Industria

Idesa logra un nuevo contrato para el mayor proyecto europeo de almacenamiento de CO2

La firma del Grupo Daniel Alonso fabricará en Avilés (Asturias) nueve tanques de enormes dimensiones encargados por Noruega tras el éxito logrado con los doce primeros

Por la izquierda, Pedro Mora, Susana García, Beatriz González, Covandoga Pevida, Víctor Martínez y Paula Fernández-Canteli, ayer, durante el descanso de la jornada matinal en los Cursos de La Granda.

Por la izquierda, Pedro Mora, Susana García, Beatriz González, Covandoga Pevida, Víctor Martínez y Paula Fernández-Canteli, ayer, durante el descanso de la jornada matinal en los Cursos de La Granda. / RICARDO SOLÍS

Marián Martínez

Idesa, del Grupo Daniel Alonso, ha logrado el contrato para fabricar en Avilés nueve tanques más destinados al almacenamiento de C02 para el proyecto Northern Lights, el más importante que se está desarrollando en Europa para el almacenamiento de dióxido de carbono capturado durante la producción industrial. Este contrato corresponde a la ampliación del plan que está desplegando el Gobierno de Noruega junto con el consorcio formado por las compañías energéticas Equinor, Shell y Total, y para el que Idesa ya fabricó los primeros 12 tanques. Al igual que aquellos, los nuevos colosos se exportarán desde el Puerto de Avilés (Asturias).

El megaproyecto Longship consiste en capturar el CO2 que emiten plantas industriales y transportarlos en estado líquido por barco a una planta en la costa oeste de Noruega, donde se encuentran unos tanques de almacenamiento intermedio para posteriormente inyectarlo en un acuífero salino en el Mar del Norte, a unos 100 kilómetros de la costa y a unos 3.000 metros de profundidad. Ahí permanecerá almacenado indefinidamente y sin impacto medioambiental.

La construcción de la planta de almacenamiento de CO2 de Northern Lights está casi completada y los 12 tanques de almacenamiento fabricados por Idesa ya están instalados. Se trata de unos colosos de 6,1 metros de diámetro, 33 de largo y 248 toneladas de peso que supusieron para la firma avilesina superar varios desafíos, según explicó ayer Víctor Martínez, director de operaciones e I+D de Idesa, durante su intervención en los Cursos de la Granda, en la jornada dedicada al Grupo Daniel Alonso. "Al tamaño y la fabricación en serie de los equipos, con lo que conlleva de mano de obra, espacio y la coordinación en la cadena de suministros, se sumaron la selección de los aceros, porque los tanques tienen que resistir temperaturas de hasta 50 grados bajo cero, y además deben llevar una soldadura especial, igual que la pintura, el metalizado, las plataformas y escaleras, y un aislamiento criogénico determinado que necesitan estos tanques verticales", explicó Víctor Martínez.

Piden igual atención para el dióxido de carbono que para el hidrógeno verde

La carencia de legislación y de una estrategia público-privada generan incertidumbre y frenan la inversión, según los científicos. Sin captura, almacenamiento y uso del dióxido de carbono (CO2) no puede haber descarbonización, ya que procesos industriales claves para la humanidad, como son el cemento y la siderurgia, lo emiten en su propio proceso productivo. Pero mientras otros vectores energéticos, como el hidrógeno verde, capta toda la atención de la Administración Pública, no ocurre lo mismo con el dióxido de carbono. La falta de una estrategia público-privada y del desarrollo de una legislación apropiada generan incertidumbre, y eso frena la inversión empresarial en procesos avanzados en investigación, pero sin respaldo por parte del Gobierno.

Estas son las principales conclusiones de la jornada organizada y patrocinada por el Grupo Daniel Alonso en los Cursos de la Granda, bajo el título «Captura y almacenamiento de CO2: una vía complementaria para la descarbonización». Asturias es consciente de la trascendencia que tiene la captura del CO2, su almacenamiento y su uso posterior por la trascendencia que tienen en su economía la siderurgia y el cemento. Sin embargo, sería cuando menos interesante crear un clúster industrial para que desde el Gobierno central se apostara por esta vía como se está haciendo con el hidrógeno verde.

Paula Fernández-Canteli, científica del Instituto Geológico Minero de España (IGME), defendió esta posición de cara a 2024, cuando en Europa se definan los objetivos de almacenamiento, que irán acompañados de fondos europeos, como con el hidrógeno. «La cuenca vasco-cantábrica tiene la mayor capacidad de almacenamiento en España. Se debe buscar una solución de conjunto para la industria», afirmó.

Covadonga Pevida, científica del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (INCAR-CSIC), explicó lo avanzadas que se encuentran las investigaciones para generar bioenergías, y defendió que se potencie la biomasa forestal procedente de la limpieza de los montes. «Puede ofrecer una enorme versatilidad a la industria en la región, aunque hay que ver la aplicación final y ahí tenemos un reto», señaló.

Susana García, catedrática de Ingeniería Química e investigadora en la Universidad Heriot-Watt (Edimburgo), puso como ejemplo al Gobierno del Reino Unido, que se ha marcado como objetivo liderar la descarbonización industrial. «En los últimos años la inversión es de miles de millones de libras, y tiene voluntad de aprovechar la captura, el transporte y el almacenamiento de CO2. Para eso escucha y negocia con los clúster industriales por sectores, y logra que la industria invierta en muchos proyectos de investigación e innovación», explicó.

Beatriz González Fernández, que lidera el área de medio ambiente y agua en la Dirección de Descarbonización y Sostenibilidad (I+D) de ArcelorMittal en España señaló que «la captura de CO2 «es estratégica para la compañía, porque es vital para la descarbonización».

Pedro Mora Peris, director técnico de la Agrupación de fabricantes de cemento de España, Oficemen, y presidente de la Plataforma Tecnológica Española de CO2 fue el más crítico. «El Ministerio de Industria da todo su apoyo, pero chocamos con el de Transición», afirmó. Señaló que el hidrógeno verde «es el niño bonito de la corona, y hay que entender que la captura y almacenamiento del CO2 no agrede ni limita sus capacidades, sino que es complementario para que pueda existir una descarbonización real de la industria», resumió.

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