta tensión musical puesto que, de primeras, los cantantes debutan en escena con arias sin apenas calentar la voz y las cabalettas, la tesitura y el fraseo han de ir al unísono con la orquesta y, especialmente, los vientos, indicó el maestro y director del Teatro de la Zarzuela Guillermo García. "La música es de una belleza y dificultad desarmante, pero extremadamente gratificante", dijo el futuro Don Carlo, y los agudos sobre agudos han de contar con una extrema agilidad, apostilló Pirozzi. En cuanto a la escenografía, a cargo de Carlo Antonio de Lucia, se refirió al "respeto" con el que asume el papel con la convicción de no "encorsetar" a los cantantes con "sus idea de personaje, sino que se expresen libremente".
Bajo la pluma del escritor Víctor Hugo, se alzan los rosetones góticos y el escudo de la casa, el cual contempla Aronica tras una trayectoria internacional que en estos últimos 30 años lo han llevado al Teatro Pérez Galdós. Coincide con García Calvo en destacar el prestigio de la ópera capitalina, "que no tiene que compararse con el Metropolitan o Viena, más con los artistas y directores que han venido". Todavía recuerda la primera vez que escuchó en vivo la magia de la ópera después de escuchar a los grandes como Alfredo Kraus en las grabaciones que lo acompañaban, pero tiene clara una cosa: "Me gusta el teatro en el teatro, ya que la voz, la música, ¡la emoción!, no puede ser dada por la televisión u otros sistemas", como su Ernani, que volverá a atraer al público ávido por una historia inolvidable.