SIN HUECO EN LAS LISTAS DESPUÉS DE AÑOS

Políticos (pocos) en retirada

Los abandonos de cargos electos son mínimos este 28-M | Dirigentes como Inés Jiménez o Dámaso Arencibia renuncian pese a las buenas expectativas

Políticos (pocos) en retirada

Políticos (pocos) en retirada

En la isla de Gran Canaria hay actualmente 426 cargos electos, repartidos entre el Parlamento regional, el Cabildo y los 21 ayuntamientos, pero en estos comicios casi se pueden contar con los dedos de una mano los políticos de cierta relevancia que han decidido retirarse de forma voluntaria para volver a sus actividades profesionales o a disfrutar de la jubilación.

No es costumbre abandonar la vida pública, y menos cuando se está en buena posición para intentar continuar otros cuatro años. Lo habitual es que los políticos sigan mientras la edad se lo permita, o hasta que los ciudadanos o sus propios partidos los envían a casa tras un varapalo en las urnas. De hecho, todavía hay un puñado de personas que resisten en las instituciones desde las primeras elecciones democráticas en España, hace más de 40 años.

«Lo raro es que alguien se marche, lo normal es aguantar todo lo que se pueda», exclama Dámaso Arencibia, alcalde de Valleseco. A sus 49 años, y con todo a favor para ser reelegido este próximo domingo, decidió dejar la primera linea política para dar una oportunidad a la siguiente generación.

Lleva 20 años como edil del Partido Popular (PP) en su pueblo, los cuatro primeros en la oposición y los últimos 16 años como regidor, siempre con holgadas mayorías absolutas. Aunque a su edad muchos otras personas siguen batallando por lograr su primer cargo electo, Arencibia considera que ya ha llegado el momento de dejarlo para dedicar más tiempo a la familia.

«No es una despedida, sino un hasta siempre; podría seguir porque me siento joven, pero entiendo que en Valleseco hace falta dar un paso a un lado porque los proyectos no son personales, sino de un colectivo, creo que yo he cumplido mi ciclo y dentro del PP de Valleseco decidimos que fuera José Luis Rodríguez el candidato; se ha creado un grupo de gente joven porque lo importante es que el proyecto tenga continuidad en el futuro», explica Arencibia, quien se apresura a subrayar que no comparte que «haya que perpetuarse en el cargo, considerarse imprescindible o pensar que si uno ser retira todo va a ir peor».

Javier Doreste y Conchi Monzón recuerdan que en Podemos se decidió estar solo ocho años

Profesionales

Puesto que Valleseco es un municipio con poca población y conoce todos los entresijos del Ayuntamiento, en últimos seis años ha compaginado su labor de alcalde con su profesión de técnico de la administración general, destinado en Tejeda.

Cuando entregue el bastón de mando el próximo 17 de junio seguirá trabajando en el consistorio cumbrero, a casi 20 kilómetros y media hora en coche de su domicilio. «Y continuaré estudiando y formándome en la administración local, que es algo que me apasiona», comenta. Con el tiempo, hasta es posible que vuelva al Ayuntamiento de Valleseco, pero como secretario, interventor o tesorero, pues se plantea preparar oposiciones para funcionario con rango de habilitado nacional.

La familia es la otra razón para la retirada, confiesa Arencibia. Su esposa y su hija mayor, que ya tiene 20 años, han vivido, «y sufrido», toda su etapa política. Ahora espera disfrutar de la niñez y adolescencia de su hijo menor, divertirse juntos, ayudarle en su educación o llevarle a jugar al fútbol. Lo que hace cualquier padre.

A pesar de ese sacrificio familiar, asegura que «ha valido la pena» y opina que Valleseco ha cambiado para bien en sus 16 años como alcalde. «Creo que hay un antes y un después en todos los ámbitos, sobre todo en los sociales y culturales», sostiene. A modo de ejemplo señala que el municipio es pionero en la isla en el bono-taxi, creado para abaratar el transporte en aquellos barrios a los que no llegan las guaguas de Global. También cita logros como tener una programación anual en el Auditorio, con música, teatro, un certamen de zarzuela o el festival del canto a la laurisilva. Además, «ahora se habla de Valleseco» por su sidra o por las carreras de caballos en la zona recreativa de La Laguna.

El secreto para permanecer 16 años como alcalde, sin necesidad de pactos, «es bien sencillo», apunta Arencibia. «Consiste simplemente en ser solo un vecino más, escuchar a la gente y ser cercano en sus momentos complicados, porque esa cercanía es lo que hace que la población confíe en ti», añade.

Como Arencibia, que de forma testimonial va de tercer suplente en la lista regional del PP, Inés Jiménez va en el último lugar de la candidatura de Nueva Canarias (NC) al Cabildo, una institución en la que ha estado de forma ininterrumpida en los últimos 24 años.

En 2019 fue de número dos de Antonio Morales y en el último mandato ha ocupado la Vicepresidencia segunda. Este pasado martes, en el último Pleno antes de las elecciones, se despidió con un emotivo discurso de agradecimiento, dirigido imaginariamente al propio Cabildo.

«Cierro así -dijo con un nudo en la garganta- una etapa más en mi vida política, en la que termino mis responsabilidades en esta querida institución. Han pasado 24 años desde que tomé posesión por primera vez en el cargo de consejera y con este culmino mi trayectoria; han sido años intensos, en algunos momentos muy duros y en otros de una alegría indescriptible cuando se logra mejorar la vida de las personas».

Responsabilidades

Sin llegar al récord de su compañero Carmelo Ramírez, que llegó al Cabildo cuatro años antes que ella y vuelve a formar parte de la candidatura de NC, Inés Jiménez ha estado 16 años en el gobierno insular, con presidentes del PP, del PSOE y de su partido, y al frente de cuatro consejerías distintas: Cultura, Museos y Patrimonio; Comercio, Industria y Artesanía; Turismo; y por último Medio Ambiente. Los restantes ocho años los pasó en la oposición, en los mandatos del PP presididos por José Manuel Soria y José Miguel Bravo de Laguna. En el Cabildo vivió también la ruptura de Coalición Canaria (CC) y el nacimiento de NC como consejera no adscrita.

Con 62 años, jura que no hay razones inconfesables para la retirada, solamente una decisión personal y una apuesta por una vida más tranquila, con más tiempo libre. «La política no la dejas nunca; yo entré muy pronto en ella, en movimientos juveniles y feministas en Telde, donde también fui concejala antes de venir al Cabildo, pero hay un momento en que se debe tomar la decisión de dar un paso a un lado», declara.

En su caso, puntualiza Jiménez, ha sido «una decisión personal después de un proceso de reflexión, pues este último mandato en el área de Medio Ambiente ha sido el más complejo». Nada más llegar se encontró con uno de los grandes incendios forestales.

Demetrio Suárez es uno de los pocos supervivientes de las elecciones de 1979 al Cabildo Insular

El partido le ofreció repetir en la candidatura al Cabildo, quizá no de número dos porque ese puesto estaba reservado desde hace tiempo para el delfín Teodoro Sosa, pero optó por la retirada para volver a trabajar en la administración de la Comunidad Autónoma, donde tiene plaza. También insiste en que mantendrá su militancia y compromiso con NC, por lo que está participando en la campaña electoral «más que nunca».

Así quedará escrito en el acta del último Pleno: «Querido Cabildo, quiero compartir contigo que seguiré con mi compromiso político ejercido desde otras labores. La política forma parte de mi vida desde muy joven, con unos principios que he puesto en práctica tanto desde el Gobierno y la Oposición. Y así seguirá siendo a partir de ahora, como ciudadana y militante, trabajando por Gran Canaria desde la convicción de que un mundo más solidario y sostenible es posible».

Javier Doreste, primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es otro de los escasos ediles que no repite en estas elecciones y su primera respuesta es que la retirada de un político ni siquiera debe ser noticia, sino algo lógico. Enfrentado a la dirección de Podemos y expulsado de sus filas, hace más de un año que anunció que no se volvería a presentar porque ya ha cumplido su compromiso de estar solo ocho años en un cargo electo. «Yo soy miembro fundador de Podemos en la ciudad de Las Palmas y siempre dijimos que únicamente estaríamos dos mandatos porque no queremos ser como la casta, que lleva toda la existencia haciendo de la política un modo de vida y no un trabajo en favor d e los ciudadanos», explica Doreste.

Experiencia

Ese es el origen de la decisión de no presentarse, aunque en el último año hubo ofertas de otras organizaciones de izquierda, también con escindidos de Podemos, para incorporarse a alguna candidatura. «Si así fuera, estaría faltado a lo que dijimos, que no somos como los demás, que no venimos a hacer casta», insiste el concejal de Urbanismo de la capital.

La experiencia de los ocho años en el Ayuntamiento, añade, «es muy positiva, porque se han hecho cosas para la ciudad y siempre pesa más lo bueno que lo poco negativo». Con 67 años, ya en edad de jubilación, dice que «ahora toca volver a la base, a seguir la política desde el otro lado de la barrera, en las asambleas y el sindicato».

Es lo que llevaba haciendo desde muy joven, primero en la militancia antifranquista y después en partidos como Unión del Pueblo Canario (UPC) e Izquierda Unida Canaria (IUC). Asegura que cuando deje el puesto en el Ayuntamiento no se va a aburrir. Ya tiene un nieto y dos grandes aficiones, leer y cocinar. «Tengo muchos libros pendientes y me gusta hacer de comer, pero antes cocinar y luego leer, porque si primero me pongo a leer, luego no hay comida», bromea.

Una situación similar también ha llevado a Conchi Monzón a abandonar la actividad política tras ocho años, los cuatro primeros como diputada de Podemos en el Parlamento de Canarias y en este mandato que acaba como consejera del Cabildo, responsable del área de Vivienda y Arquitectura en el gobierno tripartito.

«Estar ocho años fue un compromiso desde el inicio; me presente con el primer Podemos que conocimos y estaba tasado estar solo ese tiempo en los cargos, luego todo eso ha cambiado», recuerda Monzón sin morderse la lengua sobre la actitud de algunos dirigentes canarios del partido que creó Pablo Iglesias.

La consejera del Cabildo considera, además, que debe haber revelo en esos cargos porque conllevan una actividad intensa. «Yo me desvelo por cada problema que aparece y ese ritmo no se debe mantener mucho tiempo, es conveniente que cambien las personas porque lo importante son los proyectos políticos», recalca Monzón, quien no esconde que en sus ocho años ha sido «crítica» con algunas decisiones del partido y en este mandato en el Cabildo apenas ha tenido contacto con los dirigentes de su organización.

«La verdad», confiesa, «es que estoy fuera de Podemos desde hace tiempo, pero tenía un programa de gobierno y una responsabilidad que cumplir; aunque el partido cambiara de actitud y pudiera seguir, ya no tenía sentido continuar en un proyecto que no aglutina ni cuida a su gente, que se queda como estamos viendo en sus divisiones internas».

Con 58 años, se considera una persona «inquieta y comprometida», por lo que no sabe si habrá algún proyecto que la vuelva a ilusionar. «No sé lo que me deparará el futuro», admite.

Por lo pronto no estará lejos de la actividad pública, porque es funcionaria de la Comunidad Autónoma, ingeniera técnica agrícola, y su vida laboral siempre ha estado ligada a los departamentos de Agricultura o Aguas.

Demetrio Suárez, actual concejal de Gáldar en la oposición, es uno de los supervivientes de las primeras elecciones al Cabildo, en 1979, pero cree que con 78 años «ya ha llegado el momento de descansar». Es uno de los históricos del PSOE y, salvo en el periodo de 2015 a 2019, ha ocupado cargos políticos en la corporación insular, en el Ejecutivo autónomo y en el Ayuntamiento de Gáldar, donde estuvo en seis mandatos en el gobierno, cinco como alcalde.

Surárez, empezó como consejero del Cabildo por la UCD, en la presidencia de Fernando Jiménez, para luego formar un grupo independiente en Gáldar y acabar con los socialistas. Aún es presidente de la comisión ejecutiva insular del PSOE, cargo que también dejará en el próximo congreso. «Seguiré echando una mano en lo que pueda siempre que me lo pidan, pero no interferiré si no me lo piden», avisa.

Suscríbete para seguir leyendo