Arte

El Museo Rodin de París renuncia a su sede en Santa Cruz de Tenerife

Los rectores del centro parisino abandonan este proyecto de 16 millones de euros ante las duras críticas recibidas por el sector cultural y académico canario

Recreación infográfica del proyecto en el Parque Viera y Clavijo de Santa Cruz de Tenerife para albergar el Museo Rodin.

Recreación infográfica del proyecto en el Parque Viera y Clavijo de Santa Cruz de Tenerife para albergar el Museo Rodin. / Nora Navarro/Agencias

Nora Navarro/Agencias

El Museo Rodin de París abandona el controvertido proyecto de abrir una sede en Santa Cruz de Tenerife. Los rectores del centro museístico dedicado al célebre escultor francés remitieron ayer su renuncia oficial a este proyecto financiado con 16 millones de euros de dinero público a tenor de las numerosas críticas esgrimidas por una amplia representación de expertos y expertas del sector cultural, artístico y académico de Canarias. Así lo anunciaron en una carta firmada por la directora del Museo Rodin de París, Amélie Simier, dirigida a José Manuel Bermúdez, alcalde de la capital tinerfeña y uno de los defensores principales del proyecto, cuyo equipo de gobierno ordenó ayer la paralización inmediata de su expediente administrativo.

La rescisión del acuerdo se produce un año y tres meses después de la firma en París entre los gestores del legado de Rodin y los responsables del Ayuntamiento santacrucero, que fijó como emplazamiento de la futura instalación una parte -alrededor de la mitad- del Parque Cultural Viera y Clavijo, cuyas obras de rehabilitación darán comienzo este año 2023. «Debemos concluir que actualmente no se dan las condiciones para que la ciudad de Santa Cruz de Tenerife pueda albergar un proyecto museístico internacional», reza el comunicado de París, que destaca a su vez «los valores culturales y patrimoniales» de la ciudad tinerfeña, si bien «somos sensibles a los recientes acontecimientos en su ciudad y a las desafortunadas declaraciones de una parte del sector cultural, académico o político».

La directora del museo parisino lamenta todas las «desafortunadas» críticas al proyecto

Así culmina una sonada polémica con reverberación nacional alrededor de este proyecto millonario que ha confrontado, en esencia, dos perspectivas: a su favor, el referente del «efecto Guggenheim» en Bilbao o el «efecto Picasso» en Málaga en aras de un mayor impacto turístico en la ciudad, así como la identificación de Santa Cruz de Tenerife como «ciudad de la escultura» por la Primera Exposición Internacional de Escultura en la Calle de 1973, impulsada por el Colegio Oficial de Arquitectos; y en contra, la inversión desproporcionada e injustificada de una operación comercial que da la espalda a la realidad, necesidades y demandas del sector cultural del Archipiélago y que, además, se construye en el vacío de un vínculo biográfico, histórico o artístico de Auguste Rodin con Canarias.

«Pérdida de oportunidad»

El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, lamentó ayer la «pérdida de esta oportunidad» y señaló que los grupos de la oposición «no están a la altura de lo que la ciudad y el municipio precisan para planificar su futuro», pues «continuamente tratan de boicotear, uno tras otro, proyectos para la ciudad».

Precisamente, horas antes de que se anunciase esta confirmación oficial, el portavoz del PP y concejal de Sostenibilidad Ambiental y Servicios Públicos, Carlos Tarife, pedía al alcalde que dialogara con el sector cultural y con la ciudadanía, puesto que consideraba que la forma de gestionar este asunto ha sido «discutible» y que los grandes proyectos para la ciudad «no pueden ser unipersonales».

Asimismo, Bermúdez ha recalcado que esta noticia «no paraliza la política inversora» del Ayuntamiento que preside en beneficio de la recuperación del patrimonio y la cultura locales, toda vez que remacha que «la cultura y el patrimonio histórico de la capital deben ser ejes de desarrollo socioeconómico, de generación de oportunidades». Por tal motivo, se comprometería a promover «un proceso de diálogo» con agentes culturales, sociales y económicos para consensuar los posibles usos futuros del Parque Cultural Viera y Clavijo, ahora que el espacio destinado a la sede del Museo Rodin no albergará este proyecto.

Bermúdez señala que los grupos de oposición «no están a la altura de lo que la ciudad precisa

Por su parte, los responsables del espacio cultural parisino lamentan que «el actual cuestionamiento de Rodin como artista universal, el cuestionamiento de la originalidad de sus obras y el cuestionamiento de las motivaciones de una institución pública nacional» como esta «hayan desembocado en esta inevitable decisión que lamentan». Así, el Museo Rodin invita, por último, «a una reflexión local, más allá de ideologías, para la hacer de la cultura compartida por todos un éxito colectivo», enuncian.

Más de 3.000 voces en contra

Por otra parte, las críticas y manifiestos en contra de abrir esta sucursal del Museo Rodin de París en Santa Cruz de Tenerife ha ido sumando cada vez más adhesiones por parte de personalidades destacadas del sector de la cultura y el arte en Canarias.

En concreto, a finales del pasado noviembre se desplegó una campaña de denuncia en redes sociales, que acumula hasta la fecha más de 3.000 firmas de profesionales de las artes y la cultura de renombre nacional e internacional, y que tildan el proyecto de «despilfarro», «incoherencia» y «fantasioso».

«Tal y como se ha señalado repetidamente, esta operación se ha justificado en base a un estudio económico exento de rigor, que ofrece unas estimaciones del retorno económico del museo tan exageradas que resultan fantasiosas. Una estimación más realista y atenta al sector, tendrá que asumir que se tratará de una inversión a fondo perdido y que la institución resultante requerirá de repetidas inversiones para permanecer abierta», recoge un comunicado colectivo.

El pasado 20 de diciembre, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (ULL) también manifestaba su rechazo frontal al proyecto, dado que considera que la iniciativa «perjudica seriamente a la cultura» de la capital tinerfeña y «no beneficia» a la sociedad canaria, por lo que la institución esbozó un llamamiento al Ayuntamiento de la ciudad para la paralización del proyecto, así como una demanda de que la corporación «estudiase la mejor manera de destinar sus fondos a la promoción de la cultura producida en y desde la isla de Tenerife».

Por último, la delegación territorial del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) en Canarias, constituida como una asociación independiente integrada por profesionales dedicados al arte actual en el conjunto de las islas, se agregó a la campaña de protestas en contra del proyecto a través de un comunicado oficial, en el que arguyeron que este proyecto «no responde a la realidad cultural de las islas -marcada por la precariedad, en muchos casos, extrema-, que ha sido azotada por la pandemia y las diferentes crisis económicas, y que en meses venideros estará totalmente ahogada por la continua recesión económica». «Esta falta de recursos para la cultura local imposibilita a las/os profesionales de la cultura desarrollarse dignamente en lo profesional», concluyen.

En conjunto, esta corriente crítica con el proyecto de la sede parisina en Tenerife también ha destacado que sus responsables no han contado en ningún momento con la valoración ni la participación de los agentes vinculados al tejido cultural isleño y, todavía menos, con la ciudadanía canaria, en el proceso de construcción del proyecto.

Valor real de las obras

Según información de acceso público, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife firmó una inversión 16 millones de euros de dinero público destinadas a la adquisición de un total de 83 obras del escultor Auguste Rodin, a los que se añadirían otros 12,5 millones de inversión en obras durante los próximos años.

En esta línea, las críticas a esta apuesta millonaria a largo plazo se escinden en dos aspectos: por un lado, la no originalidad de las obras y, por otro lado, su falta de oportunidades para los artistas de las islas.

La facultad de Bellas Artes de La Laguna y el Instituto de Arte Contemporáneo se mostraron en contra

En el primer aspecto, el inventario de la compra de obras al Museo Rodin de París se traducía en la adquisición de 68 ejemplares de ediciones limitadas en bronce, en pequeño o mediano formato, producidos por el Museo Rodin en fechas muy recientes o aún pendientes de encargo, a lo que se suma un conjunto de ejemplares realizados post mortem por el equipo de la institución parisina a partir de moldes legados por el mismo escultor universal.

En este sentido, el IAC en Canarias critica que estos ejemplares «no tienen ni el mismo valor económico ni la misma relevancia artística que las obras únicas; y, por lo tanto, carecen del especulado atractivo de exclusividad que desde el consistorio tinerfeño se recalca», toda vez que la facultad de Bellas Artes de la ULL señala que, aunque se etiquetaran como «obras originales», estas iban a ser fabricadas por encargo en los próximos meses. «Más de un siglo después de la muerte del artista, lo cual sitúa el proyecto del museo como una transacción comercial con la institución proveedora de dichas esculturas», indican.

A este respecto, el centro parisino hizo hincapié en su comunicado en que el proyecto de su sede en Tenerife sí albergaría espacios dedicados al arte creado en Canarias, así como un centro de interpretación sobre la Primera y Segunda Exposición Internacional de Escultura en la Calle de Santa Cruz de Tenerife.

Sin embargo, desde el IAC volvieron a defender que «las instituciones públicas deben configurar espacios de diálogo con las/os profesionales y poner en valor la historia cultural de Canarias que es rica, de vanguardia y con gran potencial contemporáneo (...). Y en estos momentos de crisis, defender un modelo con riesgo cero que apueste por la sostenibilidad económica y que además prime los valores culturales existentes en la isla y no los foráneos».