Los puesteros de Cruz de Tejeda, «en la calle de un día para otro»

Los puesteros de Cruz de Tejeda se han quedado helados, y no por unas temperaturas que estos días han rondado los cuatro grados centígrados a primeras horas de la mañana en esa encrucijada de caminos, sino por la carta de Patrimonio del Cabildo de Gran Canaria en la que les insta a abandonar el 3 de marzo, como muy tarde, el inmueble en el que ofrecen sus productos a los miles de turistas e isleños que visitan la cumbre.

En la misiva se les explica que el objetivo del desalojo es la renovación de una infraestructura que están ocupando “indebidamente” y “sin título alguno”, apremiándoles a la entrega de las llaves.

Antonio Ravelo es el veterano del grupo, con nada menos que 53 años apostado en el sitio desde que llegara en 1969. Explica que en aquél momento se trataba de unos puestos de fortuna ubicados sobre un solar que reclamó para sí el Ministerio de Turismo para el Parador. Eso fue en la década de los 70. Ellos se cambiaron de lugar, y con el tiempo el Cabildo les agradeció el gesto «cuando llegó el señor Macías», en alusión al que fuera presidente de la Corporación a partir de 1990, que fue el que mandó levantar la construcción actual.

Así estuvieron trabajando unos diez o doce años, «pero sin papeles, hasta que se decidió regularizar la situación convocando subastas cada diez años y nosotros pagando las correspondientes cuotas», explica Ravelo.

Justo en el confinamiento por la pandemia tocaba subasta de nuevo, pero ante el parón y la ruina económica que suponía para los puesteros «nos dirigimos a Patrimonio», relata Diego Herrera, que junto a su mujer gestiona otro de los negocios del lugar, «y nos dijeron quédense tranquilos, pero ahora nos vienen que en unos días tenemos que desalojar sin derecho a nada».

Herrera asevera que él no quiere guerras, «pero sí que voy a luchar por mi familia». Trabaja con su mujer, es padre de tres hijos, «estoy pagando una hipoteca, y hemos vivido lo más duro de la crisis sanitaria aquí arriba, con cero turistas y apenas unos pocos visitantes de la isla durante meses y meses para que ahora, justo cuando se está empezando a mover algo, vernos en la calle».

Ravelo, por su parte, señala que ya las instalaciones han recibido tres actualizaciones de sus infraestructuras, y en ocasiones anteriores, «han optado por ir arreglando seis puestos y luego los otros seis, para no dejar a nadie sin su sustento».

Ahora mismo están ocupados siete de los doce lugares habilitados para la venta, uno de ellos para la oficina de información turística, por lo que da empleo a unas doce personas «que estamos de alta como autónomos», matiza Diego Herrera.

A lo largo del más de medio siglo de existencia del pequeño mercado ha terminado formando parte indivisible de la postal de Cruz de Tejeda, con reseñas en todas las guías turísticas de la isla, y con clientes incondicionales. Es el caso de los moteros de Gran Canaria, que por iniciativa propia y tras enterarse estos días de la delicada situación de los comerciantes, «van a organizar una movilización que están programando para el día 1 de marzo, en víspera de la entrega de llaves».

El partido Los Verdes se situaba en los primeros colectivos en denunciar estas circunstancias el pasado fin de semana, que califica de un «abuso de poder del Cabildo de Gran Canaria», Corporación a la que exige que «regularice su situación para que puedan seguir con su actividad». También Coalición Canaria se ha sumado a esta protesta, para preguntar al Cabildo por qué «no han usado el tiempo que dura el proceso administrativo de contratación para buscar una nueva ubicación».

En este aspecto, la portavoz de Coalición Canaria en el Cabildo, Gloria Cabrera, ya ha informado que preguntará por escrito al presidente, Antonio Morales, sobre una ubicación alternativa para los puesteros de Cruz de Tejeda, exigiéndole «parar el desalojo».

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