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Tiempo en Gran Canaria

'Hermine' deja agua serena y mucha bruma en Gran Canaria

Los agricultores reciben con satisfacción la llegada de las precipitaciones que se registraron durante toda la jornada, aunque todavía sigue sin saciar la sed de un campo seco después del verano

Lloviznas de 'Hermine' en Gran Canaria

Lloviznas de 'Hermine' en Gran Canaria LP / DLP

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Lloviznas de 'Hermine' en Gran Canaria Rubén Torres

Los agricultores de Gran Canaria miran al cielo con alegría pero también con mucha sed. Las precipitaciones que la tormenta tropical Hermine dejó este sábado alrededor de toda la geografía insular ha sido bien recibidas por los trabajadores del campo después de un verano más cálido de lo habitual que ha dejado las tierras cuanto menos secas, pero sin embargo todavía las nubes no han saciado la sed de los cultivos pues la poca cantidad de lluvia que se registró, explican los campesinos, solo sirve para empapar la tierra. La mayor acumulación de lluvia se registró en los municipios del centro de la isla.

Al cierre de esta edición, en Tejeda, la Cruz de Tejeda había anotado el mayor valor de Gran Canaria con 17,2 litros por metro cuadrado, igual que Teror, seguido de Valleseco con 16 litros por metro cuadrado. En Las Palmas de Gran Canaria la máxima fue de 14,6 litros, mientras que al Sur en Maspalomas apenas cayeron 1,9 litros. Poca lluvia, dicen los agricultores, pero sí mucha niebla. Tanta que el manto blanco llegó a colarse por las calles del centro histórico de Teror y el interior de Valleseco y en las carreteras limitaba la visibilidad, pero eso no desanimó a decenas de personas que optaron por dedicar la jornada a hacer turismo y visitar los pueblos del interior.

Desde primera hora de la mañana de ayer comenzaron a notarse levemente los efectos de la llegada de la tormenta a las inmediaciones del archipiélago, pues desde bien temprano prácticamente todos los municipios amanecieron con una lluvia serena y constante. Y a medida que avanzó la jornada y bien entrada la tarde esa lluvia empezó a intensificarse, sobre todo en los municipios del centro. Estas leves precipitaciones apenas tuvieron efectos colaterales porque no se registraron grandes incidencias más allá de cortes de luz puntuales o salidas de vehículos de las carreteras.

Un respiro y alegría

La llegada de las anunciadas lluvias ha supuesto un respiro para los labradores que cultivan sus tierras en Gran Canaria, aunque reconocen que todavía queda mucho por llover para que estas precipitaciones se noten en el campo. Y en eso ponen sus esperanzas para la jornada de hoy; eso sí, confían en que sea una lluvia ordenada y que no provoque grandes destrozos materiales ni naturales.

Gerardo Déniz cultiva papas en tres trozos de terreno que tiene repartidos entre los municipios de Teror, Valleseco y Arucas y para él estas primeras lluvias son muy buenas porque «el agua siempre es bienvenida» aunque reconoce que son unas precipitaciones que llegan fuera de su tiempo habitual «porque normalmente las primeras lluvias del otoño suelen aparecer a finales de octubre».

Ahora mismo no tenía nada plantado precisamente porque no había agua para regar, pero sí está en proceso de preparación de las tierras para cultivar las papas de invierno, que se plantan a finales de septiembre o principios de octubre y se recogen allá por febrero o principios de marzo. «Este agua se aprovecha para llenar los depósitos, los estanques y alimentar a los pozos, que cada día están más secos», relata el agricultor, «pero el campo también la agradece y cuando se plantan las papas luego prácticamente nacen con la humedad que guarda la tierra». Y eso, cuenta, supondría un ahorro económico para su bolsillo. Aunque ha sido poca el agua que cayó ayer, Gerardo Déniz confía en que las fuertes lluvias anunciadas para la jornada de hoy no provoquen destrozos, sobre todo porque hay agricultores como él con la tierra en barbecho y con los surcos hechos.

Al noroeste de la isla, en el municipio de La Aldea de San Nicolás, los pluviómetros recogieron 14,6 litros de agua por metro cuadrado. Allí, Guillermo Quintana, agricultor de papayas, puso todas sus esperanzas «en lo que llegue más que en lo que ya ha llovido». Durante todo el día en la localidad tampoco pasaron de una lluvia fina y tranquila «pero que solo es para que salga hierba». «Claro que este agua es bien recibida, pero espero que llegue mucha más», sostuvo, «porque el tiempo del sur suele ser muy bueno para la cuenca de Tejeda y es el que nos llena las presas que nos abastecen a nosotros».

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Las lluvias de Hermine riegan las cumbres grancanarias José Carlos Guerra

El agricultor cultiva papayas, un fruto tropical que requiere casi tanta agua como una platanera. «Yo espero que de las tres presas que nos abastecen a nosotros, la del Caidero de Las Niñas, El Parralillo y la de Siberio, al menos una se llene».

Con las precipitaciones registradas hasta anoche, el labrador calculó que, de los cinco o seis riegos que sus tierras necesitan cada semana, al menos esta semana podrá ahorrarse como mucho dos. «Esperemos que esta noche o mañana [por anoche y hoy para el lector] el cielo nos dé más agua; tengo muchas esperanzas puestas en que este tiempo nos gratifique con más lluvias», señaló.

Por su parte, Javier Navarro, agricultor de Las Palmas de Gran Canaria, coincide con el resto en que las lluvias caídas hasta ahora son «para mojar la tierra». Tiene parte de sus cultivos en la capital, en las inmediaciones de los barrios de Las Mesas y San Lorenzo, pero también en otras áreas del municipio de Santa Brígida como La Angostura o Las Meleguinas. Ahora mismo tiene plantadas solamente 10 fanegadas de papas, pero son «unas poquitas» porque «hasta ahora no ha habido agua y no he podido plantar las que he querido», se lamenta.

Recibe estas precipitaciones con «alegría» pero considera que el agua caída todavía es muy poca. «Esta lluvia todavía ni siquiera ha mojado bien la tierra, que está muy seca», relata, «aquí llevábamos seis o siete años sin que lloviese en condiciones y las presas están vacías, los pozos apenas dan agua y la que tiene no se puede utilizar porque tiene mucha cantidad de sal y no sirve para regar los cultivos». A pesar de todo, Javier Navarro está contento porque las lluvias de ayer ayudan al campo porque «hay menos plagas y la tierra y el cultivo lo agradecen».

Turismo y senderismo

Durante el día de ayer no solo los agricultores miraban al cielo, en su caso para saber si sus tierras iban a salir o no beneficiadas, sino también quienes fueron más atrevidos y se lanzaron a la calle para realizar rutas de interior, turismo y disfrutar de una jornada de lluvia. Fue el caso de Rubén Quintana y Raquel Ibáñez, él residente en la isla y ella llegada desde Málaga, quienes aprovecharon el día para hacer una excursión por Azuaje, Firgas, el Pico de las Nieves «solo si se puede llegar» y llegar a Teror, que ayer quedó sumergido en un manto de niebla que se coló por sus calles. «Lo más bonito está fuera de la capital; a mi me encanta el campo y que la gente vea lo que normalmente no se visita», dijo Rubén. «En Málaga hay mucho sol durante el año y la verdad es que esto se agradece», sostuvo Raquel por su parte.

Hasta Teror llegaron también los valencianos Jorge Estévez y Jackeline Romero, quienes tenían todo su viaje contratado para el viernes y se negaron a cancelarlo a pesar de las previsiones meteorológicas. «No se está mal, es interesante ver las calles con niebla y además es solo agua, no hace frío», sostuvieron. En este pueblo apenas se veían residentes en sus calles y quienes paseaban eran prácticamente todos turistas que no se resignaron a quedarse en sus hoteles durante sus días de vacaciones.

En el municipio de Valleseco la imagen no era muy distinta porque caminar por sus calles era adentrarse en un denso manto de niebla. De hecho, a mediodía prácticamente no había nadie en todo el pueblo. En Tejeda, por su parte, los negocios de su calle principal sí que notaron cierta afluencia de personas que se lanzaron al centro a disfrutar de la jornada. Una de ellas fue Yamiley, que llegó el día anterior desde Carrizal con su pareja para pasar el fin de semana en su furgoneta. «Vimos en las noticias que habría tormenta y esto para un canario es novedoso, y más tras un verano tan caluroso como el que hemos pasado», dijo.

Pocas fueron las personas que se echaron a la calle en el centro de la isla en una jornada que se saldó sin incidencias de gravedad, según informó el Centro Coordinador de Emergencias 1-1-2, que destacó que no se produjo ningún destrozo ni accidente de importancia. La mayoría de los problemas estuvieron relacionados con chispazos en el tendido eléctrico, caída de piedras y árboles o coches que se salieron de la vía. En Telde, las fuerzas de seguridad tuvieron que acudir a achicar el agua que inundó una vivienda y Protección Civil tuvo que acudir a la calle Fernando Sagaseta, en Jinámar, por la caída de un árbol sobre una acera. En la zona industrial de El Goro atendieron la caída de piedras y de un bordillo.

Firgas, La Aldea, Telde y Guía tuvieron problemas con el tendido eléctrico, que provocaron cortes de luz puntuales. Los chispazos también afectaron a Arucas, donde también se produjeron caídas de piedra en las carreteras.

En Valsequillo una farola estuvo a punto de caer. Por su parte, en el municipio de Mogán un vehículo se salió de la vía sin daños materiales, un árbol cayó a la calzada en Valleseco y en San Bartolomé de Tirajana, un cartel estuvo a punto de caer.

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