Música

Una ‘La Bohème’ viva y juvenil refleja el carácter real del primer Puccini

La obra, que se representa los días 12, 14 y 16 de marzo, a las 20.00 horas, en el teatro Pérez Galdós, es una coproducción de ACO con el Teatro Verdi de Triesti 

El elenco de ‘La Bohème’, ayer, sobre el escenario del teatro Pérez Galdós.

El elenco de ‘La Bohème’, ayer, sobre el escenario del teatro Pérez Galdós. / LP / DLP

Una La Bohème «viva y juvenil» recuperará el carácter real del primer Puccini en la coproducción entre ACO y el Teatro Verdi de Triesti que se representará los días 12, 14 y 16 de marzo, a las 20.00 horas, en el Teatro Pérez Galdós, como segundo título dentro de la 57ª Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria-Alfredo Kraus. Así lo señaló el director musical José Miguel Pérez Sierra, en una presentación a la que asistió el elenco del montaje además del director artístico Ulises Jaén y el director de la Fundación Auditorio Teatro Tilman Kuttenkeuler. 

Nada más comenzar, Ulises Jaén quiso dedicar unas palabras al actor Elu Arroyo, por su fallecimiento justo la noche anterior, y recordó las múltiples ocasiones que había trabajado con Amigos Canarios de la Ópera. Precisamente, Arroyo tenía previsto interpretar el papel Parpignol, al que sustituye Francisco Navarro que ya lo ha interpretado en 118 ocasiones.

La Bohème es el segundo título de Puccini esta temporada, que como también recordó Jaén está dedicado al centenario del fallecimiento del compositor italiano. Intervienen la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, y su coro infantil, dirigido por Marcela Garrón, además del Coro del Festival que dirige Olga Santana.

Pérez Sierra no busca sorprender con esta adaptación, «ya que se ha dicho todo a nivel musical, aunque le gustaría que fuese mucho más «viva» de lo que en ocasiones la obra se representa. En su opinión, la ópera del compositor italiano «tiende a hacerse demasiado lánguida», ya que la mayoría de los directores se dejan llevar por el desenlace dramático del tercer acto, algo que ha querido evitar. «En La Bohème, Puccini todavía es joven, como lo era en Manon Lescaut, no ha entrado aún de lleno en la ópera del siglo XX como con Tosca o Madama Butterfly; es verismo, pero también es melodrama», afirmó. 

Ecléctico

Por eso mismo considera que lo que el autor realmente refleja «es una historia juvenil» Pérez Sierra, que interviene en su quinta producción en este teatro, con títulos muy diferentes del repertorio que demuestran «mi visión ecléctica de la ópera» y que es director artístico del Teatro de la Zarzuela, recordó que hay un cambio drástico en los tres actos.

En el primer acto, que es cuando llega Mimí a la buhardilla de Rodolfo, «todos sabemos que va a morir incluso antes del tercer acto», pero se fatiga por la escalera y es una sombra de ella dentro de ese encuentro amoroso, «una Mimí con cara de enferma, pero que luego se recupera y termina como una chica normal». Este acto es realmente un fresco de la convivencia entre estos cuatro bohemios, «unos jóvenes muy intelectuales que tienen conversaciones de un nivel altísimo, pero que bromean continuamente entre ellos».

Fiesta

El segundo acto es «una auténtica fiesta», la mayor de toda la obra de Puccini, con esa aparición maravillosa de Musetta con los niños y la banda y que además «la convierten en una de las óperas más perfectas en la historia por el equilibrio». Pero de ahí pasamos a uno de los mayores dramas con la muerte y el desencanto de la juventud sobre lo que es la vida que sucede en el último acto.

Peréz Sierra subrayó, por tanto, que se trate de una ópera de contrastes, una obra poliédrica, de unos jóvenes que quieren comerse el mundo «pero que luego la vida no corresponde con lo que ellos se esperaban», aseguró. 

La Bohème se ambienta en 1830 en París, donde un grupo de jóvenes artistas comparten vivienda. La obra se centra en el amor que viven una modista llamada Mimí y el poeta Rodolfo. Surgen desavenencias entre ellos y Rodolfo la abandona, pero ella está muy enferma, y vuelve a su lado poco antes de que muera. Por su realismo, para todo el mundo «La Bohème es una ópera que, desde que empezamos a estudiar música, nos apasiona», añadió.

Un instante de la presentación con Jaén, Chacón-Cruz y Pavone

Un instante de la presentación con Jaén, Chacón-Cruz y Pavone / LP / DLP

La soprano Claudia Pavone, quien interviene en el papel de Mimí, sostuvo que este título «es fiel a la partitura de Puccini, algo que no es habitual en la actualidad», aclaró. «He interpretado La Bohème bastantes veces y, cuando la adaptación no es fiel a la partitura original, me siento incómoda», añadió. «Ser fiel, como en este caso, es un privilegio», según la soprano, quien ha destacado que siente una gran cercanía al personaje que interpreta, «se emociona con las pequeñas cosas, lo que hace que me sienta cercana y facilita mi aproximación a él».

El tenor Arturo Chacón-Cruz, que interpreta a Rodolfo, también resalta la fidelidad a la partitura, algo que aprecia especialmente. En su opinión, enfrentarse a La Bohème requiere madurez y cierta experiencia profesional, no es una obra para jóvenes intérpretes.

El tenor destacó la importancia de ser capaz de trasmitir al público una vida entera en las tres horas que dura el espectáculo. «Hay que olvidarse del pasado, vivir en ese momento en el escenario y dar algo real, a pesar de que La Bohème es una ópera muy conocida».

El director de escena, Carlo Antonio de Lucia destacó que se tratase de una coproducción con Triesti que «realza esa capacidad de expansión de la temporada de Las Palmas». Y añadió que «mi estilo es muy clásico y no va a cambiar» por lo que se trata de una versión respetuosa con los que ha escrito Puccini y lo que aparece en la partitura. En este sentido Ulises Jaén subrayó que se trata de una Bohème «perfecta donde todo está hecho y sucede lo que tiene que suceder». Finalmente, José Miguel Pérez Sierra subrayó que hay que adaptar el tempo de la música a los cantantes, al teatro y al resto de elementos que varían de una vez a otra y «es cuestión de tener técnica en la dirección musical» con lo que entonces puede lograrse. «Muchas veces los directores se equivocan con este concepto, ya que confunden la velocidad de la música con las sensaciones».

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