Entrevista | Elsa Gutierrez Labory Directora de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC

Elsa Gutiérrez Labory: «Nuestro alumnado marca la diferencia en cuanto a capacidad de trabajo»

La directora de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC destaca la formación multidisciplinar de los egresados

Elsa Gutiérrez Labory en la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, en el Campus de Tafira.

Elsa Gutiérrez Labory en la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, en el Campus de Tafira. / José Carlos Guerra

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

La Escuela de Arquitectura de la ULPGC es uno de los centros con mayor proyección internacional, traducida en numerosos premios, a profesores y alumnos, en certámenes nacionales y extranjeros. Una realidad que analizamos con Elsa Gutiérrez Labory, directora de la Escuela desde 2020 y miembro del equipo docente desde 1997, quien destaca la gran capacidad de trabajo, entrega y la formación multidisciplinar de los egresados.

En los últimos años ha crecido el número de arquitectos jóvenes formados en la ULPGC y de profesores de Arquitectura que triunfan, tanto en la obtención de premios como de proyectos, fuera de nuestras fronteras. ¿Es una nueva tendencia o siempre ha sido una constante en la Escuela?

Llevamos mucho tiempo cosechando premios, tanto los profesores como los estudiantes. La Escuela siempre ha tenido buena fama, pero lo cierto es que nos falta dar ese paso de dar a conocer a la sociedad qué se hace en la Escuela de Arquitectura, y ese es uno de los retos de este equipo de gobierno, porque cuando empiezas a elaborar el listado de nuestros estudiantes y egresados con los premios que van consiguiendo te das cuenta de que tan mal no lo estamos haciendo. Los premios no son algo nuevo, vienen de lejos, pero de cara a la sociedad no lo hemos sabido transmitir, y es un valor de nuestra Escuela a resaltar.

¿Tiene esta Escuela de Arquitectura un sello propio que la distingue del resto del país?

La verdad es que hacemos trabajar mucho a nuestros estudiantes, las cosas como son, por ahí viene un poco la fama de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, pero lo cierto es que, cuando se titulan, salen dotados de una cantidad de herramientas importantes para hacer frente a cualquier reto profesional. Cuando nuestros estudiantes van o se miden con otras escuelas en La Península suelen marcar la diferencia en cuanto a su capacidad de trabajo.

«La Escuela siempre ha tenido buena fama, pero nos ha faltado darnos a conocer a la sociedad»

¿Qué distinciones destacaría de las recibidas recientemente?

Entre los estudiantes, solemos traernos premios Isover, una competencia con todas las escuelas nacionales relacionada con diseños para la alta eficiencia energética y confort acústico. Recientemente le han dado un premio a una egresada nuestra en Francia como la mejor arquitecta menor de 40 años que ha desarrollado su trabajo allí. Hemos tenido en los premios de Asemas, que también son a nivel nacional, dos menciones a nuestros proyectos fin de grado. Además, diferentes estudios de Arquitectura de estudiantes egresados están consiguiendo premios de diseño a nivel internacional, como es el caso de un grupo de chicos en 2021 que fueron los comisarios en el pabellón en la Bienal de Arquitectura de Venecia, eran un grupo de cuatro jóvenes y tres de ellos son egresados en la ULPGC. Son muchos los reconocimientos, y en este sentido quiero resaltar la labor del profesorado de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, desde primero hasta fin de carrera, es una labor en conjunto y al final lo que mejor habla son los resultados, tanto de nuestros estudiantes como de nuestros egresados.

¿Ha cambiado el perfil de las nuevas generaciones de titulados de Arquitectura?

Si, el perfil ha ido cambiando por las nuevas tecnologías, por la implicación en el tema de eficiencia energética, pero el nivel de trabajo, de entrega y esa formación multidisciplinar que caracteriza a la carrera de Arquitectura no. En cuanto al perfil del egresado, ha cambiado porque han cambiado los tiempos y nuestros estudiantes se tienen que reinventar. En mi época salíamos y prácticamente montabas tu estudio, ahora se unen no sólo equipos de diferentes arquitectos, sino con geógrafos, paisajistas... para crear un equipo multidisciplinar y trabajar en proyectos conjuntos.

«El perfil del egresado de Arquitectura ha cambiado porque nuestros estudiantes se tienen que reinventar»

¿Cuáles son los nuevos retos que debe afrontar la formación del arquitecto en el momento actual?

Estamos con todo el tema del cambio climático, que es fundamental, hay que trabajar en ello no sólo de cara a las edificaciones, sino en todos los aspectos de las ciudades. También en la masificación de las ciudades, de los coches, hacer ciudades más agradables para el peatón, porque lo podemos ver en nuestra propia ciudad, con innumerables atascos. Hay que hacer las ciudades más amables. Y la multidisciplinariedad es otro reto en el que más insisto a nuestros estudiantes, cada vez son más las disciplinas que se juntan en un mismo proyecto. En la Escuela siempre se ha impulsado el trabajo en equipo, los alumnos aprenden desde el principio a trabajar en equipo, y es una de las cosas que más cuestan, porque no es fácil, pero cada vez está más presente que tienen que trabajar con gente de distintas disciplinas.

El envejecimiento de la plantilla docente e investigadora es uno de los principales problemas de la Escuela de Arquitectura, ¿cuál es la hoja de ruta en este sentido, existe reemplazo para el alto nivel de jubilaciones que se prevén?

Pues en ello estamos trabajando. No es una cosa que atañe sólo a la Escuela de Arquitectura, que es verdad que tenemos a nuestra plantilla muy envejecida, lo hemos hablado ya en el Rectorado, pero es un problema de prácticamente toda la Universidad. Está costando hacer esos reemplazos, pero tanto los directores de departamentos como yo misma, estamos insistiendo muchísimo en ello, y en que entre sangre nueva en la Escuela, ese es uno de nuestros mayores retos en este momento.

¿Existe interés por parte de los nuevos titulados de emprender la carrera docente en la Universidad?

Si, yo mantengo contacto con nuestros egresados, y hay jóvenes con vocación docente y, además, con intereses marcados en determinadas disciplinas. Hay gente que prefiere estar en temas de urbanismo, otros en proyectos o en composición, y siempre me preguntan cómo poder acceder a este mundo, que en realidad es meterte en un programa de doctorado, hacer la tesis doctoral, acreditarse y empezar a formarse en este ámbito. Pero si que me encuentro con bastante gente muy interesada y haciendo cosas muy interesantes.

«El cambio climático o la masificación de las ciudades, entre los nuevos retos a los que se enfrenta la formación del futuro arquitecto»

Tras la denominada crisis del ladrillo descendió de forma importante la demanda en la carrera de Arquitectura. ¿Han logrado frenar esta bajada en las matriculaciones?

En los últimos años ha aumentado, este curso hemos tenido una matrícula de 114. Nuestro número máximo de estudiantes es de 150 y con la crisis del ladrillo estaban entrando en torno a 50 estudiantes, pero después de la pandemia tuvimos un repunte que no esperábamos, porque prácticamente no pudimos trabajar en la difusión de los estudios, pero se disparó la matrícula, entraron 80 y, poco a poco, seguimos subiendo.

¿Se ha incrementado el número de mujeres que opta por los estudios de Arquitectura?

Ahora hay más alumnas, ya podemos decir que tenemos un equilibrio entre hombres y mujeres, estamos en torno al 48% de alumnos y el resto alumnas, la diferencia es muy poca pero bastante equilibrada. Cuando yo estudiaba éramos muy poquitas mujeres, contadas con los dedos de las manos. El perfil prácticamente es el mismo, es cierto que siempre aparecen algunos que en la Escuela llamamos paracaidistas, porque no saben qué hacer y llegan aquí, y curiosamente a algunos les engancha la carrera y otros acaban marchándose porque no es lo suyo, pero Arquitectura es una carrera totalmente vocacional, donde se combina la parte artística con la parte técnica. A veces me cuesta hacerles entender la particularidad de los estudios de Arquitectura, porque no es un estudiante modelo técnico de física y matemáticas, también tiene que tener la parte artística, y es complicado. A nosotros nos vienen alumnos tanto del bachillerato artístico, que flaquean en asignaturas más técnicas, como del científico-tecnológico y ahí flaquean en la parte artística. Tenemos esa mezcla de estudiantes, que al final salen.

«Nuestros estudiantes cada vez tienen más presente que deben trabajar con profesionales de distintas disciplinas»

¿Tienen un alto nivel de abandono de los estudios?

Se titulan bastantes estudiantes, más del 50% seguro. Es verdad que algunos abandonan en medio, se enganchan a trabajar en estudios, algunos olvidan el último paso que es el trabajo fin de grado (TFG), y otros, por necesidades económicas para pagarse los estudios, se ven obligados a trabajar, y algunos posponen el TFG.

¿Cuáles son las salidas profesionales más comunes entre las nuevas generaciones de titulados?

La verdad es que el perfil ha cambiado, sigue habiendo gente que monta su estudio y construye edificios, otros que trabajan para las administraciones públicas -ayuntamientos y cabildos-, o en cooperación, y luego hay quienes se reinventan. Por ejemplo, tengo una chica que es arquitecto que se dedica al diseño de joyas, y luego tengo un estudiante que hace este año el diseño del escenario del Carnaval de Tenerife, además de arquitecto es profesor de Escenografía en la Escuela de Teatro. El abanico es muy grande.

¿Existe «fuga» de titulados a otras regiones o países por falta de oportunidades en Canarias?

Cada vez menos. De todas formas, en el mundo en el que vivimos el irse fuera a estas edades es muy común, es el momento de hacerlo, pero muchos vuelven. Por ejemplo, hay un grupo de estudiantes que trabajaban en Alemania, su proyecto para un festival alemán fue elegido entre más de 300 propuestas, y de estos tres chicos, uno está en Estados Unidos y los otros dos han vuelto y están aquí trabajando. Sé de otra chica que estuvo en Japón y, a pesar de que allí le iba muy bien las cosas, al final ha vuelto y montó su estudio aquí y también le va muy bien. En definitiva, son gente que se mueve por el mundo, pero veo que al final terminan otra vez aquí.

¿Cuál es la relación de la Escuela de Arquitectura con el entorno?

Nosotros formamos a nuestros estudiantes para que sean los futuros arquitectos, los que van a hacer los planeamientos urbanísticos de nuestro territorio. A nivel más cercano, sobre todo contribuimos con los proyectos fin de carrera, porque se realizan en lugares reales, con normativas reales y edificios que se puedan construir. Ahora mismo uno de los retos que tenemos es que la sociedad conozca qué se hace en la Escuela. Hace unos días pedí el listado de dónde se están haciendo los proyectos fin de carrera porque me gustaría exponérselos a los respectivos ayuntamientos para que nuestros chicos cuenten a los ciudadanos qué han hecho en sus entornos. Eso es fundamental.

¿Cuáles son los retos del nuevo equipo directivo?

Aparte de conseguir profesorado joven para la Escuela, siempre hay cosas que mejorar en nuestro centro. Estamos trabajando para poner en marcha el laboratorio de simulación, para la docencia e investigación; y en seguir promocionando los estudios de arquitectura entre estudiantes de la ESO y bachillero, para crearles conciencia y mostrarles en qué consiste la carrera de Arquitectura, de cara a que vayan eligiendo las asignaturas que más se adapten al perfil de nuestros estudios, sobre todo en Secundaria.

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