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Teatro
Alberto San Juan Actor y director de teatro

«He sido poco pudoroso al compartir sentimientos»

El actor interpreta hoy junto al guitarrista Fernando Egozcue el espectáculo 'Amar', a las 20.00 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus | "La ley del 'solo sí es sí' es un avance en derechos humanos"

El actor Alberto San Juan, junto al guitarrista Fernando Egozcue, durante una actuación de ‘Amar’, en imagen de archivo. | | LP/DLP

‘Amar’ trae al Auditorio hoy los versos de Cernuda, Machado, San Juan de la Cruz o Caetano Veloso en la voz del actor Alberto San Juan y las manos del guitarrista Fernando Egozcue. El intérprete divaga sobre el verbo y las incongruencias, sobre todo cuando actúa en un día marcado en la agenda feminista. Entre bastidores, recomienda ‘Calibán y la bruja’, de Silvia Federici, con la palabra crítico que siempre lo ha imbuido.

Amar ha transmutado tanto en estos años como la acción que representa el propio verbo. ¿Cuál es su definición de amar cuando apenas hay tiempo para ello?

Es difícil definir la palabra amar y, sin embargo, amar es el sentido de la vida ante esa pregunta de dónde venimos, a dónde vamos, qué sentido tiene esto. Mi respuesta sería: amar, amar y amar. Y haciendo un esfuerzo por aproximarme a una definición, amar sería lograr un encuentro verdadero con otro ser vivo. Como ves, todo intento es torpe, pero el encuentro verdadero entre dos seres que actúan sin disfraces y movidos por sus pulsiones, sin ningún tipo de deber o norma moral.

Amar, amar amar y ensanchar el alma, como decía el cantante Robe Iniesta.

Ese ensanchar el alma es muy acertado. Al amar algo se multiplica en nosotros, que va más allá de uno mismo, de lo individual nos trascendemos de esa manera, entramos en contacto con el sentido profundo de la vida que tiene que ver con el placer y el placer compartido, con la alegría de existir y de sentirlo físicamente.

Amar es el sentido de la vida ante esa pregunta de dónde venimos, a dónde vamos

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Cuando recita a Lorca, Concha Piquer, a Machado o a Santa Teresa de Jesús, ¿por qué eligió estos fragmentos? ¿Tal vez busca inocular una pulsión de vida a su público en este formato que no ha cambiado con Fernando Egozcue?

El único criterio ha sido hacer lo que más nos gusta, divierte o emociona, escogido entre los fragmentos de los espectáculos que hemos hecho en esta última década. Nuestra voluntad sería que fuera una experiencia de disfrute y donde predomine la alegría. En cuanto al formato, el nuestro es el más histórico y ancestral de los juglares que iban con un instrumento y una voz humana contando historias.

Ha estado entre el cine y el teatro, ¿qué le interesa más?

Sea cual sea el formato y el género, siempre se trata de contar una historia. A veces, hay películas u obras de teatro que se conciben como una forma de tener éxito comercial con el fin de ganar dinero, otras para hacer reír, y todos los motivos me parecen bien. En cualquier caso, siempre se cuenta esa historia, ya sea una de Marvel o una novela de Tolstoi.

Dice un verso de la poeta canaria Tina Suárez Rojas, «¿cuánta devastación cabe en un poema?». ¿En qué le ha ayudado la poesía, o las artes escénicas en sí, a entender mejor su vida?

A mí me ha ayudado mucho a entender un poco más la vida, a ignorar un poco menos, a adquirir recursos para vivir mejor, a ser mejor persona para contribuir a la creación y no a la destrucción, cuestionarme mis contradicciones entre aquello que defiendo y deseo y aquello que hago, que muchas veces no coinciden ni son coherentes. Por un lado, coincido con Juan Mayorga en la capacidad del teatro para cambiar el mundo, pero no del todo. Más bien, el teatro es un lugar importante para cambiar el mundo y, si no lo cambia, sí produce cambios hermosos e importantes en quien acuda.

Ricardo Darín y Andrea Pietra vinieron con la versión teatral de Escenas de la vida conyugal. El amor, base para la estructura social, es tan fructífero como peligroso. ¿Cómo cree que será Amar dentro de otra década, si es que siguen haciéndolo, y cómo lo representarán?

Primero, me encantaría seguir trabajando en el escenario dentro de diez años con Fernando, y otra gente. Veremos qué gana la obra en este atasco en el que se encuentra la especie humana, dado que el sistema de organización social dominante se está comprobando cada día que no sirve para la vida. Creo que el sistema mercantil que nos gobierna genera destrucción, y así lo dice el consenso científico internacional cuando habla del daño que le hacemos al planeta cuando deberíamos de cuidarlo. Es más, no creo en esas formas de amor que pasan por olvidar que el otro es libre y por creer que pueda pertenecer hasta el punto que puedas llegar incluso a matar.

Entiendo que dentro del feminismo haya debate, pero no enfrentamiento bélico

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Va a representar la obra durante el 25N, en un momento en el que se ataca a la ministra Irene Montero. ¿Qué opina?

Pienso que la ley del «solo sí es sí» es un enorme avance en el sentido de la defensa de los derechos humanos. Creo que los furibundos ataques violentos que está sufriendo personalmente la ministra Irene Montero, y la ley, responden a quienes están en contra de la igualdad o la educación sexual en los colegios y aprovechan la ocasión para cargar contra una norma -la cual no sé si hay un artículo que pueda ser mejorable o no- que está concebida no para agravar penas a los violadores sino para aumentar la protección de las mujeres. Cosa que no pasa necesariamente por que los violadores pasen más años en la cárcel, sino que cuando una mujer vaya a una comisaría sea escuchada y se haga un seguimiento real, que existan recursos, casas de acogida, aumentar presupuestos y personal, y educar. Los ataques que recibe son contra el feminismo y la emancipación en general.

La campaña enfoca a los hombres y ese «pacto entre caballeros» que oculta la violencia. ¿Cómo vive la evolución en la amistad de su género?

Dentro de la escena del 15M sucedió el salto cualitativo del movimiento feminista en España y, también, a partir de la manifestación del 8M en 2018. Esto nos ha hecho mejores a todos aquellos que hayamos querido aprovechar la oportunidad. Me ha hecho tomar conciencia de mi machismo y de mi necesidad de cuestionar actitudes que antes no me planteaba. Hablando de amistad entre hombres, antes no se le daba importancia, por ejemplo, a estar comiendo con unos amigos en un restaurante y pasar una mujer atractiva y volvernos todos hacia ella o intentar hacer comentarios discretos que no lo son. Las cosificábamos. Ahora, hay que tener en cuenta a la otra persona, escuchar y ver de verdad, tener mucho cuidado de no ser invasivo a la hora de tomar la iniciativa sexual con la otra persona. Esto es un cambio significativo… Se dice que hay que dar un paso atrás y tiene todo el sentido: cuando el espacio público, profesional, y tantos otros, como la iniciativa sexual, los hemos ocupado mayoritaria e históricamente los hombres es necesario apartarse, no para dejar pasar primero, en plan caballero antiguo, sino a la hora de tomar la palabra.

¿Y en su círculo?

Por mi parte, he sido poco pudoroso a la hora de compartir sentimientos con mujeres y hombres. Yo venía feminizado. Hay muchos hombres que se plantean qué puede haber de tóxico en el rol masculino social al que estamos acostumbrados. Por ejemplo, que se plantean hacer un esfuerzo mayor a la hora de expresar sentimientos, mostrar vulnerabilidad o no competir. Cuando suceden movimientos amplios de signo emancipador, como puede ser el feminismo en este tiempo, sacude la conciencia de mucha gente a la vez que genera una reacción en contra. Hay una parte de la sociedad que quiere retroceder incluso más atrás de este cambio; y me refiero a Vox, a Hazte Oír, a Abogados Cristianos o al PP, que sigue cuestionando el derecho al aborto, la educación sexual en las escuelas y permite colegios que segregan por sexos. La represión sexual ocupa un lugar central en todo esto, ya sea en decir que los hombres y las mujeres son de una manera y no de otra, como si fuera una cuestión natural y no cultural. Los avances ponen en cuestión lo esencial del funcionamiento del poder, el cual necesita que haya una jerarquía social. Propicia la propia vehemencia dentro del propio movimiento feminista con respecto a las dos grandes cuestiones que lo dividen: la prostitución y la cuestión trans. Entiendo que dentro del movimiento haya debate, pero no enfrentamiento bélico cuando delante está Vox o el PP.

Hace este razonamiento cuando también ha estrenado Lectura fácil, la adaptación del libro de Cristina Morales. ¿Cómo ha sido esta aventura?

Maravillosa, sobre todo por el elenco. Así como con el avance feminista descubrí mis costumbres machistas, lo mismo me pasa con mis prejuicios capacitistas: creerme esa ficción a la hora de dividir a los humanos en capaces o incapaces, -dicho con el lenguaje previo a la corrección política, normales o anormales, incluso peor, subnormales-. Hoy se dice normativo o diverso, pero, ¿quién decide qué es lo normal y por qué hay un canon de lo correcto? Utilizando ese lenguaje, en el reparto hay tres intérpretes normativas y cuatro diversas física o intelectualmente, pero después de haber estado seis semanas juntos y haber formado una familia teatral pues me parece es que hay un elenco de siete personas, únicas y diversas entre sí. Te das cuenta que, cuanto mayor sea la diferencia entre unos y otros, más atención hay que poner para comunicarse porque te recuerda que para conversar con una persona no está de más escucharla. Quiero decir, estos tiempos nos van descubriendo que la norma ya la estableció hace unos cuantos cientos de años el hombre blanco heterosexual y con dinero. Todo lo que se aleje de eso está en una categoría subordinada, ya sea mujer, marica, negro, discapaz, o lo que sea. Luego, esas identidades en las que te han oprimido sirven como recurso de emancipación y subviertes el significado del insulto para utilizarlo como palanca. No obstante, es importante tener en mente trascender las identidades y luchar por un mundo sin definición. Estás vivo y punto.

Lorca insiste en la defensa y llamada a la rebelión de todo aquel que esté oprimido

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Con estas dos obras, junto a la representación de Lorca en Nueva York, va rompiendo todas esas burbujas de inmovilidad este año. ¿Con qué se queda del poeta?

Lorca insiste obra tras obra, texto tras texto, en la reivindicación, defensa y llamada a la rebelión de todo aquel que esté oprimido, ya sea el gitano, el judío, el morisco, el negro, el pobre, el marica, las mujeres… Sobre la opresión de las mujeres tiene grandísimas obras, como La casa de Bernarda Alba, Doña Rosita la soltera o Yerma. Pero, en lo que hacemos nosotros con fragmentos de La conferencia y parte de Poeta de Nueva York, dice, literalmente, «vivimos en un sistema económico cruel al que pronto tendremos que cortarle el cuello». La llamada a la rebelión es explícita. La lucha contra el poder. Él tiene palabras muy duras, como en otro texto en el que habla de la necesidad de comer pero de saber, «porque si no sabemos, lo contrario, no saber, es convertirnos en máquinas al servicio del Estado, convertirnos en esclavos de una terrible organización social». No lo mataron accidentalmente… No fue una casualidad.

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