Nueve días, once dimisiones, la soledad de Antonio Suárez -o fortaleza- y la versión más apocalíptica del Juego de Tronos de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas (FIFLP). Este culebrón reúne todos los ingredientes y tiene más capítulos que Dinastía. «Suárez está acorralado; no se descarta que dimita. Dejó el rol de frío jugador ruso de ajedrez al de volcán poseído por la ira. Es pura desconfianza», detalla uno de los disidentes, el que era fiel escudero.
Desde el chalé de la calle Ángel Guimerá, el llamado búnker de Suárez, se vende otro discurso. «Ejecutó una reforma con rostros jóvenes, formados y modernos. Encendió la luz, se acabó el ‘régimen del búnker’ y eso sentó mal. Estos que salen pensaban que la poltrona era suya y es de los clubes». Con el fútbol base de toda la provincia detenido por la sexta ola de ómicron, la desbandada deja un escenario inquietante. Crisis, recibos sin pagar, cuotas elevadas de mutualidad y arbitrales...El azote del virus fue mortal. Suárez, 33 años en el cargo, busca rostros para su nuevo organigrama. Trata de dinamitar el tsunami.
El aval del veterano dirigente isleño es Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española
Ramón Medina, presidente del Comité de Entrenadores de Las Palmas y director de la Escuela de Entrenadores, activó la bomba el 4 de enero. Trató de mediar entre los dos bandos, dos núcleos sin margen de reconciliación por una aparición: el de la ejecutiva Sonja Arup. Intelectual, formada, políglota...Se convirtió en la vicepresidenta de la Interinsular de Las Palmas y presidenta del Observatorio de Igualdad e Integración Social. Reconocida por su trabajo contra la violencia sexual con menores. Pronto fue la diana del antiguo régimen. Fin a los días de paz.
Dos de los vicepresidentes hicieron la maleta -José Vega y José Juan Arencibia-, a los que se sumaron ejecutivos históricos como Juan Francisco Ramos ‘Pacuco’ -responsable del Femenino-, José Antonio Perdomo -Noreste- o Miguel Sánchez ‘Micky’ -Sur-. Así como Yazmina Hernández -coordinadora del Femenino- y Francisco Reyes -vocal-. Pérdida de confianza, falta de transparencia y gastos injustificados. La guardia pretoriana de Suárez dispara con todo. Quieren tirar de la manta.
Nueve de los ejecutivos salientes ultiman una plancha ‘por la limpieza del fútbol base’
Bajo la tormenta, Arup también renunció al cargo. Suena para la Federación Española, fortalecida por su trabajo con menores y su línea vanguardista. Jacob Vázquez, delegado de Fuerteventura, y Reinaldo Montesdeoca, tesorero y conocido por su labor con el Fútbol Veterano, las últimas renuncias.
En junio de 2022 hay elecciones. El núcleo saliente se presenta para expulsar al eterno del reino del chalé. Suárez, vicepresidente de la RFEF, no descarta estirar su mandato en la FIFLP. Le amenaza el ‘caso Soule’ - desvío de fondos federativos desde la Canaria-. «No es ético estar 33 años en el cargo», denuncia Jacob. En los comicios, votan clubes, entrenadores y árbitros. Con las ligas paradas, no hay goles; llueven dimisiones. A Suárez solo le queda Suárez. Más vale solo que mal acompañado.
