'Lectura fácil', un explosivo teatral contra la norma

El Teatro Cuyás programa este fin de semana el montaje ‘Lectura fácil’, adaptación teatral de la novela homónima de Cristina Morales, Premio Nacional de Narrativa 2019

'Lectura fácil', dirigida por Alberto San Juan.

'Lectura fácil', dirigida por Alberto San Juan.

Nora Navarro

Nora Navarro

Lectura fácil, la novela indómita de Cristina Morales, implosiona en la conciencia como la nitroglicerina en contacto con el cuerpo. Su título, que se refiere a ese sistema de escritura pedagógica adaptativa dirigido a personas con discapacidad cognitiva o intelectual, carga contra todas las formas de simplificación y paternalismo, situando su lectura en las antípodas de lo fácil, dinamitando con su escritura afilada los esquemas en que constreñimos lo diferente, lo marginal, lo que no nos detenemos a mirar.

Y por todo esto, cualquier aproximación a Lectura fácil fuera del lenguaje que construye Lectura fácil entraña una aventura de alto riesgo, como ya lo fuera la publicación de este explosivo literario que se alzó con el Premio Herralde de Novela y Premio Nacional de Narrativa en 2019. Pero el actor y director Alberto San Juan asumió el vértigo y la aclamada gira de su adaptación libre al escenario recala este fin de semana en el Teatro Cuyás como uno de los platos fuertes de la temporada. 

Se trata de una versión libre, pero basada en el corazón de la trama literaria, que narra las vicisitudes y estigmas que sufren Nati, Patri, Ángeles y Marga, cuatro chicas con distintos grados de discapacidad intelectual -de lo que se denomina administrativa, médica y mercadotécnicamente como «discapacidad intelectual», aclara siempre Morales-, que comparten un piso en Barcelona tutelado por la Generalitat. 

Una escena de 'Lectura fácil'.

Una escena de 'Lectura fácil'.

Para San Juan, cautivado por la novela de Morales desde el primer capítulo, «Lectura fácil es, al menos en esta versión, un relato sobre el deseo de vivir y las dificultades de llevarlo a cabo en un sistema diseñado contra lo vivo».

Una de las actrices, Pilar Gómez, que interpreta al personaje de Patri en el montaje, giraba con la obra Mundo obrero a las órdenes de San Juan cuando éste le prestó su ejemplar de Lectura fácil. «Me voló la cabeza», confiesa la actriz onubense, quien se embarcó en el proyecto «enamorada de la novela y dispuesta a despojarme de ese respeto inicial que dan sus más de 400 páginas, condensadas en 70 minutos de función». 

«Lectura fácil es, al menos en esta versión, un relato sobre el deseo de vivir y las dificultades de llevarlo a cabo en un sistema diseñado contra lo vivo», declara Alberto San Juan

Precisamente, el reto artístico estribaba en el trasvase del lenguaje de la novela a la escena. «Cómo poner en nuestras bocas esa elevación del texto», cavila Gómez. «Pero luego sucede que el texto se hace cuerpo porque, aunque tenga mucha altura literaria, también le pasa que está muy bien escrito y que los conflictos de los personajes son claros, así que, dentro de su complejidad, te ayudan a entender la profundidad de cada personaje», añade. «Ahora no me podría imaginar a esos personajes sin este cuerpo y este movimiento, porque hemos hecho un gran trabajo de naturalización, donde los personajes se han pegado a esa forma de hablar propuesta por Cristina».

Y es que, a través de los diálogos y de las situaciones que sufren sus personajes, Lectura fácil interpela a esos mecanismos invisibles de control, homogeneización, violencia y exclusión que rigen el sistema democrático capitalista e inhibe cualquier forma de diversidad o confrontación de la norma. Los códigos de sumisión y disciplina, así como la alienación que infligen las terapias conductuales y demás armas de dominación a las protagonistas, conforman una crítica feroz al sistema patriarcal y las relaciones verticales de poder que reprimen a la alteridad y sus libertades.

Una de las premisas de la versión de San Juan es que «el cuerpo es el centro de todo, el lugar de la opresión y el único lugar desde el que es posible emanciparse». Si bien la propia Morales acompañó a San Juan en varias fases del proceso de revisión y adaptación del texto, incluso, en la creación de monólogos que no aparecen en la novela, también asesoró al reparto en la dirección del movimiento junto con su compañía de danza feminista Iniciativa Sexual Femenina. «Nos acompañaron y trabajaron con nosotras durante los ensayos», revela Gómez. 

Este diálogo, en cambio, no se produjo en el caso de la reciente adaptación televisiva de la novela de la mano de Anna R. Costa (Arde Madrid), que se aloja en la plataforma Movistar+ bajo el título Fácil, con Anna Castillo y Natalia de Molina como protagonistas, y que Morales despedazó en una crítica que tituló Nazi por su supuesto blanqueamiento y caricaturización. «En Nazi no se critica al establishment contemporáneo de la discapacidad y la salud mental porque se pretende llegar al gran público democrático», escribió en la revista Rockdelux bajo el seudónimo de Crispina Modales.

La serie 'Fácil', de Anna R. Costa.

La serie 'Fácil', de Anna R. Costa.

En lo que respecta a la versión teatral, Gómez aduce que «Cristina ha vivido el proceso con alegría y, si le ha gustado más o menos el resultado, no nos lo ha dicho (risas), pero sí la vimos ilusionada con el proyecto». A su juicio, la obra de teatro, que a su entrada advierte de que «tiene un lenguaje malsonante y hay una escena de sexo explícito», logra ese equilibrio entre «ironía, crítica y humor» que entrevera la novela. «Yo creo que la versión está muy bien esencializada y, aunque evidentemente se echan de menos aspectos de la novela, la obra también alberga todas sus aristas: incómoda y divertida, tristísima y desconcertante, tierna y, al mismo tiempo, muy provocadora».

'Lectura fácil'.

Otra escena del montaje 'Lectura fácil'.

En consonancia con su afán de visibilización de realidades diversas, el reparto está integrado por cuatro intérpretes con discapacidad: Anna Marchessi -que también forma parte del elenco de la serie-, Desirée Cascales, Marcos Mayo y Pablo Sánchez, que completan Carlota Gaviño y Estefanía de los Santos. «Unos profesionales como la copa de un pino», señala Gómez, quien afirma que esta experiencia, unida a la capacidad transformadora del discurso de Morales, «me ha cambiado la mirada absoluta y radicalmente».

«Creo que el lugar donde colocamos a las personas con discapacidad en nuestro imaginario puede corresponder a un lugar de respeto, pero desde el que no molesten o intervengan mucho», reflexiona. «Pero esta aproximación a Lectura fácil me ha arrancado los prejuicios de encima para entender que esto es una cuestión que va más allá: que existen, son y están, y que se les tiene que escuchar. Y por supuesto he aprendido mucho a no paternalizar y no sentir que somos los que tenemos que ayudar en nada, sino que se trata de compartir en un tú a tú real y verdadero. Eso es un aprendizaje». 

Porque los moldes, comportamiento y preceptos no elegidos para vivir en sociedad «son muy castradores y nos limitan mucho el poder del goce de la vida, como dice el personaje de Nati», concluye la actriz. Así lo manifiesta la autora en el comienzo de la novela: «Ante la omnipresente alegría cívica pueden pasar tres cosas: Una, que no te des cuenta de lo obediente que eres, de modo que nunca te sentirás alienada; dos, te das cuenta de lo obediente que eres pero te da igual. No te sientes alienada, porque justificas la obediencia debida; o tres, te das cuenta de lo obediente que eres. Y no lo soportas».