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Literatura

Ángel Martín: "Ser egoísta significa que tú quieres estar bien"

El escritor presenta 'Por si las voces vuelven', acerca del brote psiquiátrico que sufrió, en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria

Ángel Martín llega a la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria mañana para presentar su libro 'Por si las voces vuelven'. GERMAN CABALLERO

Ángel Martín era conocido en televisión por su humor ácido, su sagacidad y la seriedad que confirmaba la línea fina de sus labios que no cedían a la risa. Ahora, el contexto es totalmente diferente. Después de sufrir un brote psicótico que lo mantuvo en un hospital psiquiátrico durante diez días no sabía a dónde acudir ni qué relato le podía servir para agarrarse como un clavo ardiente a persistir en la vida contra su voluntad. De ahí, de esa necesidad, nació Por si las voces vuelven, un relato que cuenta sin paliativos su proceso de pérdida y reconstrucción, el cual presenta en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria el miércoles 25 a las 18.00 horas.

Acaba de publicar el informativo matinal que hace para ahorrar tiempo. ¿Qué pasa cuando ahorramos en palabras?

No considero que ahorrar en palabras sea malo si sabes elegirlas bien. El problema es que, generalmente, no nos cuesta tanto contar cómo estamos sino encontrar a alguien a quien poder contárselo sin tener la sensación de que nos van a juzgar o a poner una etiqueta extraña, que es lo que suele pasar. Últimamente, tengo la sensación de que la gente considera lo difícil que es hablar sobre salud mental y el problema creo que está en que no hay quien escuche. Por tanto, empiezo a tener la sospecha de que tenemos mucha tendencia a no contar cómo estamos porque nos cuesta encontrar con quien compartirlo.

¿Y cómo cree que nos estamos transformando a nivel social?

No le presto atención a la sociedad. Es delicado. Hay mucha gente que intenta echar los balones fuera diciendo que no hay suficientes herramientas o que no estamos preparados, pero luego a nivel individual no son coherentes con su discurso. Conozco a este tipo de personas, pero cuando llega a casa y le pregunta a los suyos 'cómo estáis' y la otra persona le dice 'he tenido un mal día', en vez de sentarse a escuchar y tratar de echar un cable, lo que responde es 'yo también he tenido un mal día, no me calientes la cabeza con tus cosas'. Entonces, me parece un poco hipócrita. Presto atención a lo que hace cada uno y a mi entorno, en general, hay modas que desaparecen.

"Esa especie de inconsciencia o falta de apuro en mi cabeza hace que la gente de alguna manera a nivel privado se abra un poco más contigo"

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James Rhodes en su momento hizo público su relato sobre la pederastia y ahora usted lo hace sobre el brote psicótico. ¿De qué forma lo recibe el público?

Creo que la gente se da cuenta que a mí me da absolutamente igual lo que piensen los demás sobre mí y sobre mi historia. La sensación es que he tenido la posibilidad de contar lo que yo he vivido sin preocuparme de las consecuencias. Esa especie de inconsciencia o falta de apuro en mi cabeza hace que la gente de alguna manera a nivel privado se abra un poco más contigo, por ejemplo, en la firma de libros o en los mensajes que recibo. Esto tiene que ver con que cuando te encuentras con quien ha estado en los mismos lugares que tú podéis hablar de la misma forma y de lo mismo sabiendo que te van a entender, lo cual crea una especie de burbuja de seguridad donde puedes charlar tranquilamente y saber que si tengo algo que te pueda servir, te lo diré, pero si no, te escucho.

En su faceta como humorista, ¿le sirvió el humor para pasar por el proceso?

En mi caso, no utilizo el humor como una herramienta para hablar de lo que me ocurrió. De hecho, cuando sales del hospital el humor no existe, no está en tu catálogo de emociones. No pongo más humor en el hecho de haber pasado por el psiquiátrico que cuando paro a poner gasolina y tengo un imprevisto. No utilizo el humor para reforzar algo. Simplemente, en mi genética el humor está ahí, no se acrecienta para hechos dramáticos. No sé si habrá gente que cuando tiene una gran tragedia trata de sentarse dónde está el lado en el que están las bromas, sino que por inercia surge esta actitud.

Cuando su pareja, la actriz Eva Fernández, dio la voz de alarma, ¿no se dio cuenta usted mismo?

No eres consciente en ningún momento de lo que está sucediendo porque es normal. No estás haciendo nada que no tenga sentido. Podría haberme puesto a hacer una cafetera sin agua y hubiera pensado que saldría. Yo me quedé tirado con el coche al creer que la gasolina era placebo y en ningún momento pensé que era raro no ponerla y que, por ello, sucedía algo raro. Para ti, todo lo que haces y lo que sucede es normal. Simplemente, has descifrado el universo y estás actuando en base a las reglas que has descubierto. Así que es gente ajena la que se tiene que dar cuenta de que estás actuando de forma que no es coherente con el mundo. Mientras estás en un brote psicótico jamás te das cuenta de los sinsentido.

"La gente ajena se tiene que dar cuenta de que estás actuando de forma que no es coherente con el mundo"

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En varias entrevistas ha comentado que no está yendo al psicólogo, ¿cree que es un mensaje contraproducente para quien esté pasando por el proceso, teniendo en cuenta su alcance mediático?

Estoy hablando de mi experiencia, así que sería mentir si dijera lo contrario. Da la sensación que has de decir lo que socialmente está bien visto, pero alterar tu verdad por que tu escaparate sea un poco más grande me parecería extraño.

Estará mañana en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, así que, cuando decidió contar su experiencia casi como un diario, ¿qué le aportó la escritura?

Lo hice porque surgió la posibilidad de escribir el libro que yo no encontré cuando más necesitaba. Cuando salí del hospital lo hice sin ningún tipo de perspectiva de volver a vivir, como aquel que dice que sales y, de repente, nada tiene sentido: no sabes quién eres, no sabes dónde estás y lo único que te apetece es quedarte en un rincón a ver cómo todo se apaga. Busqué desesperadamente un testimonio que hubiera pasado por lo mismo y usar lo que esa persona hubiera aprendido... Sí que había sobre la química del cerebro que te explicaba el mecanismo, pero esto no me servía para responder a la urgencia de remontar. Luego, escribirlo fue terapéutico y duro en ocasiones, volver a aquellos tiempos y profundizar al máximo para explicar lo que es, cómo te sientes, a qué cosas me acogí, viajar de forma consciente a lugares donde no has estado bien siempre es agotador. En mi cabeza no lo planteaba como una biografía de aquellos tiempos sino que tenía la premisa de ser un manual de instrucciones sobre lo que había hecho para salir adelante, sobre todo, que fuera rápido y claro de entender, ya que si lo lee alguien que está en el momento más oscuro del mundo no puedes enredarte con palabrería. Necesitas escribir con la sensación de que al abrir el libro, voy a cogerte y hacer todo lo posible para no soltarte debido a que sé lo agotador que es mantener la atención. Así que, si te sirve este libro de algo, lo celebraré eternamente.

"Cuando sales del hospital no sabes quién eres, ni dónde estás y lo único que te apetece es quedarte en un rincón a ver cómo todo se apaga"

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Tal vez no es lo mismo una intervención física que lo que ha pasado usted.

Al final, cada uno tiene sus puntos de inflexión. Cosas que para uno no son nada, para otra son marcadores. Es complicado saber los puntos de inflexión de cada uno, por ejemplo, tengo familiares que han pasado por operaciones físicas graves y va directamente relacionado con la mente. No van por separado cuerpo y mente. Tener una operación de corazón te conecta directamente con tu mente, con quién eres, con lo que pasará, qué quieres hacer, si sigues igual, en el momento en el que te enfrentas a cuestiones de vida o muerte la cabeza responde.

¿La promoción le está removiendo al hablar una y otra vez?

Las entrevistas, generalmente, no. Es complicado que una entrevista te remueva cuando suelen ser por teléfono, hay una distancia y la intención de la otra persona es más bien de comunicar más que de charlar, que no lo digo a malas, por ejemplo, nuestra conversación podría ser menos "humana" que en una firma. En ellas, aún me remuevo porque hablas desde lugares comunes y estás conectado emocionalmente al compartirlos al viajar a esos días en los que te encontrabas así.

¿Qué recomienda para seguir adelante? Incluso, para reconstruir tu círculo a nivel de padres, amistades, pareja.

En esta cuestión hay que entender lo siguiente: ahora mismo la prioridad no son los demás, eres tú. Fin de la historia. No tienes que preocuparte sobre los demás, tienes que estar bien tú. Cualquiera que esté en esa situación ha de hacer un ejercicio de egoísmo extremo, no puede perder tiempo por la preocupación de su círculo. En un proceso así cada uno asume las consecuencias y el trabajo a hacer, no tiene más. Lo más urgente es centrarte en estar bien. No tienes que dedicar ni un segundo de tu día a pensar, 'por qué esto ya no me gusta esto', 'si hubiera dicho o hecho aquello', no, tienes que centrarte en lo que sí te genere una emoción positiva. Todo lo demás es lastre. No vale para nada. A cualquiera que esté pasando por algo así le recomendaría que se olvidase de todo salvo aquello que le genere emociones positivas, desde escuchar una canción en bucle a leer un libro, a estar tranquilo paseando o estar sentado, necesitas la calma para estar tranquilo. Lo siento mucho, pero es el momento para ser la persona más egoísta del mundo y, en cuanto lo superes, no vale volver al pasado. Ahora que estás bien, dedica cada segundo de tu vida a afianzarte porque te vas a caer durante el proceso, te vas a sentir bien y luego mal, no lo entenderás, va a ser una montaña rusa muy salvaje, hay que sacar de la ecuación lo que no seas tú y estar bien tú.

Ángel Martín durante la presentación en Valencia de su libro 'Por si las voces vuelven'. GERMAN CABALLERO

El autocuidado es una tarea pendiente.

Nos hacen creer que lo importante son los demás y es mentira. No vas a poder cuidar a nadie si no estás bien tú. Dicen que la palabra egoísmo es terrible, pero no, hay egoísmo mal entendido. Ser egoísta significa que tú quieres estar bien y, en ese momento, lo que decidas integrar en tu vida va a estarlo, ya sea con la gente que te apetezca que están, los sitios donde estés, es decir, seréis felices porque todos estaréis siendo egoístas con vosotros mismos.

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