¿Qué colores de plátanos hay?

El plátano nos lo imaginamos siempre amarillo o verde antes de madurar, pero hay variedades de otros colores

El plátano rojo, el secreto mejor guardado de Canarias

Agencia ATLAS

El plátano, la fruta que por excelencia se identifica con Canarias, figura en el imaginario colectivo con el color amarillo. "Oro parece plata no es, ¿de qué fruta hablamos?", dice la vieja adivinanza infantil que une el plátano al color amarillo, tal y como figura en nuestra representación mental. Sin embargo, el plátano puede adoptar otros colores y no solo el verde de cuando no ha madurado. Todo depende de la variedad.

El plátano de Canarias se concibe como un plátano amarillo, con motitas marrones o negras características. Pero en Canarias también se dan plátanos de otras variedades de colores, como son el plátano rojo o el azul. Estas variedades de plátanos de colores no son en Canarias tan comunes como la amarilla con pintitas oscuras, aunque hay cultivos tanto de plátanos rojos como de plátanos azules de escasa producción, que se explotan comercialmente mucho menos y que alcanzan mayor precio en el mercado.

La primera pregunta que surge a la vista de estos plátanos de colores diferentes al tradicional para nuestra concepción de la fruta es si son naturales o bien obedecen a una suerte de evolución transgénica. En principio, se trata de plátanos naturales, de variedades que son comunes en Asia o América, como es el caso del plátano rojo. El plátano azul, también conocido como banana azul de Java, por su parte, es común en Asia, Australia y Hawai. Resulta de la hibridación natural de dos especies de plátanos nativas del sudeste asiático: Musa balbisiana (plátano malayo) y Musa acuminata (plátano rosado).

Llega una nueva variedad de plátano a Canarias que asombra a propios y extraños.

Llega una nueva variedad de plátano a Canarias que asombra a propios y extraños. / LP/DLP

Si bien hay que destacar que no se puede pensar en un azul cielo o azul intenso. Se trata más bien de un tono azul verdoso. El color azul en el plátano no permanece, sino que es una fase en el proceso de maduración de una determinada variedad de la fruta.

¿Qué diferencias hay entre los plátanos amarillos, rojos o azules?

Además de la diferencia evidente del color, la disparidad en estas frutas se extiende a otras cualidades organolépticas, como el sabor y el olor, pero también a su composición y propiedades nutricionales. Así, el plátano rojo o marrón rojizo, por ejemplo, es rico en betacarotenos, vitamina C y magnesio. Por ello, resulta un buen antioxidante que estimula el sistema inmunológico y ayuda a prevenir resfriados y gripes. En cuanto a su sabor, es ligeramente ácido con un toque de frutos rojos que se aproxima al gusto de la frambuesa.

En cuanto al plátano azul, su sabor tiene un toque de vainilla y la pulpa es blanca y cremosa. Tiene mayor contenido de azúcar y menor contenido en potasio que el plátano amarillo y posee una concentración más alta de vitamina B6, manganeso y vitamina C. Por cada cien gramos, el plátano azul aporta alrededor de 105 calorías, 1,5 gramos de proteínas, 27 gramos de carbohidratos y 3 gramos de fibra. Además, contiene cobre, potasio y magnesio. A pesar de su contenido de carbohidratos, el plátano azul tiene un bajo índice glucémico y, como el plátano amarillo o el rojo, resulta una buena opción para quienes buscan evitar picos de azúcar en sangre.

Otra de las diferencias entre el plátano amarillo y las variedades de colores que se han comenzado a cultivar en Canarias es el precio de venta en el mercado. Los plátanos rojos y azules se venden más caros que los amarillos. Las rarezas hay que pagarlas.

Nuevo Centro de Interpretación del Plátano, en Arucas

Piña de plátanos rojos, en una finca de Arucas. / JC Guerra

Bondades del plátano de cualquier color

La abundancia en hidratos de carbono ofrece, según el estado de maduración, azúcares de diverso tipo: almidones, fructosa y sacarosa. Si se come en su momento óptimo de maduración, cuando puede pelarse con facilidad, es rico en fructosa, el típico azúcar de la fruta. Este tipo de azúcar sencillo, con un alto poder para dar sabor dulce, tiene la ventaja de poseer un efecto moderado o bajo sobre el azúcar de la sangre. Por eso, no deben descartarlo las personas con sobrepeso o que padecen diabetes, siempre y cuando lo consuman en el momento adecuado, a pesar de que tenga más calorías que otras frutas.

También hay que destacar que constituye una de las frutas de mayor aporte de fibra soluble, una clase de fibra que favorece la flora intestinal y controla los niveles de colesterol. A la abundancia en potasio hay que añadir la de fósforo. Es una de las frutas más ricas en este mineral, que está presente en todo el tejido nervioso y es responsable de la estabilidad de las neuronas.