En planta desde las siete de la mañana. Los nervios a flor de piel. Una botella de vino de Acusa preparada para abrirse en el momento indicado, a pesar de que se desconoce si ese instante llegará a producirse. Un despacho vacío, levemente iluminado por la pantalla del ordenador encendido. El alcalde de Artenara asiste, aunque no presencialmente, al Comité Internacional que decidirá si Risco Caído y las Montañas Sagradas se convertirán en Patrimonio Mundial por la Unesco. "Me siento como un hombre que va a besar por primera vez a la mujer que quiere, el hormigueo en el estómago no me lo quita nada", sostiene Díaz.

Bingo. Desde la Cumbre de Gran Canaria observa como el presidente del Cabildo, Antonio Morales, aplaude con emoción tras el esperado nombramiento, por el que han trabajado cientos de personas de las múltiples administraciones públicas durante cuatro años. "Hoy es un día histórico, que marca un buen futuro para los municipios cumbreros", resalta Díaz visiblemente satisfecho.

Los vecinos se unen a su entusiasmo desde el Mirador de Unamuno, en donde se observa la caldera de Tejeda y el aire es tan puro que casi parece quemar el tabique nasal. Brindan por una buena gestión de estos espacios, que han observado durante toda su vida. "Es una noticia increíble y sentimos mucha emoción", asevera ilusionado Miqueas Sánchez, que regenta la panadería de su abuelo, Abraham Romero. "Somos muy conscientes de que este reconocimiento dará mucha visibilidad al pueblo, pero esperamos que eso no repercuta en malas gestiones del turismo: creo que tenemos la oportunidad perfecta para cuidar lo que es nuestro", sostiene con contundencia.

Por otro lado, empresarios como Armando Gil, que regenta el famoso restaurante Casa del Caminero en Tejeda, o Juan Manuel Santana, encargado de El Refugio de Tejeda, sienten la esperanza de que la declaración ayuda a aumentar el número de visitantes a los municipios que comprenden las Montañas Sagradas y que, por ende, repercute en la economía local. "No sé hasta qué punto nos podremos basar en la declaración para mejorar la situación de la Cumbre, pero sabemos que ayudará; asimismo, no servirá de nada si desde las administraciones no impulsan proyectos y redactan un plan estratégico: esto no puede ser un punto final, sino un punto de partida", recalca Gil.

También lo piensa así César Agut, voluntario y coordinador oficioso del Museo de las Casas Cuevas en Artenara. "Nunca entendí por qué muchos canarios permanecen en la capital cuando en la Cumbre poseen un lugar maravilloso para vivir", asevera convencido, en mitad de un pitoste que se ha formado en la gasolinera del municipio en relación a la noticia de Unesco. "Todos están muy contentos, pero algo temerosos porque lo que no queremos es que la Cumbre se convierta en una segunda Maspalomas: que la declaración sirva para dar el empuje a los pueblos, que las instituciones apuesten por los vecinos con formación profesional para los nuevos empleos que seguramente se generen", sostiene.

Agut, que aun siendo peninsular es un enamorado de la Isla y de su Cumbre, sostiene como muchos otros vecinos de la zona que el encanto de los municipios más altos de la Isla también se encuentra en las propias personas. "No debemos olvidar que los parajes de Gran Canaria se han reconocido en parte por lo bien conservados que están, pero el mantenimiento de los mismos lo han gestionado los propios lugareños", explica, por otro lado, Octavio Montesdeoca, profesor de Turismo y primer guía turístico de Risco Caído. "Sería ideal conseguir que muchos de los que se han ido por falta de empleo vuelvan, porque me consta que muchos no querían irse", añade.

Mientras tanto, y pensando en ese futuro, los vecinos y políticos de la cumbre -Francisco Perera, alcade de Tejeda, y Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar, asistieron a la celebración- brindan con esperanza por el bien de la Cumbre.