Entrevista | Loured Artista

«Buscamos construir mundos más amables para ayudar al ser humano a comprender su posición ante la vida»

La artista Lourdes Rojas de Echeverría.

La artista Lourdes Rojas de Echeverría. / Alejandro Ramos

Martina Andrés

Martina Andrés

La artista audiovisual Lourdes Rojas de Echevarría (1968), más conocida como Loured, presenta mañana a las 19.00 horas La magua. Más allá de la piel. Aproximaciones a una geometría dada, una colección de fotografías realizadas con técnicas de collage digital que reinterpretan la obra indigenista de Antonio Padrón en la Casa-Museo de Gáldar.

¿Cómo surge la idea de esta exposición?

A lo largo de mi vida he visitado la Casa Museo de Gáldar en varias ocasiones. Hace dos años, hice una visita después de mucho tiempo y recapitulé el tema de que cuando Antonio Padrón murió, estaba pintando La Piedad y había proyectado hacer La Magua. Cuando estuve ahí, decidí indagar un poquito más sobre cómo hubiera sidoe sa magua pintada por Padrón. Empecé a mirar sus cuadros de nuevo, buscando elementos que me ayudaran. Esto me llevó a mirar los fractales, cómo iban cambiando las formas, cuál era el azar que llevaba de una forma a otra. Empecé a estudiar en profundidad, lo que me aportóla base física y de estudio matemático que significa todo el fractal. Luego lo interpreté a mi forma. Yo de ahí entendí una milésima, porque es my denso el tema de los fractales. Empecé a jugar a sacar formas específicas de los cuadros de Antonio y a trabajar sobre ello. Jugando he llegado aquí. Mirando a la materia física, buscando en la construcción de la imagen, en el azar y en cómo se articulaba la forma, la gestión de cómo organizar las emociones. Busqué la imagen de esa posible magua y luego lo que era la palabra en sí, la sustancia que emana de ella, que son una serie de emociones muy particulares, relacionadas con la falta de esperanza, lo que nunca, llega, lo que ya se fue.

¿Qué fue lo que más te atrajo de la obra de Antonio Padrón cuando te empezaste a acercar a ella?

En mi infancia estudié con Felo Monzón en la escuela de Luján Pérez. Ahí conocí el indigenismo por un lado y la abstracción por otro. Encontré que conjugaba parte del indigenismo y lo ancestral, de nuestra cultura canaria, pero al mismo tiempo tenía algunos retazos abstractos. Juega mucho con las sombras, la figuras, lo plano. Todo eso era sustancia que me atraía. El color, la forma que utiliza. 

¿Por qué lo fractal te ayuda a conectar con este concepto de magua?

Lo fractal en sí es un fragmento. Un fragmento que se vislumbra en diferentes dimensiones. Entonces, cuando yo cojo un fragmento de su obra y le doy diferentes dimensiones, comenzó a aparecer una especie de máscara. Entonces, la máscara, me llevó a ver la geometría y la fragmentación. A partir de ahí, empiezo a investigar en profundidad esta forma fragmentada y cómo al repetirla veo su dimensión creciendo o decreciendo. Ahí encontré algo con lo que me gustó jugar visualmente. Y cómo encerraba un contenido histórico. Él lo pintó en un momento dado, yo extraigo ese fragmento de ahí y a partir de su repetición en dimensiones encuentro una forma. Evolucionó la idea y fue una forma diferente de interpretar su universo.

¿Te evoca a ti algo concreto este término, algo que te de magua como artista o como persona? Has explicado que conectaste con Padrón al leer sobre la pérdida de seres queridos del pintor en su infancia… Más allá de la conexión estética que puedas tener con su obra, hay algo puramente sentimental. 

También perdí seres queridos en mi infancia y eso de algún modo marca nuestra mirada. Es un sentimiento poético que creció cargado de recuerdos. Al tocar las raíces, quieras o no, los sentimientos se forman, transforman y van evolucionando en la vida. Y cuando encuentras conexiones, miras atrás y encuentras un hueco que se tenía que conformar de algún modo. Me ha servido un poco para trabajar mi interior, sacar de nuevo esos interrogantes del pasado que quizá no comprendí en su momento. A lo largo de estos dos años de trabajo en esta obra, me he llevado más de una alegría al comprender cosas que antes no entendía. 

¿Por qué decidiste emplear la técnica del collage digital?

En mi base siempre ha estado el collage. Tanto el collage físico, de recortes, como el digital. De hecho, el primer premio que obtuve en un instituto fue un collage que hice una navidad incierta. Siempre me ha acompañado mucho el collage. El collage digital es una técnica con la que trabajo desde hace mucho tiempo. Combino mucho la imagen propia de objetos que fotografío y, a partir de eso, monto mundos, universos, paisajes. En este caso, me venía muy bien porque podía aislar todo lo demás e irme a ese punto de quitar toda la sombra pero dejando ver cierta penumbra. Por lo que iluminaba más toda la forma en sí. Extraía y concretaba más en una forma concreta. Salí de las tres dimensiones y me fui a lo plano, a lo básico, lo específico, a solo ese fragmento iluminado. 

Como artista afincada en Canarias, ¿cómo percibes el panorama artístico en las Islas a día de hoy? ¿Dirías que los artistas se sienten arropados por las instituciones y el público? ¿Qué dirías que falta?

Uf. Es una pregunta compleja. Por un lado, el mundo en Canarias es efervescente. Artísticamente es increíble la cantidad de gente tan potente que hay, haciendo cosas y ejectuando  proyectos tanto dentro como fuera de nuestras Islas. El potencial artístico es impresionante. Adolecemos todavía de lugares dónde exponer. Adolecemos de bases…, aunque se han logrado avances por medio de asociaciones, como AICAV. Tratamos de conformar que políticamente se entiendan nuestras necesidades. En 35 años que llevo entre profesional y artista, se ha avanzado mucho. Las industrias culturales y creativas estamos aquí y ya lo saben. Y hay una parte artística que también se nutre de esa pseudoindustria. Lo cierto es que sí, que hay un poquito más de apoyo, pero falta muchísimo por hacer. A nivel institucional todavía no comprenden que hay formas de vida diferentes y que cada una de ellas tiene su repercusión.

¿Qué falta por entender por parte de las instituciones?

Que lo mismo que la agricultura necesita un tiempo para poner la tierra en barbecho, poner semillas y que unas salgan y otras no, en el arte pasa lo mismo. Nosotros percibimos el mundo, vamos plantando semillas y unas salen más floreadas que otras. Pero nos falta la tierra, la posición económica. Siempre estamos bajo mínimos, haciendo las cosas con mucha falta de presupuesto. Nos piden equipararnos a ser autónomos cuando no tenemos el mismo rendimiento mensual que un autónomo. Hay muchas cosas que quedan por hacer en el mundo de la sociopolítica, que se plantee que la Cultura también es un recurso. Hemos ido subiendo el PIB, como por ejemplo en el audiovisual, donde ha llegado a ser el 3,7%. Sin embargo, en las artes escénicas todavía nos queda mucho. Siempre estamos con mínimos presupuestos que son incompatibles para cumplir con las técnicas que encarecen la producción… Tenemos necesidad de un apoyo institucional que comprenda cómo es este mundo artístico. Le ponen la palabra industria delante pero no se dan cuenta de que somos personas atomizadas, tratando de construir mundos más amables para que el arte también ayude al ser humano a comprender su posición ante la vida.

¿Qué otras carencias detectas?

También está el tema de la movilidad. Si yo quiero llevar esta exposición a otras Islas, es una partida presupuestaria de la que no dispongo. Ni me puedo plantear dar el salto a Península porque entramos con los aranceles del DUA y todo esto, que es un lío. Entiendo que son cosas de las exportaciones e importaciones, pero claro, se nos desorbita. Se nos hace inviable enviar a cualquier otra parte del mundo nuestro arte por nuestra particularidad de ser isleños y nuestra idiosincrasia de coger un avión o un barco. Nos corta mucho las alas el hacer físicamente los traslados de la obra.

¿Qué próximos proyectos tienes en mente tras presentar esta exposición?

Ahora mismo me voy al ensayo porque estamos preparando la obra Donde habita el olvido, que se estrenará el próximo 8 de marzo en el Teatro Cuyás. También, en septiembre, espero poder dar luz a la siguiente exposición que está en otro entorno, pero sigo con el collage en marcha.