El Gobierno reactiva la declaración de Lomo Riquiánez como Sitio de Interés Científico

El Gobierno de Canarias reactiva la declaración de Lomo Riquánez, en Arucas, como Espacio Natural Protegido, en la categoría de sitio de interés científico, tras haberse quedado en un cajón durante años. El alcalde, Juan Jesús Facundo, se congratuló durante el pleno ordinario de esta noticia que se dio a conocer este viernes, después de que investigadores y ecologistas vinieran alertando de daños irreparables que se venían registrando por el abuso de motoristas y senderistas y obras en la zona.

Lomo Riquiánez «constituye un área de especiales características naturales y culturales, dotadas además de una notoria singularidad y belleza escénica, todo lo cual determina su imperiosa necesidad de protección. La declaración de este espacio como Sitio de Interés Científico –y no como de Paisaje Protegido inicialmente propuesto– tiene por finalidad contribuir a la conservación de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos en conexión y armonía con los usos, derechos y aprovechamientos tradicionales y con el desarrollo de actividades educativas, científicas, culturales o recreativas, compatibles con la protección del espacio». La consejería de Política Territorial ha puesto en marcha bajo estos argumentos este expediente, que se somete ahora a información pública para su protección y declaración como Espacio Natural Protegido de Canarias.

Alerta máxima

El ámbito propuesto comprende 306,6 hectáreas, quedando enmarcado del Norte al Sur, entre la vega agrícola de Arucas, a la que deja fuera, y la montaña del Picacho. Por el flanco oriental alcanza la franja de laderas hasta el encuentro con la carretera GC-303, que abandona para bordear por el margen superior el núcleo de Santidad Alta, mientras que por el flanco occidental el ámbito propuesto discurre por tramos de laderas colindantes a los núcleos poblacionales de Visvique, Santa Flora, o los Portales, situados en el borde del barranco de Las Zanjillas.

La medida persigue la protección de sus formaciones naturales y especies endémicas de ambientes termófilos vinculadas a hábitats de interés como los palmerales, acebuchales y granadillares y, especialmente, las comunidades de brezales en regeneración que progresan en las laderas intermedias y partes cimeras del Lomo.

En sus características, se destaca que, desde el punto de vista geológico, están presentes materiales fonolíticos correspondientes al Ciclo I de formación de la isla de Gran Canaria, que se localizan en la parte superior y en la vertiente occidental del lomo. Las coladas fonolíticas representadas se encuentran ligeramente inclinadas al Norte, lo que indica que en origen descendieron radialmente desde la parte central de la Isla en dirección al mar, señala el documento.

Como rasgo singular se detalla que en la parte meridional del lomo se localizan los restos de un desmantelado cono volcánico denominado El Picacho, perteneciente al Ciclo Post Roque Nublo, que surgió sobre el apilamiento fonolítico. Este edificio conformado por lapillis y algunas bombas basálticas muy vesiculares, disponía de un cráter abierto hacia el noroeste, ocupado a día de hoy por unas instalaciones militares, pudiendo reconocerse en su frente septentrional los restos de la emisión de una colada de escasa extensión superficial.

Vinculado a su pasado agropecuario se desarrollaron numerosas infraestructuras asociadas a la cultura del agua, que han dejado la impronta en el paisaje.

Satisfacción municipal

Juan Jesús Facundo recordó que este es un trámite en el que vienen trabajando desde hace años en el ayuntamiento. En este sentido, Política Territorial del Gobierno ha señalado que el trámite fue iniciado por el propio Ayuntamiento en 2019, con la solicitud formal al Gobierno de Canarias de la declaración y su inclusión en la red canaria de espacios naturales. En 2020 se inicia de manera formal, previa consulta a otras administraciones.

En una primera fase de consulta pública celebrada entre 2020 y 2021 recibieron un total de 22 aportaciones, que tenían que ver con la regulación del uso deportivo en la zona, la compatibilidad del uso residencial y vacacional o la inclusión de valores en presencia tales como las charcas y restos con valores arqueológicos o etnográficos, y que fueron introducidas en el documento, que ahora vuelve a rescatarse para su aprobación.

Un grupo de geógrafos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ya alertaron recientemente durante un trabajo de investigación del peligro de acabar con buena parte de este espacio natural, que achacaron en gran parte a la proliferación de nuevos caminos ‘colonizadores’, que abren de forma incontrolada por el trasiego de senderistas, motos y bicicletas. Los autores del estudio proponían como medida de protección delimitar las zonas de paso, para evitar que se abran nuevas pistas, sobre todo en las cercanías de las zonas urbanas y tramos de baja pendiente.

En esta misma línea, ecologistas ya advirtieron también hace unos años de los daños irreparables que estaba sufriendo esta zona, sobre todo tras la ejecución de obras en unas fincas agrícolas, que afectaban al humedal.