Una fundación califica el inmueble como una maravilla arquitectónica

El hotel Oasis, proyectado en 1965 por los arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Mozelún, apoyados por Manuel de la Peña, figura entre las 160 mejores obras de la arquitectura moderna de España y Portugal, donde solo aparecen otros ocho edificios del Archipiélago, la mayoría de Miguel Martín Fernández de la Torre. Así, en el catálogo del periodo 1925-1965 de la Fundación Internacional Docomomo se incluye al Oasis junto a otras cuatro maravillas arquitectónicas de Gran Canaria (el Cabildo insular, el Psiquiátrico de El Sabinal, la Casa del Doctor Ponce Arias y la Casa del Marino), tres de Tenerife (la Casa Ayala, la Casa Mascareño y el Centro Ramón y Cajal) y una de Lanzarote (el hotel Fariones).

Este inmueble incluido en el Registro Docomomo Ibérico desde 1996, constituye un conjunto de gran interés arquitectónico, y como tal ha sido incluido en el Catálogo Inicial de Edificios del Plan Nacional de Patrimonio del Siglo XX, que la Fundación ha elaborado por encargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España, dependiente del Ministerio de Cultura. José Antonio Sosa, catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC ) y autor de varios estudios sobre el Oasis destaca de la memoria del edificio, incluida en el registro internacional de la Fundación Docomomo que "el inmueble se localiza sobre uno de los parajes más bellos de la costa canaria; sobre un oasis natural, próximo a la Charca de Maspalomas, y aprovechando el bosque de Phoenix canariensis".

Respecto a la estructura arquitectónica del hotel, Sosa señala cómo para respetar el paraje natural "el edificio se extiende como una red sobre el lugar provocando el sorprendente efecto de un espacio arquitectónico poroso y variado, en el que patios y jardines, intercalados en la materia edificada se confunden entre sí, desdibujando el límite de la operación". También explica como la estructura en red, muy de la época por otra parte (Y. Friedmann, Candilis, Josic y Woods, los Smithson o Le Corbusier en Venecia), queda homogeneizada por eltratamiento de fachadas a base de piedra volcánica rojiza, cuyo despiece de importantes dimensiones encuentra justa correspondencia en las grandes aberturas de las terrazas, los grandes cerramientos de persianas o las extendidas ventanas horizontales de las galerías de acceso a las habitaciones.