Yosvany Hernández se convertía en uno de los fichajes estrella del nuevo proyecto del Guaguas para el presente curso y, ahora, sale por la puerta de atrás tras llegar a un acuerdo amistoso para rescindir el contrato que firmó hasta 2023 con opción de un año más. El cubano alega promesas incumplidas por parte del club y, además, apunta a desavenencias con el técnico, Sergio Miguel Camarero.
Uno de los atractivos de la propuesta que el presentó el presidente Juan Ruiz para convencerle para venir a la Isla fue la opción de reunirse en Gran Canaria con su familia. Esta proposición resultó clave para que abandonara Corea, donde jugaba. Una vez fichado sus problemas personales crecieron con su separación matrimonial.
Desde Italia, ayer, Yosvany Hernández afirmaba: «Tener en Gran Canaria a mis padres era el motivo real por el que yo abandoné Corea del Sur». Con esta situación se empezaron a torcer la relación con el club, pero según él, este hecho no le impidió seguir trabajando «al máximo».
Otro de los inconvenientes recayó en el retraso en la llegada al club de su compatriota Yadrián Escobar por problemas administrativos para salir de Cuba. Este hecho le llevó a hacer un pacto con Sergio Miguel Camarero, para jugar en la posición de opuesto por tres partido a pesar de haber firmado como receptor –Escobar juega como opuesto–.«Lo hice con la intención de ayudar al equipo, pero cuando vi que ese acuerdo inicial se prolongó mucho más allá, comencé a incomodarme porque yo no firmé para jugar de opuesto, aunque pueda hacerlo».
A pesar de ello, Hernández rindió bien en esa demarcación. Ganó el MVP de la Supercopa y repitió galardón en la segunda jornada de la Superliga, además de ser incluido en dos ocasiones más en el siete ideal de la jornada.
Pero esos buenos momentos dieron paso a su ostracismo al comenzar a jugar en la que en teoría era la posición para la que fue fichado, la de receptor.
Según el cubano, haber perdido más de tres meses de preparación específica en su demarcación derivó en que el entrenador se decantara por otros jugadores, con una mejor capacidad de recepción, y perder así presencia en la pista.
En opinión del ya exjugador del Guaguas, el punto de inflexión negativo del equipo llegó «tras la derrota en Almería». Por un lado, porque todas las críticas recayeron sobre los jugadores única y exclusivamente; y luego, porque tras celebrarse una reunión privada de los jugadores para limar asperezas, al día siguiente se filtró la información tanto al presidente como al técnico, lo que produjo una pérdida de confianza en el grupo que ya no pudo recuperarse.
Esa situación le llevó a alejarse cada vez más del resto de compañeros y confiar solo en su amigo y paisano Yadrián Escobar.
Agradecido con Juan Ruiz
A pesar de todo, Yosvany solo tiene palabras de agradecimiento hacia Juan Ruiz, el presidente: «Tanto Yadrián como yo le respetamos mucho», aunque reconoce que «tuvimos nuestros altercados, pero es un presidente que lucha y hace cualquier cosa por el Guaguas». «Le estoy agradecido porque hace un lindo trabajo trayendo al equipo a grandes jugadores», añadía.
El receptor cubano renunció al año adicional de contrato por su falta de sintonía con la manera de dirigir al equipo por parte de su entrenador, Sergio Miguel Camarero, pero se va sin ningún tipo de rencor. Desea al Guaguas «lo mejor» de aquí al final de una temporada donde ya se ha fallado en Europa y en la Copa del Rey. Le queda la pena de no haber podido lograr títulos junto a su amigo de la infancia, Yadrián Escobar.
El jugador se despide de una Isla que «me ha ganado el corazón», aunque también reconoce que le gustaron algo más los paisajes de Lanzarote. Su futuro está por decidir, siendo Corea su primera opción, aunque cuenta con ofertas varias de equipos europeos en los que buscará despedir lo que queda de temporada de la mejor manera.
