Fotografía | Asiria Álvarez Fotógrafa, diseñadora y activista

«Las mujeres tenemos por fin un altavoz potente y eso les da miedo»

"La fotografía es una herramienta de transformación social muy potente, manifiesta la fotógrafa y artista grancanaria

La fotógrafa Asiria Álvarez en uno de sus autorretratos más recientes.

La fotógrafa Asiria Álvarez en uno de sus autorretratos más recientes. / Asiria Álvarez

Nora Navarro

Nora Navarro

Asiria Álvarez (Gran Canaria 1992), fotógrafa, diseñadora gráfica y activista feminista, fusiona todas estas vertientes en el taller que imparte este mes en CCA Gran Canaria-Centro de Cultura Audiovisual, en Schamann, orientado a fomentar el pensamiento crítico a través de la creación artística bajo la consigna de que la fotografía es un proceso artístico, pero también un posicionamiento político.

El taller que imparte en CCA Gran Canaria-Centro de Cultura Audiovisual en Schamann se titula La fotografía como herramienta de cambio social. ¿La mirada, dónde y cómo colocas la cámara, es también un posicionamiento político?

Por supuesto, igual que en los medios de comunicación el qué y cómo comunican es una forma de hacer política, la cámara también es una herramienta comunicativa con la que te posicionas, así que, dependiendo de lo que encuadres y de lo que enmarques, esa fotografía va a tener un discurso y no otro. Y por eso mismo, la fotografía es una herramienta de transformación social muy potente.

Justo esta semana cruza el ecuador del taller. ¿Cómo se enseña a mirar?

Primero hemos empezado por conocer y contextualizar a diferentes fotógrafas de todo el mundo, desde la década de los 20 del pasado siglo en adelante, porque hay muchísimas referentes que han sido silenciadas y que todavía hoy son tremendamente desconocidas, tanto fotógrafas como fotoperiodistas o autorretratistas. Casi nadie del alumnado las conocía. Pero a partir de esa base hemos estado hablando, sobre todo, de experiencias personales que nos atraviesan en cuanto a roles de género o machismos, haciendo un trabajo personal para sacar afuera lo que nos interesa, nos atraviesa, nos importa y nos hace un poco de pupa para poder utilizarlo en la última sesión del taller, en la que realizaremos una obra fotográfica partiendo de ese concepto de fotografía como herramienta de cambio social. Entonces, está siendo un taller muy bueno y bastante introspectivo, porque estamos poniendo en común lo que nos afecta en el contexto de esta sociedad machista, donde tanto mujeres como hombres están compartiendo muchas cuestiones interesantes.

How to have a beach body.

How to have a beach body. / Asiria Álvarez

Como una catarsis colectiva antes del viaje artístico.

Totalmente, porque una vez que hemos debatido, analizado distintas temáticas y politizado el aula, montamos grupos de tres o cuatro personas para intentar contextualizar un poco esas ideas que más les atraviesan para desarrollarlas a nivel metodológico y estudiar cómo poder desarrollarlas a nivel fotográfico.

En ese sentido, ¿podríamos decir que el taller es un espejo de su propio proceso creativo, donde pone el acento tanto en el discurso como en la técnica?

Sí, en realidad, lo primero que planteo justo en este taller es que la técnica se queda a un lado dentro de ese marco del arte activista. Para mí, cuando el arte se queda un poco por debajo del activismo, ese discurso conceptual coge más fuerza. La idea es que con pocas herramientas, con un equipo mínimo, puedes crear algo muy potente que llega a la sociedad y que además es una herramienta de sensibilización sobre cuestiones invisibilizadas.

Su obra entraña una crítica feroz a las distintas caras del patriarcado, como la violencia estética, el acoso sexual, el mansplaining o la invisibilización de la diversidad sexual. ¿Comparten también el origen de sus propias vivencias?

Al 100%. Mis propias vivencias, las de mis amigas, las de compañeras o las de mi familia: en definitiva, las de todas las mujeres de mi vida y de mi historia, y también de realidades que veo que suceden y se repiten, pero me detengo, sobre todo, en lo que me toca de cerca. Yo trabajo sobre todo con autorretratos y siento que tienes que vivirlo muy fuerte para poder plasmar este discurso de esa manera tan visceral. 

8M.

8M. / Asiria Álvarez

En esta línea, sus fotografías parten de una puesta en escena casi performativa, donde no solo trabaja con actrices y modelos sino que también se pone ante la cámara, ¿hay una intencionalidad a la hora de poner el cuerpo?

Claro, porque al final me hace más libre ser yo la dueña de todo el proceso creativo, de poder hacer lo que quiera y arriesgarme, incluso, en el sentido más negativo, porque soy yo la que va a recibir los insultos y críticas en las redes sociales por parte de esos discursos heteropatriarcales, que son precisamente los que señalo. Y también porque le doy voz a emociones, discursos y sentimientos que tengo dentro y que de otra manera no sabría sacar o comunicar fuera de la fotografía, o que siento que no tendrían un altavoz o fuerza tan grande si se tratase, por ejemplo, de un texto.

"La virgen no sería virgen si las mujeres hubiéramos escrito la Biblia".

"La virgen no sería virgen si las mujeres hubiéramos escrito la Biblia". / Asiria Álvarez

¿Recibe mucho hate?

Sí. Por supuesto, es mucho mayor el apoyo y lo agradezco muchísimo, pero también me llega mucho hate, sobre todo, por la parte corporal, con insultos como «gorda», «asquerosa», «depílate» o cosas así. Luego también aparece algún comentario como «vete a la cocina, mujer». Por tanto, no estamos hablando de críticas constructivas, sino de insultos muy gratuitos lanzados al aire solo para hacer daño. Pero yo creo que si se da este tipo de respuestas es porque estamos visibilizando nuestras realidades, porque las mujeres por fin tenemos un altavoz potente. Y eso les da miedo, claro. 

¿Cuál es el propósito de utilizar una estética retrovintage en sus imágenes para retratar las desigualdades o conflictos contemporáneos?

Mi idea es precisamente hacer un símil entre el pasado y el presente para reflejar cómo las cosas han cambiado bien poquito. Por supuesto, vamos dando pasos, pero todavía queda muchísimo trabajo. De hecho, algunas de mis fotografías están basadas en anuncios de los años 50, 60 o 70 con mensajes muy machistas que persisten hoy en día. Por eso, mis fotografías todavía duelen y mucha gente se siente interpelada cuando las ve. Esto significa que ahí sigue, si no el mismo discurso, sí uno similar.

El pasado 2022 fue coautora de la guía Sin Filtros, editada por el área de Juventud del Gobierno de Canarias y orientada al uso saludable de las redes sociales. Su trabajo se mueve sobre todo en este ámbito, ¿le preocupa la distorsión y manipulación de las redes como otra arista más de la violencia estética y patriarcal?

Sí, ahora empezaremos a ir de nuevo por los institutos para impartir talleres sobre el uso saludable de las redes sociales; las mentiras que difunden con respecto a la imagen, donde te venden una falsa perfección a la que es imposible acceder y que se dirige, sobre todo, hacia las mujeres; y cómo todo esto afecta a la autoestima. Yo intento hacer una burla y una crítica, siempre desde el humor para que llegue más a la gente, hacia esas imágenes que son absolutamente irreales y falsas.

Una imagen de la cuarentena.

Una imagen de la cuarentena. / Asiria Álvarez

Recientemente se viralizó su imagen «No quiero followers, quiero trabajo», donde expuso que: «Tengo en esta cuenta muchos más followers de los que jamás imaginé, pero eso no me hace inmune a la precariedad laboral». ¿La inestabilidad económica de ser autónoma es también inestabilidad mental?

Es que creo que no estamos diferenciando bien entre lo que muestran las redes y la realidad, y a menudo confundimos y asociamos número de seguidores con número de oportunidades laborales. La realidad es que hay muchísimas personas en redes sociales con miles de seguidores que no tienen trabajo. Incluso, muchas veces se las ve pidiendo trabajo y no te lo esperas en absoluto, porque sus redes muestran esa imagen de éxito. En definitiva, estamos ante otra mentira más de las redes sociales, aparte de la difusión de los cánones estéticos imposibles. Por eso quise poner el foco en que no es lo mismo tener mucho apoyo en las redes sociales que tener una vida laboral estable y que, en muchos casos, detrás de esas imágenes hay personas con pocos recursos, porque debajo de este capitalismo salvaje hay mucha precariedad. Creo que esta crítica se viralizó muchísimo porque la gente se ve representada y está ya harta de sonreír a las cámaras, de hacer vídeos mostrándose feliz ante miles de seguidores pero luego no tener un sueldo digno cada mes. 

"No quiero followers, quiero trabajo".

"No quiero followers, quiero trabajo". / Asiria Álvarez

Por último, ¿qué otros proyectos tiene previstos este año?

Pues por ahora sigo adelante con mis autorretratos, imaginándome nuevas ideas. En breve, si todo sale bien, tengo pendiente una exposición colectiva con otros dos artistas fuera de España, aunque aún no puedo revelar más detalles. Y luego tengo algunos proyectos más de tipo institucional que tienen que ver con la sensibilización en materia de igualdad y no tanto con la parte artística. Siempre me muevo entre mi trabajo artístico y proyectos vinculados a la sensibilización y la igualdad, que es un ámbito al que sé que estaré ligada toda mi vida.nculados a la sensibilización y la igualdad, que es un ámbito al que sé que estaré ligada toda mi vida.