Entrevista | Jesús Carmona Bailaor

Jesús Carmona: «El flamenco tiene una autenticidad que nace del alma»

El bailaor aterriza en el Teatro Cuyás este sábado 6 de abril con el espectáculo de danza 'Baile de bestias'

El bailaor Jesús Carmona durante el espectáculo 'Baile de bestias'.

El bailaor Jesús Carmona durante el espectáculo 'Baile de bestias'. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

¿Cómo afronta la representación de Baile de bestias en la Isla?

Con muchísimas ganas de estar en Gran Canaria. Es la primera vez que voy a actuar allí con mi compañía y me hace especial ilusión. 

¿Cómo espera que el público del Teatro Cuyás va a recibir la obra?

Yo creo que lo van a recibir bien. Nos sentimos muy afortunados porque el espectáculo Baile de bestias está conectando muy bien desde su estreno. Conecta muy bien con el público. Tiene también una parte reflexiva que el público entiende y el público disfruta. El público va a entrar perfectamente en la película de Baile de bestias y va a crear sus propios discursos internos, que para nosotros es lo más importante y lo más interesante de este espectáculo.


¿Cuándo surge la semilla que luego terminó germinando y convirtiéndose en Baile de bestias?

Todo esto empezó a finales del año 2020, cuando ya había medio pasado la pandemia, como aquel que dice. De repente, se despertaron unas necesidades en mí de trabajar todo un proceso de experiencias vividas o de situaciones complejas. Tuve la necesidad de gestionarlo a través del baile. Yo siempre digo que para mí es como un precepto de cómo no volver a caer en el boquete en el que estuve metido, como tantísimos españoles, como tantas personas en el mundo durante la pandemia. Nació de ahí. Yo al principio me resistía a decir que nacía del dolor o que nacía de las circunstancias complejas de la vida pero, con el tiempo, me estoy dando cuenta que es una realidad y que este espectáculo habla de dos personas que pasan por un proceso vital y de cómo salen de él, de cómo vuelven a ver la luz y cómo vuelven a su ser, a encontrarse con ellos mismos, pero desde otro lugar mucho más maduro y mucho más adulto.


En el espectáculo hay un desafío a las bestias interiores. Para usted, ¿cuáles son estas bestias?

Pues hay muchos y de muchos tipos. Son universales. El amor, el sufrimiento… Hay emociones y bestias que son muy universales. Por eso yo creo que conecta con el público de esa forma, porque al final todo el mundo se puede sentir reflejado en cualquiera de las escenas, porque todos hemos pasado por situaciones muy similares. De forma inconsciente a veces seguimos patrones de vida que nos conectan a todos de alguna forma. 


En la sinopsis se dice que este espectáculo es un paso más hacia la verdad absoluta, hacia un movimiento necesariamente primario. ¿Cree que existe esta verdad absoluta? 

La verdad es verdad cuando nos interesa que sea verdad en el momento que queremos que sea verdad. Tiene muchas connotaciones. Yo cuando hablo de la verdad absoluta hablo de la verdad absoluta conmigo mismo y ante mi movimiento y mi danza, como bailaor. La ruptura de estereotipos, la ruptura de patrones artísticos que he seguido durante décadas. Romper con eso y hacerle caso a mi voz interior. Buscar, precisamente, la autenticidad del yo, de mi danza más absoluta, me hace estar en esa búsqueda de la verdad. Entendiendo que la verdad es dúctil según la circunstancia y la situación.


Hablando de conectar con lo primario, ha dicho en alguna ocasión que el público conecta con el flamenco porque «conecta con algo muy primario del ser humano» y que, además, muchos palos del flamenco «tienen un ritmo ternario y eso se junta con el latido del corazón». ¿Qué tiene lo primario que nos atrae tanto a los seres humanos?

Tiene lo involuntario y tiene lo inconsciente. Al final, muchas de las cosas que nos atraen son absolutamente inconscientes, no nos atraen porque nosotros queremos que nos atraigan, sino que nos atraen desde un lugar y no sabemos por qué, pero nos atraen. Creo que lo primario tiene que ver con lo inconsciente y con lo involuntario. Hay algo animal en nuestro ser que obviamente todavía no ha desaparecido, que yo creo que es lo que hace que conectemos con estas emociones tan potentes. El flamenco lo que tiene es una autenticidad que nace del alma, que nace de la espontaneidad de cada intérprete, que en otras danzas no la tienes. También tenemos una nomenclatura para los pasos, tenemos una escuela creada. Quiero decir, que el flamenco no es solamente salvajismo, hay una forma de aprenderlo y de estudiarlo. Luego, como intérprete, hay una anarquía absoluta y eso es lo que hace especial a cada intérprete. En el flamenco, lo que se busca, es la autenticidad, la identidad propia. Es lo que más se valora dentro del flamenco, que tengas esta identidad propia. Y eso, yo creo que hace que conecte con esa parte más animal y con la parte más animal del público, con la parte más subconsciente.


¿Qué nos puede contar de la música -y de la interpretación- que hace Manu Masaedo para esta obra?

Manu Masaedo es el 50% de este espectáculo. Sin él sería inviable llevarlo adelante. Manu ha hecho la composición musical como si fuese un guante, como yo he hecho la coreografía. Ninguna de las dos partes tiene más peso, sino que se sustentan la una a la otra. La música es perfecta para lo que sucede, es auténtica. La música nace desde una verdad absoluta y tiene este hilo conductor que nos hace viajar por este bosque en el que introducimos al público, este bosque de nuestras cabezas y nuestros corazones. Se hizo desde cero. Él hizo una composición musical y yo coreográfica que nació de la nada y la fuimos construyendo juntos. Entonces, como te digo, somos un guante para una mano. Es algo muy especial. Cada vez que subimos al escenario, la conexión que se crea entre Manu y yo, entre la música y el movimiento, creo que es algo único y muy especial.


A modo de curiosidad, ¿tiene algún ritual que haga antes de salir al escenario?

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