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Bankside, gran barrio cultural de Londres

Una de las múltiples zonas que no deben dejarse de visitar, por supuesto tras haber saludado al Big Ben

Bankside, gran barrio cultural de Londres

Sin lugar a dudas, Londres es un destino importante para disfrutar de estos días vacacionales de Semana Santa para gentes de casi todo el mundo. Las calles se llenan de turistas y en particular de grupos de jóvenes, unos más alegres y bulliciosos que otros como lo son los chicos españoles o italianos. Se les nota y se hacen notar, con sus risas y sus gritos, desde la distancia. Como se dice popularmente, se les ve venir de lejos, nunca mejor traído el dicho.

A diferencia de España, las vacaciones escolares de Semana Santa, aquí llamada Easter week, duran unas dos semanas. Los días más señalados de este periodo para este año 2017 son el viernes 14 de abril Good Friday, fiesta nacional; el 16 Easter Sunday o Domingo de Resurrección; y el lunes 17 abril Easter Monday, también fiesta nacional excepto en Escocia. Por ser un largo fin de semana vacacional, los londinenses acostumbran a salir a pasear y es frecuente ver familias enteras en parques y lugares típicos. Días primaverales, sin frío ni lluvias, con muchas horas de sol y un cielo totalmente despejado como está siendo en estos días, sin duda invitan a salir a disfrutar de los rincones entrañables de esta bella ciudad que es Londres.

Uno de los múltiples barrios que no debe dejarse de visitar, por supuesto que tras haber saludado al Big Ben y al Eros de Piccadilly para fotografiarse con ellos a la espalda, es Bankside, a la orilla del Támesis. Es una zona llena de atracciones y encantos, muestra de cómo recuperar áreas urbanas e industriales degradadas o semiabandonadas, para convertirlas en atractivas para propios y extraños. Las gentes paseando, tomando unas cervecitas -o lo que más apetezca- sentados en alguna de las terrazas que jalonan el recorrido, demuestran la intensa y multicultural vida social y turística de Londres en general y de Bankside en particular.

Bien pertrechado para patear por horas, con zapatillas cómodas y un ligero abrigo, se puede acceder al barrio de Bankside usando el transporte público de superficie o el excelente metro londinense cuyo logotipo puede verse en camisetas por todo el mundo con el texto Underground. Un buen punto para iniciar el paseo es hacerlo desde la estación London Bridge, aunque no sea el único.

Lo primero que encontraremos, si llegamos por ese punto, es el Borough Market. Aunque hoy en día ya no tiene el ajetreo de antaño, conserva el sabor de los tradicionales mercados de abastos, ofreciendo al visitante todo tipo de productos alimenticios de temporada y tiendas especializadas en productos de primor y en delicadeces. También hay una buena cantidad de puestos transformados en mini restaurantes que venden la gastronomía de muchos países a la vez que las materias primas. Es muy interesante recorrerlo sin prisas, observando las presentaciones de los productos en los puestos y la labia de los vendedores, aunque no se les entienda muy bien. Las mini degustaciones que ofrecen los vendedores como reclamo, son un elocuente lenguaje universal.

A las horas de mediodía, el mercado se llena de gentes que van a almorzar allí, mezclándose los turistas con los trabajadores de las zonas cercanas. En las barras que ofrecen cerveza y fast food, comida rápida y no comida basura como algunos generalizan sin fundamento, así como los restaurantes que rodean el Borough Market y sus aledaños hay grupos de personas conversando alegremente. Uno de los puestos mas concurridos es el de la empresa Brindisa, especializada en importar al Reino Unido todo tipo de productos españoles. Empezó hace muchos años con un puestito que vendía bocatas de chorizo español y otros embutidos, no sándwiches finos para fiestas o canapés, sino de los de verdad. Bocadillos lo juro por mi madre, de aquellos contundentes que consumían los obreros de antes cuando bajaban de los andamios. Tal ha sido el éxito de Brindisa, que hoy es una gran empresa extendida por muchos lugares. Parece que lo español, al menos en gastronomía, gusta. Por cierto, nuestras típica forma festiva de comer a base de tapas, está conquistando el mundo y los locales que la ofrecen ya proliferan.

A continuación el paseo de hoy continua en dirección a la orilla sur del río Támesis para disfrutar de sus vistas y llegar a la zona cultural, si es que todo lo que se puede ver en el barrio de Bankside no es ya cultura en sí mismo. Se mezcla lo antiguo con lo moderno. Vetustos edificios de ladrillo rojo rehabilitados, con la más moderna arquitectura a base de hierro, hormigón y cristal. Cuando la orientación de calles lo permiten, entre los edificios de ambas aceras, surge en toda su grandiosidad The Shard, el rascacielos más alto de la Unión Europea con sus 310 metros de altura. Desde su inauguración, en julio de 2012, su impresionante estampa se ha transformado en un icono de la ciudad y lugar donde acuden los visitantes para contemplar Londres a sus pies. Cuando se mira a la cima de la construcción piramidal, se tiene la impresión de que está inacabado.

Apenas recorridos unos cientos de metros, se llega a un lugar emblemático de la cultura universal, el Shakespeare's Globe Theatre. Este actual complejo artístico y museístico se inauguró en el año 1997, aunque fue reconstruido siguiendo el patrón del original de 1599 y a unos 200 metros del lugar donde Williams Shakespeare estrenara con la compañía teatral Lord Chamberlain's Men muchas de sus inmortales obras, desde El rey Lear hasta Otelo, pasando por Julio César, Hamlet o Macbeth. Tiene forma circular y no tiene techo la parte central, con una capacidad para 1500 personas.

Al igual que el original sólo se representan obras teatrales durante el verano, del 22 de abril al 15 de octubre es esta temporada, pues en otras estaciones el frío y la lluvia lo impiden. No obstante hay una programación muy importante durante todo el año de actividades culturales, eventos educativos familiares o visitas guiadas. Como en todos los museos e instituciones culturales ingleses, en su amplia tienda pueden adquirirse toda una amplia gama de objetos y libros que recuerdan la vida y la obra de Shakespeare. Es un placer visitarla y con pocas dudas se puede afirmar que algo se llevará, desde una camiseta hasta algún póster o similar.

Siguiendo la ruta hacia el oeste por la orilla del Támesis, posiblemente con algún repostaje intermedio para tomar una cervecita o similar en cualquiera de las terrazas al aire libre que miran al río, pronto se llegará al Puente del Milenio, pasarela colgante, peatonal, fabricado con acero, que cruza el río uniendo la zona de Bankside con la City de Londres. Su alineación, cuidadosamente elegida, parece unir dos singulares lugares simbólicos para cultivar el espíritu: la Catedral de San Pablo, en lo que concierne a lo religioso, y el Tate Modern, una de las grandes catedrales del arte moderno.

Tate Modern es el nombre por el que se conoce el Museo Nacional Británico de Arte Moderno, donde pueden contemplarse sus colecciones permanentes y las sucesivas exposiciones itinerantes que se programan sobre la obra de los artistas plásticos mas importantes del mundo.

Cada vez que se visita, hay algo nuevo allí que sorprende. Como no podía ser de otra forma, tiene una amplia galería comercial, donde pueden adquirirse objetos de merchandising o reproducciones y libros sobre las obras que se exponen.Otra visita obligada para los amantes de la pintura y para los que lo son menos, pero que siguen teniendo un espíritu curioso.

Aunque no sea algo exclusivo del barrio Bankside, las calles están llenas de una cartelería informativa para ayudar a los visitantes y servirles de guía. Siguiendo sus clarísimas indicaciones visuales, es muy fácil recorrer los lugares de interés sin miedo a perderse al ir callejeando por allí sin un rumbo predeterminado. Las autoridades turísticas inglesas han entendido perfectamente que la señalización turística se hace para los que no conocen la zona, no como en nuestras islas que se colocan para ser interpretada por cartógrafos, brújula en mano.

Cuando uno se sitúa frente a uno de estos puntos de información, lo que se tiene delante se dibuja encima, lo de atrás debajo y lo de la derecha o izquierda a la derecha y a la izquierda del mapa. Eso ayuda a interpretar correctamente el plano, a no perderse ni hacer cómicas contorsiones de cuello para ubicarse en el terreno.

Nosotros en Canarias ponemos los carteles casi siempre con el norte hacia arriba, como los cartógrafos, suponiendo que los visitantes siempre saben orientarse con la brújula. Por eso se pierden con frecuencia.

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