El fuerte viento provocó la colisión de un helicóptero contra un árbol en Tenerife Sur

«¡Cuidado, cuídado!», exclamó el comandante al copiloto poco antes de que se produjera el choque que se saldó sin heridos

El rotor de cola del helicóptero accidentado en el aeropuerto Tenerife Sur.

El rotor de cola del helicóptero accidentado en el aeropuerto Tenerife Sur.

El fuerte viento, unido a la actuación del comandante, provocó el accidente del helicóptero medicalizado del Servicio de Urgencias Canario (SUC) que colisionó con el rotor de cola contra un árbol en la helisuperficie del aeropuerto Tenerife Sur en marzo de 2022 sin que se produjeran heridos. Las conclusiones del informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Aéreos (Ciaiac) señalan que “la tripulación subestimó la influencia del fuerte viento en la maniobra de posicionamiento”, una acción que se vio “agravada por la asunción de los mandos de vuelo por el comandante” cuando el copiloto se disponía a posarlo en tierra.

El accidente se produjo sobre el mediodía del lunes, 28 de marzo, después de que la aeronave realizara un traslado de un paciente desde El Hierro hasta el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife. Cuando regresaban a su base en el aeropuerto del sur de Tenerife con dos sanitarios como pasajeros, la tripulación habló de la intensidad de los vientos, con rachas de entre 103 y 112 kilómetros por hora a 1.500 metros de altitud.

Aunque tengamos mucho viento, soy partidario de dejar el helicóptero como siempre, por seguridad; vamos a ver cómo está allí y lo evaluamos, pero es preferible; es que si no la cola está allí muy fuera. A ver si con los árboles se tapa un poco viento”, le dijo el comandante al copiloto, que en ese momento llevaba los mandos de la aeronave. Cuando dice “como siempre” se refiere a que esté de cara al edificio donde tiene la base Babcock, la empresa concesionaria del servicio.

El helicóptero llegó sin problema a Tenerife Sur y realizó su propio rodaje, que a diferencia de los aviones se practica aún volando. En el momento de aterrizar, el copiloto indicó que lo llevaba bien, “aunque se pelea un poco con el viento”, apunta el informe de la Ciaiac. El comandante le conmina a agilizar la maniobra, hasta que llega un momento en el que en las grabaciones se le escucha exclamar: “¡Cuidado! ¡cuidado!”; y a continuación: “Mío, mío”. 

La máxima autoridad dentro de la aeronave decidió coger los mandos cuando poco después se produce una vibración. Medio minuto más tarde, uno de los sanitarios advierte de que el helicóptero “está tirando un líquido por atrás”. Y segundos más tarde, alguien desde el exterior les advierte de que han chocado contra un árbol. “¿Qué árbol? ¿Qué hemos dado en el árbol? ¿Con el rotor de cola?”, pregunta el comandante. 

El helicóptero había ascendido unos cinco metros y había tocado con la parte posterior con los ejemplares que daban cobijo a la helisuperficie cuando inentaba dejar la aeronave de frente al edificio, aunque finalmente quedó en la posición totalmente contraria a la pretendida por la tripulación. La Ciaiac señala que el comandante estuvo “raudo” en posar la aeronave tras el choque y antes de que se desestabilizara por los importantes daños que había sufrido en el rotor de cola y en el estabilizador vertical.

Las conclusiones del informe apuntan a que el accidente se produjo porque “la tripulación subestimó la influencia del fuerte viento en la maniobra de posicionamiento del helicóptero sobre la plataforma de estacionamiento”, que estuvo “agravado por la asunción de los mandos del vuelo por el comandante con escasa conciencia de la condición de inestabilidad del helicóptero”. “Esto hizo”, continúa, “que en la maniobra se rebasase la zona de protección de obstáculos en la helisuperficie K3 y la cola del helicóptero impactase contra un árbol”.