Agricultura

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana

El parásito amenaza la supervivencia de la especie en Canarias

El Ejecutivo activa medidas pero los agricultores creen que es «tarde»

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana / GUSTAVO TEJERA/DAVID PERESTELO

La cochinilla mexicana (Dactilopyus opuntaie), también conocida como cochinilla basta del carmín o silvestre, lleva trece años expandiéndose sin control por las tuneras de las Islas. La primera vez que se detectó en el Archipiélago fue en La Palma, en 2010, y desde entonces ha ido ganando terreno y dejando a su paso paisajes repletos de tuneras sin vida ennegrecidas en otras islas como Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria. Hasta ahora el Ejecutivo canario había optado por mirar a otro lado y dejar que la naturaleza acabara con las tuneras asilvestradas, una especie exótica invasora –no autóctona–, pero el pasado viernes el Gobierno regional decidió declarar la existencia de una «plaga» y establecer medidas fitosanitarias para su control. Una decisión que, según los agricultores, «llega tarde» y no va a evitar la «desaparición de la especie».

La orden publicada en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) determina que para controlar la plaga se procederá a la destrucción in situ del material vegetal infectado, eliminando las partes gravemente afectadas, triturando y enterrando las palas siempre que sea posible. Además, de la parcela afectada no podrá salir material vegetal huésped, incluidos los restos de poda o de cultivo, excepto los frutos una vez recolectados y desprovistos de cochinilla. También se prohibe el movimiento de cualquier material vegetal del género Opuntia entre los territorios insulares, excepto semillas y material in vitro; y las herramientas utilizadas en las parcelas infectadas se deberán someter a una labor de limpieza y desinfección con una disolución a base de productos autorizados, antes y después de su utilización.

Los ejemplares infectados deberán ser sometidos obligatoriamente a un tratamiento fitosanitario. «Intentar erradicar esta plaga ahora es imposible», asegura el secretario general de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Theo Hernando, quien lamenta que los productores lleven años «advirtiendo de la situación».

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana / A. Saavedra

Dispersión

La orden del Ejecutivo señala, además, que las medidas de control deberán ser ejecutadas por las personas propietarias o explotadoras de las parcelas o plantaciones de tuneras, que deberán asumir los gastos derivados de su aplicación. «Controlar una parcela privada no tiene ningún sentido cuando todo alrededor está repleto de tuneras asilvestradas con cochinilla mexicana y el viento las disemina», apunta. El parásito tiene una gran capacidad de dispersión, ya que el cuerpo de sus larvas, pupas y hembras adultas presenta numerosas glándulas o poros que segregan filamentos blanquecinos que las protegen de la acción de otros insectos.

¿Quién controlará la plaga en territorio público? Según explican desde la Consejería, la responsabilidad recaerá en la administración que posea la titularidad ya sea el ayuntamiento o el cabildo.

Otro de los problemas es que una buena parte de las tuneras están en espacios protegidos, por lo que no podrá usarse fitosanitarios que pongan en riesgo al resto de especies. La limpieza es manual, muy laboriosa y requiere de varias aplicaciones lo que dará como resultado, según Hernando, que los productores abandonen los «pocos cultivos que quedan en las Islas».

Según el Instituto de Estadística de Canarias (Istac), hay registradas un total de 154 hectáreas de tunera en el Archipiélago, de las que 37,38 se encuentran en Tenerife, cerca de nueve menos que en 2015. El municipio de Buenavista, con 12,38 hectáreas, registra la mayor concentración de tuneras de la isla. En La Palma, la superficie controlada se sitúa en 12,5 hectáreas y en Lanzarote, en 13,8 hectáreas. Gran Canaria cuenta con la mayor extensión, de 50 hectáreas, y Fuerteventura con 27,3 hectáreas.

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana

La tunera, en peligro tras 13 años de plaga de cochinilla mexicana / A. Saavedra

David Perestelo, ingeniero agrícola experto en cochinilla mexicana, también ve muy difícil que las medidas planteadas por Agricultura sirvan para acabar con la plaga, pero cree que «nunca es tarde si la dicha es buena». Según Perestelo, la clave hubiera estado en «prevenir» la plaga. El experto cree que muchos productores optarán por abandonar los cultivos para no tener que «hacer un gasto extra» en el control del parásito.

Lo que sí deja clara la orden del Gobierno es que el incumplimiento de las pautas establecidas podrá dar lugar a la aplicación de las sanciones administrativas previstas en la Ley 43/2002, de 20 de noviembre, de Sanidad Vegetal. Sanciones dependerán de la infracción.

La desaparición de las tuneras, también conocidas como chumberas, penqueras o topetes, conlleva la extinción de otro tipo de cochinilla, la Dactilopyus coccus, un parásito que convive con su hospedador pero no lo mata y que ha servido históricamente para la producción de tinte natural, que cuenta con la Denominación de Origen Protegida (DOP). Se conoce como Cochinilla de Canarias ya que este archipiélago es el único territorio europeo donde se produce cochinilla para su comercialización. También se perderá el fruto, el tuno o higo pico, que todavía se consume en las Islas. Además las palas o pencas se emplean como forraje para el ganado.

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