Se colgó la medalla de oro el pasado mes de septiembre
Yo creo que ya sí. Mi entrenador aún me dice que no pero yo creo que sí. Ha pasado tiempo y ha sido cumplir un sueño.
Ganó en Bakú (Azerbaiyán), muy cerca de Georgia, país donde nació
Así es, está muy cerca, fue una suerte porque pudieron venir muchos familiares y amigos míos de allí y recibí el apoyo de dos países. Al final había una mezcla de gente que me estaba apoyando. Fue muy especial para mí.
¿Le ha cambiado la vida ser campeón del mundo? ¿Le reconocen por la calle?
Sigo siendo el mismo. Está claro que cuando eres campeón hay cosas que cambian. Ahora llamo más la atención de los medios de comunicación, además en judo, que en en este país le falta por crecer. Hacía falta que saliera un campeón español para impulsar este deporte. España no ganaba un oro en judo desde 1992 y esto seguro que va a ayudar a que el deporte crezca. A mí me va a venir muy bien, pero a España también. Por la calle aún voy tranquilo. Poco a poco, creo que me queda bastante para que me reconozcan. En otros países me reconocen más, pero lucharé para cambiar eso.
En otras ocasiones ha dicho que en Georgia el judo está más instaurado que aquí, ¿su victoria ayudará a cambiar eso?
En Georgia hay más nivel porque hay más tradición y ya han ganado más medallas. En España están mejorando bastante y hay mucho talento, pero falta más estructuras para poder seguir desarrollando a los judocas. Pero cada año, cada día se está avanzando en ese objetivo, y en poco tiempo, los jóvenes y los séniors podrán luchar por unos Juegos Olímpicos.
¿Cuáles son sus objetivos para este año?
Los Juegos Europeos de Bielorrusia en junio y el Campeonato del Mundo de Japón en Octubre. Para estas competiciones uno se prepara cada semana. En el judo los descansos son muy cortos, una semana o diez días como máximo. Luego cuando te pones a entrenar no hay día de descanso. Además de los campeonatos importantes hay Grand Slams o Grand Prix que también hay que competir en ellos. Aunque al final, lo importante son los torneos mundiales.
¿Ha venido a la Isla a desconectar y a formar a los jóvenes?
Efectivamente. Vengo a ayudar a motivar a los jóvenes y a demostrarles que si yo he podido ellos también pueden. Además de transmitirles mi experiencia, porque a mí me hubiese gustado que un campeón me diese consejos en su día.
Atribuye parte del éxito a su entrenador, ¿cómo es la relación con él?
Joaquín Ruiz es como un padre para mí. Es lo que me ha trasmitido desde el primer día que pisé el tatami. Pero lo bueno de Ruiz es que es así con cualquiera que esté en su gimnasio. Da igual que sea de 9 años o de 16. Parte del éxito es formar una familia con la que creces y sacas el máximo de cada uno.
