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Caso Talio

La última doctora que trató a Laura no sabe "de qué murió"

"Los síntomas variables que presentaba nos hicieron sospechar que algo estaba pasando", apunta Carmen Pérez

La última doctora que trató a Laura no sabe "de qué murió"

La doctora Carmen Pérez Ortiz, una de las últimas profesionales sanitarias en atender a la enfermera Laura Aróstegui antes de su muerte, ofreció ayer uno de los testimonios más contundentes de los ofrecidos hasta la fecha en el caso talio al sostener que ni ella ni sus compañeros sabrían decir "de qué ha muerto esa señora" y al agregar que la evolución del cuadro clínico de la paciente, con tantos síntomas variados, fue lo que les hizo "sospechar" de la existencia de una "muerte por intoxicación, bien de medicamentos o bien de veneno".

La médico del Hospital Insular, que ayer se sometió a un duro interrogatorio por espacio de casi cuatro horas, declaró este lunes ante el jurado como testigo. Hoy repetirá como perito. Entre otras cuestiones, Pérez Ortiz recalcó la extraña forma de morir de Laura - "su corazón entró en disociación electro mecánica, y si se descartan las causas naturales que provoca ese fenómeno, hay que pensar siempre en la acción de los tóxicos", expuso- y confesó que "los síntomas que padecía me hicieron pensar en una intoxicación por metales pesados", ya que "había cosas que no me cuadraban". Igualmente, la galeno confirmó que la autopsia judicial al cuerpo de Laura fue solicitada "por los compañeros que estaban de guardia" y que en la Unidad de Medicina Intensiva se era consciente de la orden que se había dado para "restringir las visitas" a la paciente tras aparecer analíticas en las que aparecían restos de "fármacos no pautados".

A preguntas de las distintas partes, Perez, que atendió a Laura en los seis anteriores a su muerte, certificó que en el Insular "no se usaba tiopental [un tipo de medicamento muy potente]", apuntó que el protocolo seguido para realizarle análisis más profundos a la enfermera fue indicado desde el Hospital Gómez Ulla y aseveró que desde este centro "se nos dijo que lo único que teníamos que tener en cuenta era el talio". A su juicio, la esposa de Iván Ramírez, al que se le piden 25 años de cárcel por un presunto delito de asesinato por envenenamiento no mostraba "síntomas de padecer una enfermedad de almacenamiento del glucógeno". En esa línea, a preguntas del jurado, destacó que si la chica hubiese padecido una extraña patología "hubiese tenido los siempre síntomas" y "eso siempre no fue así". "Mis compañeros y yo estábamos desorientados y eso nos hizo sospechar. Ni yo ni ellos habíamos visto un caso así en 25 años", sentenció.

La sesión de ayer, que puso punto y final al maratón de testificales si se exceptúa la declaración aplazada del doctor Unamuno, también sirvió para escuchar el testimonio de otros cinco médicos y enfermeros. La doctora Ivonne Vera confirmó que el cuadro variable de Laura "nos impidió dar un diagnóstico definitivo". Otra doctora, Beatriz del Amo, concretó que no había percibido "marcas de punzión" en su costado izquierdo. Un testimonio que coincidió con el de la enfermera Idalia Marrero. Y otra profesional, Montserrat Domínguez, detalló cómo Iván le había pedido un glucómetro para seguir la evolución de su mujer.

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