Rugby

Mundial de Rugby (1ª jornada): Cabeza alta y mirada al búnker

La primera jornada del Mundial dejó victorias notables de Francia, Sudáfrica e Inglaterra ante rivales de entidad, mientras Argentina o Nueva Zelanda levantan muchas dudas

La controversia con el criterio arbitral y la activación del videoarbitraje en diferido ha protagonizado este inicio de la Copa del Mundo

Un jugador de Fiyi trata de ensayar en el partido ante Gales

Un jugador de Fiyi trata de ensayar en el partido ante Gales / WR

Fermín de la Calle

La primera jornada del Mundial de rugby no deja conclusiones categóricas más allá de resultados puntuales que decidirán los cruces de cuartos de final. La batalla entre los hemisferios no aclara el panorama. El sur vio ganar a Sudáfrica ante Escocia en uno de los partidos premium mientras Nueva Zelanda caía ante Francia en el inaugural. Solventes los sudafricanos y mal partido de unos kiwis que siguen su declive y se aferran al talento de un grupo que, pese a todo, nadie debe dar por amortizado. La imberbe Australia ganó a Georgia y los Pumas dejaron sensaciones pésimas ante Inglaterra. En el norte, de las Seis Naciones sólo perdió Escocia ante Sudáfrica. Inglaterra ganó con oficio ante Argentina, Gales con sufrimiento a Fiyi, Irlanda con facilidad a Rumania e Italia a Namibia. A nivel individual los nombrs propios de este arranque son los de George Ford (28 puntos con el pie), en ataque, y Will Rowlands, 27 placajes, en defensa. Pero hay muchos más apuntes destacados en este arranque de la Copa del Mundo.

Sin ensayos se puede ganar

Solo dos selecciones no posaron ensayos en la primera jornada. Casualmente fueron las naciones fundacionales: Escocia e Inglaterra. Los caledonios cayeron ante una Sudáfrica que cocinó a fuego lento su triunfo (18-3) en el partido más exigente y sobrio de la jornada. Los bokkes maduraron su victoria sin errores y atacando las deficiencias escocesas. Russell sufrió una cacería de la tercera sudafricana y la ‘Bomb Squad’ descosió a los europeos en el inicio de la segunda mitad. El otro fue Inglaterra. No le hizo falta posar ensayos. Sus 28 puntos llegaron con el pie, para ser más concretos el derecho de George Ford. Cinco golpes y tres drops, desenterrando esta vieja suerte que el rugby moderno ha olvidado. Los dos primeros, muy largos, se clavaron como puñales en el costado de unos Pumas cuya argentinidad les debate entre la euforia y el catastrofismo. Sometida en delantera, con una bisagra a la deriva, arrasada en el ‘breakdown’ y en el juego aéreo, Argentina sale tocada del partido con un Cheika muy cuestionado por su planteamiento.

Mirando al ‘búnker’

“En rugby no se habla del árbitro”. En realidad lo que no se hace es culparle de una derrota ni utilizarlo de coartada para explicarla. Porque puede equivocarse, como lo hacen los jugadores, y se asume como algo natural. Pero no responsabilizarle de un resultado no impide hacer observaciones sobre su desempeño. En esta primera jornada de Mundial estamos viendo un criterio oscilante en jugadas similares que son juzgadas de forma distinta según el árbitro en cuestión. Y aquí entran dos variables: su origen (hemisferio sur o norte) y el peso de la camiseta protagonista de la jugada.

Jesse Kriel choca con la cabeza con Jack Dempsey

Jesse Kriel choca con la cabeza con Jack Dempsey / WR

En el partido entre Inglaterra y Argentina el francés Mathie Raynal mostró la amarilla al inglés Curry, tras chocar con su cabeza con la del argentino Juan Cruz Maílla, que aterrizó encima suya al recoger una pelota en el aire. Sin embargo, el sudafricano Marius Jonker, que estaba en el ‘búnker’, tiñó de rojo la tarjeta por el peligro de la jugada. El día siguiente, en el Sudáfrica-Escocia, el bokke Jesse Kriel paró al escocés Jack Dempsey con una percusión y cabezazo que ni el inglés Angus Gardner ni su paisano en el ‘búnker’ Ben Whitehouse amonestaron con tarjeta. Y en el Chile-Japón, Matsushima recogió un balón dividido y terminó chocando, cabeza con cabeza, con el cóndor Martín Singren, jugada que los ingleses Nick Berry y Tom Foley, en el ‘búnker’, sancionaron con amarilla. Mismas jugadas (choques de cabezas), diferentes criterios arbitrales: desde la roja para el ‘búnker’ sudafricano Jonker a la amarilla que mostraban Raynal y Berry o al ‘sigan, sigan’ de Gardner en el Sudáfrica-Escocia.

Otra decisión llamativa fue ver al inglés Matthew Carley advirtiendo al capitán de Gales en el minuto 77, y después de 16 golpes cometidos defendiendo en su línea de cinco, que “serán ustedes amonestados si siguen cometiendo golpes”. Concesión que no hizo a Fiyi, a la que amonestó sin pensárselo y sin previo aviso al derrumbar un maul pese a cometer solo 9 indisciplinas. Ganó sufriendo Galés, que placó tanto que estableció un récord en el Mundial con 248 placajes ante una Fiyi, que vio truncadas muchas de sus cargas por las indisciplinas de los dragones (17 golpes señalados) y la permisividad arbitral, que además obvió cómo el talonador galés se lanzaba a placar sin cerrar los brazos sobre su línea para evitar de forma flagrante un ensayo fiyiano, imagen que vio todo el estadio en las pantallas. La actuación de Carley fue calificada en redes por periodistas británicos como “un típico arbitraje inglés”, y por los franceses jocosamente como una actuación “con británicas maneras”. Maldita la gracia que hizo a los isleños, incluido al gurú del 7, Ben Ryan. Doble rasero que puede dejar a los fidjianos fuera de los cruces de cuartos.

Georgia compite, Chile emociona y Fiyi divierte

Georgia le estiró la columna a la delantera australiana, a la que le clavó dos ensayos y estuvo a punto de endosarle dos más. Los Lelos han mutado su rugby carpetovetónico en una propuesta competitiva delante, pero cuando sus rivales le meten continuidad se diluyen. Sin la pelota sufren, pero cuando tienen la almendra quitársela es un suplicio. Jugadores durísimos en el contacto y devastadores en la melé.

El georgiano Lobzhanidze se prepara para poner en juego una melé

El georgiano Lobzhanidze se prepara para poner en juego una melé / TERESA SUAREZ

Otro actuación interesante fue la de Chile, que debutaba en el Mundial. Los Cóndores se presentaron ante Japón sin complejos, y aunque el castigo físico les pasó factura en el tramo final, compitieron con una bravura emocionante. Agresivos en ataque con un juego dinámico y entusiasta que se convertía en un despliegue enormemente solidario en defensa. El (42-12) final no refleja lo entretenido del choque ante un Japón que tuvo paciencia para desfondar a los chilenos. “Somos una familia, placamos por el compañero. Defendemos nuestro país, nuestra camiseta. Eso somos equipo. Chile demostró que quiere jugar otros Mundiales. Ese es el mensaje que dejamos después de nuestro debut”, concluyó su seleccionador, Pablo Lemoine, tras el debut.

Y Fiyi fue el primero que nos levantó de nuestros asientos. 174 carreras y 652 metros ganados con la pelota en las manos para anotar cuatro ensayos, morir a centímetros de la línea de ensayo galesa y perder por seis. Las estampidas de Nayacalevu, Radradra y Tuisova encandilaron al público y descompusieron a los galeses. Pero les pesó la lesión de su apertura Caleb Muntz, porque la actuación del ex de Getxo, Teti Tela no estuvo a la altura del partido. Tampoco Lomani desplegó su mejor juego y eso, junto a la permisividad arbitral con la indisciplina galesa, terminó por condenarles. Ahora les toca una Australia tierna a la que pueden hacer frente. Este Mundial les debe una.

La 2ª jornada

En esta segunda jornada que comienza mañana veremos debutar a Uruguay, Portugal y a las reforzadas Tonga y Samoa, naciones isleñas que llegan reforzadas por la presencia de los All Blacks que regresan a sus países originales. La maniobra se explica porque el voto de estas naciones fue decisivo para que Bill Beaumont se mantuviera en la presidencia de World Rugby ante la alternativa pujante de Agustín Pichot. A cambio de sus votos el presidente les permitió recuperar a sus ‘all blacks’. Eso las hace rivales más peligrosos y veremos si les llega para meterse en los cuartos. Los partidos más atractivos, a priori, se programan el domingo, con el Australia-Fiyi y el Inglaterra-Japón, al que se suma el sábado para cerrar la jornada el Irlanda-Tonga. Además se avecinan marcadores muy amplios en partidos más desequilibrados como los de Uruguay, Namibia, Portugal y Rumanía.

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