UN PASO MÁS

La húngara Magyar Vagon envía a la CNMV la oferta formal para comprar Talgo a 5 euros por acción

El regulador de la bolsa española dispone ya del documento formal de la oferta pública de adquisición (opa) enviado por el consorcio húngaro, que deberá esperar a que el Consejo de Ministros acepte o no la propuesta de compra

Recreación de un tren tren AVE 'Avril' diseñado por Talgo

Recreación de un tren tren AVE 'Avril' diseñado por Talgo / Archivo

Un paso más. El consorcio húngaro Magyar Vagon ha enviado ya el folleto formal con la oferta pública de adquisición (opa) sobre Talgo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), uno de los pasos que tenía pendientes, cuyo plazo máximo terminaba el próximo lunes 8 de abril, según ha informado el fabricante de trenes en un comunicado. Este documento, que ya está en manos del regulador de la bolsa española, pero también del Gobierno, no será público, al menos por el momento.

El folleto formal fue enviado por Magyar Vagon al Gobierno con anterioridad, el pasado 22 de marzo. En concreto, el primer organismo que tiene que evaluarlo es Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones, dependiente del Ministerio de Economía. La Junta de Inversiones Extranjeras emitirá un informe preceptivo, que será utilizado por el Consejo de Ministros para votar a favor o en contra de la opa húngara al fabricante español de trenes.

Hasta que no dé el visto bueno el Ejecutivo, la CNMV no comenzará a trabajar en la admisión a trámite de la opa. Si lo hiciese, tanto los técnicos del regulador como su junta directiva deberá otorgar también su beneplácito. En caso de que así sea, sería autorizada y se abriría un plazo de aproximadamente un mes para que los accionistas que lo deseen vendan sus participaciones al precio pactado en efectivo y por la totalidad del capital, cinco euros por acción, una prima del 13,9% sobre el cierre de hoy en bolsa, en 4,39 euros por título. Esto supone valorar la compañía en 619 millones de euros y Magyar deberá presentar un aval bancario acreditando que dispone de los fondos.

El interés del consorcio húngaro de comprar Talgo se inició en diciembre de 2022, cuando un representante de Magyar firmó un contrato de confidencialidad e intercambio de información con el principal accionista del fabricante, Trilantic. Desde ese momento, comenzaron a negociar los términos de la operación. El 9 de febrero de este año, la empresa del norte de Europa reconoció al regulador este interés, aunque hasta el 7 de marzo no publicó el anuncio de opa, que dio el pistoletazo oficial de salida a la operación y que fue recibida positivamente por la empresa y sus accionistas.

En el documento publicado por Talgo en el regulador se indica también los diferentes organismos extranjeros que deberán dar su visto bueno a la operación. Estos son la Comisión Europea y las autoridades de la competencia de los países donde la empresa húngara ya desarrolla ya su actividad: Albania, Kosovo, Montenegro, Serbia, Egipto, Arabia Saudí y la Autoridad de Negocios de Dinamarca.

El Gobierno tomará la decisión

La autorización del Consejo de Ministros es esencial para que prospere la opa de Magyar sobre Talgo. Sin embargo, por el momento, no se han mostrado predispuestos a hacerlo. Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, verbalizó la posibilidad de no aceptarla por la sospecha de que detrás de la compra están inversores rusos, mientras que Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo, puso sobre la mesa la posibilidad de declarar Talgo como empresa estratégica, impidiendo la entrada de inversores extranjeros.

Por su parte, desde Magyar Vagon siguen insistiendo en que no existe ninguna relación accionarial, ni de negocio, con el país gobernado por Vladímir Putin. Por ese motivo, iniciarán, previsiblemente a partir de la próxima semana, una ronda de contactos y reuniones con los representantes de las diferentes carteras del Consejo de Ministros que influyen en la operación, así como con Renfe, empresa a la que Talgo tiene que entregar un lote importante de trenes de alta velocidad que acumulan años de retrasos. El consorcio quiere aportar a Talgo su capacidad industrial, que le permitirá acortar y cumplir las entregas que tiene en marcha, gracias a sus ocho fábricas en el país, que suman más de medio millón de metros cuadrados y una plantilla de casi 2.500 trabajadores, además de acceder a nuevos contratos. Además, la empresa húngara quiere garantizar al Ejecutivo la continuidad de las operaciones de Talgo en España, el empleo, su sede y la cotización en el parqué nacional.