Arte

Tras las ‘huellas’ de ocho promesas

El Real Club Victoria acoge una interesante muestra colectiva de seis pintoras y dos fotógrafas canarias cuyo resultado refleja una clara proyección de futuro

Larisa Casanova López, Carmina Garci, Vionescu, Esther Lidia González Clavijo, Elisabet Tejera Montesdeoca, María del Carmen Valiente Umpiérrez, Vesna

Larisa Casanova López, Carmina Garci, Vionescu, Esther Lidia González Clavijo, Elisabet Tejera Montesdeoca, María del Carmen Valiente Umpiérrez, Vesna / Andrés Cruz

La personalidad de ocho artistas canarias de estilos muy diferentes, pero complementarios a su vez, y con una clara proyección de futuro en el panorama insular, se exponen en estos momentos en el hall del Real Club Victoria de Las Palmas de Gran Canaria. Seis pintoras y dos fotógrafas con lenguajes muy diferentes entre sí, pero que juntas muestran un conjunto curiosamente coherente.

La muestra, que lleva el título de Huellas, y que se inauguró el pasado seis de febrero, estará expuesta hasta el próximo seis de marzo, y se puede visitar de lunes a domingo, entre las ocho de la mañana y las 23 horas. La comisaria, profesora y performance Vesna González señala que «he organizado la exposición que mi me gustaría». Y para ello ha reunido a artistas grancanarias, con diferentes trayectorias, pero «que buscan hacerse un hueco» de forma permanente en la escena del arte del Archipiélago. Ellas son las pintoras Larissa Casabone López, Carmina Garci, Vionesku, Esther Lidia González Clavijo, María del Carmen Valiente Umpiérrez y la propia Vesna. Y las fotógrafas Elisabet Tejera Montesdeoca y Celina.

Larissa Casabone López, que ya tiene alguna experiencia con una colectiva en el Club LA PROVINCIA sobre autismo, presenta tres acrílicos sobre lienzo. «Una técnica que uso mucho es imitar la acuarela», señala. «Creando un efecto aguado y de transparencia», añade. «Pero lo que más destaca es la figura femenina con mucha influencia del arte clásico, especialmente de esculturas como las cariátides». Casanova realiza un homenaje a sus estudios de Bellas Artes en Sevilla, ya que allí «todo está muy enfocado en el clásico» y su paso por la Escuela de Arte y Diseño. «He incluido una gama de colores fríos para resaltar el agua y esas esculturas de bronce y frío». 

Carmina Garcí es autora de tres obras muy luminosas, de un toque moderno y radiante, que llaman la atención nada más entrar. «Es un estilo muy cubista», aclara, «pero muy pop porque me gusta que la vida sea espontánea». Tres cuadros que simbolizan desde la tormenta hasta el arco iris de la vida con formas geométricas. 

Diseño

Con una experiencia profesional en el diseño de ilustraciones, Vionesku muestra su gusto por el mundo onírico en cinco cuadros que parten de sueños o pareidolias con muñecas de grandes cabezas y ojos enormes y desproporcionados, «Tengo una vena muy mística», señala. Y en sus cuadros está desde la protagonista del ballet Giselle, hasta novias abandonadas en el cementerio, pasando por otras aún más sombrías. 

Esther Lidia González Clavijo reconoce que, durante la pandemia, empezó con la pintura volcando en el cuadro lo que sentía en ese momento, sus vivencias cotidianas, sin que haya una realidad de referencia. Una primera obra se basa «en el cuerpo humano formado por los huesos, mente y arterias». Pero otra, de tipo más expresionista, representa lo que la mente ve a través de una ventana «mientras se va evadiendo». También incluye una especie de ballena «con ese medio ambiente que se va disgregando entre una zona de mar y otra de pradera «donde todo se va desequilibrando». 

Elisabet Tejera Montesdeoca, tiene una importante experiencia como fotógrafa profesional en Estepona donde realizó multitud de proyectos. Sin embargo, su serie, titulada En mi piel reduce su vida a cuatro fotografías. «Es un resumen de seis años y cuatro mil fotos», aclara. Realmente, ella muestra su experiencia de vivir con vitiligo en imágenes y entre barrotes que muestra la sensación de sentirse «fuera de su tierra» y cita a Francesca Woodman como influencia en unas imágenes que «te dan mucho que pensar, pero en las que no hay ninguna verdad absoluta», y para las que «tienes que tener una mente muy abierta». Esta muestra es para ella, además, un intento de «poder ser reconocida finalmente en mi tierra tras 46 años intentándolo», afirma.

La lanzaroteña Mari Carmen Valiente aporta las fotos más «naturalistas» de toda la muestra con «influencia de Sorolla» y que incluye una rosa, un tulipán o un cisne. Y la fotógrafa Celina incluye imágenes de Las Canteras donde resalta el tono azul con un resultado muy preciosista. Todo concluye con un performance realizada por la propia Vesna a dos manos el día de la inauguración con su estilo de dibujo en forma circular, realizado desde fuera hacia dentro.

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