Risas, nervios, deseos y emoción en la sexta edición del FiestoRon

Las altas temperaturas no frenaron a los amantes del pop-rock en la segunda jornada del FiestoRon. Abanicos en las manos, los ya conocidos gorros de paja de Arehucas y la ilusión de ver de cerca a los ídolos que marcaron la infancia de algunos, y la madurez de otros. 

La apertura comenzó de la mano de Melón Diesel, encargado de hacer saltar a los ahí presentes con su ya conocido «grita». Una actuación que calentó los motores de un segundo día que prometía diversión, risas y buen ambiente. Cinco Estaciones y Coti fueron los siguientes en pisar el escenario improvisado, ubicado en el parquing de tierra de la catedral de Arucas. Sin embargo, la estrella más aclamada fue Melendi. 

Desde Lanzarote hasta Gran Canaria para ver, después de tres intentos fallidos, a su ídolo. Dayron Tavio llegó a la cola del FiestoRon a las doce de la mañana para tener la certeza de que sería el primero en entrar al recinto y situarse en la primera fila para ver al cantautor español. Con nervios e ilusión por cumplir su sueño, este joven de 22 años va perfectamente ataviado con la camiseta del cantante, en la que se puede leer una de las frases de su canción favorita: Un violinista en tu tejado. 

El FiestoRon arranca con una noche de emoción y denuncia bajo las perseidas

«Esa canción fue la primera que escuché de Melendi. La que me pongo en los momentos buenos y no tan buenos», dice Dayron con una inmensa sonrisa. Desde que se enteró que Melendi sería uno de los artistas confirmados para esta edición del FiestoRon, no dudó en comprarse la entrada, arrastrando así a su madre, María, y a sus amigos «de toda la vida». 

Apenas eran las seis de la tarde cuando abrieron las puertas del recinto, y tanto a Dayron como a sus acompañantes les quedaban unas largas horas hasta la puesta en escena de Melendi. Sin embargo, nada borró la sonrisa de sus rostros, conscientes de que estaban a un suspiro de ver como Dayron hacía realidad uno de sus sueños de niño. «Seguramente que mi reacción al verle sea llorar. Pero lo haré de alegría, porque nadie sabe lo que me han acompañado sus canciones. Ojalá pueda conseguir que me firme el disco, esa sería la guinda a un día inolvidable», asegura este conejero. 

Mientras que los asistentes comenzaban a llegar, en una de las zonas de descanso José Ramón apura los últimos preparativos para la salida de Melendi. Con un color amarillo fluorescente, la intención es escribirle, en letras grandes y en negrita, «quiero que me firmes». Es su primer año en el FiestoRon, aunque la edición pasada estuvo en el montaje. Aun así, esta vez es especial, pues su presencia es únicamente para que Melendi le conceda uno de sus deseos y le firme una placa que para él tiene mucho significado. «Vengo con los padres de mi amiga, que es súper fan de Melendi, y voy a intentar que me firme un regalo que le he hecho para su cumpleaños, que es en septiembre», confiesa nervioso. Ella, con responsabilidades laborales en Holanda, no pudo asistir a este concierto, según confiesa José Ramón.

Desde Gran Canaria, Lanzarote o Tenerife. Personalidades de todas las islas se dieron cita en la sexta edición del FiestoRon para disfrutar de un cartel que prometía y cumplió con las expectativas. Bárbara Hernández y Jorge Afonso, llegaron el martes desde Tenerife para disfrutar por segundo año consecutivo de este festival, y aprovechar para volver a visitar los encantos de la isla. 

Melendi fue el artista más aclamado durante la segunda jornada del festival del pop-rock

«Llevamos aquí desde el martes, porque ya que venimos queríamos aprovechar», comenta Jorge con apenas un hilo de voz. La jornada de ayer, según confiesa, la describe en el hecho de que apenas puede hablar de todo lo que gritó y cantó con sus canciones favoritas. «Veníamos sobre todo por ver a Ska-P, aunque tenemos que decir que Mafalda dio la sorpresa». 

Ayer, sin embargo, la intención era vibrar con Melón Diesel y Melendi, aunque tal y como explican, todo el cartel es alucinante. «Esto es otra ideología de música y otra forma de pensar», comenta Bárbara. «Aquí hay muchos rockeros, y el ambiente es inmejorable, así como la organización y los puestos de comida, donde te ofrecen una amplia variedad de comida, ya sea de mejor o peor calidad», confiesa.

Entre un público variado, una vez más la música dejó claro que no hay una edad determinada para volver a conectar y gritar con tus canciones favoritas. Y es que el FiestoRon ha logrado, en su sexta edición, volver a reunir a artistas de gran calado mundial junto a una catedral de Arucas que fue testigo de cómo 25.000 almas vibraban durante dos días.

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