Balonmano

El nuevo Rocasa se desangra en su arranque de temporada

Las teldenses no encajaban 17 goles de diferencia en un partido desde su derrota ante el Bera Bera en el curso 2012-13 (35-17)

Elba Álvarez defiende a Rebeca López en el choque de la segunda jornada ante el Valladolid. | | AULA ALIMENTOS VALLADOLID

Elba Álvarez defiende a Rebeca López en el choque de la segunda jornada ante el Valladolid. | | AULA ALIMENTOS VALLADOLID / Santiago Icígar

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Peor arranque era inimaginable para el nuevo Rocasa de Iñaki Ániz, que acusa en exceso la juventud de su plantilla, que mantiene su condición de colista tras las dos primeras jornadas, en las que han encajado una sangría de goles en contra a la que no están acostumbradas.

El diferencial de 17 goles endosado por el Aula Valladolid a las teldenses, sólo es igualado y superado por la derrota infligida a las insulares por el Bera Bera en el curso 2012-13 en el que encajaron un 35-17, que elevaba a 18 dicho diferencial negativo.

Pero no menos duros son los 10 goles de diferencia que le endosó en su casa el Porriño en la jornada inaugural, que en los últimos años se ha producido en contadas ocasiones, la última de ellas en la novena jornada de la temporada 2019-20, en la que el Bera Bera nuevamente goleaba a las teldenses con un 21-32. El curso anterior conseguían las donostiarras un nuevo diferencial de 11 goles en la quinta jornada (25-36) y el Guardés llegaba a una renta de 10 goles en la octava jornada de la temporada 2013-14 (33-23).

El técnico navarro cuenta tras su accidentado arranque de curso con un periodo de gracia hasta el 16 de septiembre, debido a la celebración de la Copa Ibérica que aplaza la tercera jornada en la que le espera en el Pabellón Antonio Moreno uno de los equipos más en forma del campeonato, el Elche, segundo clasificado y que viene de tumbar al campeón de Liga, el Málaga en el primer partido ( 33-26) y le endosó un diferencial de 9 goles al Porriño (23-32), verdugo de las teldenses en la jornada inaugural.

Cortar la sangría de goles encajados es vital para recuperar algo de oxígeno, en un Rocasa que tiene que mirar más allá de sus porteras, ya que tanto Sabina Mínguez como Silvia Navarro han salvado incluso a su equipo de encajar un castigo más severo todavía. El conjunto grancanario adolece de una falta de intensidad defensiva y de agresividad, que ha sido aprovechada por sus rivales para golearlas, al tiempo que el equipo se ve con numerosos problemas al no poder correr, atacando en muchos casos en estático, lo que favorece la defensa de sus rivales.

Por ver el vaso medio vacío, la temporada acaba de empezar y la enfermedad que adolece el equipo es bastante evidente. Trabajo a destajo para Ániz que debe de reconducir la situación con Europa esperando a final de mes.