Pacuco Rosales, entrenador de la UD Vecindario, ha solicitado que el equipo se refuerce con tres jugadores tras la marcha de los argentinos Gastón Esmerado, Lucas Cominelli y la probable de Arostegui.

El problema que tiene el técnico no es de jugadores en las posiciones específicas que requiere, un jugador de banda izquierda, un mediocentro y un delantero. La principal dificultad es de índole económica como ya se ha comentado en más de una ocasión.

El Vecindario debe, por denuncias de ex futbolistas a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), un importe de 100.000 euros. Si no salda lo reclamado no podrá inscribir ningún otro jugador aunque tenga licencias libres. Y si no fichan a nadie y no pagan, esa deuda deberá ser satisfecha antes del 30 junio, de lo contrario habrá descenso federativo, al margen de lo que haga el equipo en esta segunda vuelta.

Manuel Suárez, presidente del Vecindario, había indicado que no era partidario de hacer fichajes en el mercado invernal, ya que sus anteriores experiencias no fueron positivas, más bien lo contrario. Suárez conoce las exigencias de su cuerpo técnico, pero en el otro lado de la balanza están los problemas económicos que se acrecentaron después de una mala gestión cuando el club militó en la Segunda A. De hecho, en Vecindario se espera que el Ayuntamiento colabore y facilite un desahogo económico que permita acabar la temporada sin agobios.

Ante todo esto, el equipo clama refuerzos para intentar evitar complicaciones mayores en la clasificación, pese a que los jugadores no se explican lo que les pasa en los desplazamientos, en los que sólo han podido obtener un punto hasta la fecha, lo que les convierte en uno de los peores visitantes de todas las categorías profesionales. Hubo una reunión entre directivos y la plantilla en el vestuario, una especie de terapia de grupo, de la que se desconocen las conclusiones.

CASO AROSTEGUI. Por otro lado, si los problemas eran pocos éstos se acrecientan con la situación del delantero argentino Juan Manuel Arostegui, que ayer reiteró a la Agencia Efe lo que ya se sabía: su firme deseo de salir del club y de regresar a Argentina.

"Todo se debe a unos asuntos familiares que ya he explicado a los dirigentes. Ellos me han comprendido y confío en que en los próximos días pueda regresar a mi país. No es fácil estar así porque, aunque entreno con el grupo, tengo la cabeza en otro sitio y lo que no quiero es perjudicar de ninguna manera", apuntó.

Arostegui dice que la única motivación para querer salir del Vecindario "radica en una cuestión personal en nada relacionado con lo deportivo".

Pero ese motivo no convencen a la directiva y si quiere salir y jugar en otro club deberá pagar, como hizo Gastón Esmerado cuando fichó con el Xanthi, de la Superliga de Grecia.