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Guía

El escribano desconocido de Guía

Pantaleón de Vega aparece citado como tal en 1580 y 1581, sin que existan protocolos firmados por él | Fue bisnieto del mismísimo Fernando Guanarteme

Ilustración antigua del municipio de Guía, que data de finales del siglo XIX Fedac

En la larga nómina de escribanos que desempeñaron su oficio en el siglo XVI en la villa de Guía aparece ejerciendo como tal en 1580, aparentemente ignorado, Pantaleón de Vega cuya presencia allí es posible identificar ahora merced a la localización de un inventario de los protocolos que se hizo sesenta años más tarde, en el año 1645, con ocasión del relevo en dicha escribanía.

Tranquiliza al cronista la hipótesis de que Pantaleón de Vega era también desconocido entre otros investigadores conocedores de los protocolos conservados en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Porque no aparece en la relación de legajos allí conservados de las escribanías públicas de Las Palmas, Telde, Agüimes y Guía. Sencillamente, porque no se conoce la existencia de protocolos signados y de los que diera fe de Vega. Pudieron perderse o se deterioraron cuando aún estaban los testimonios en Guía, o desaparecieron cuando esta documentación estuvo durante muchísimos años apiñada en una vieja casona de Vegueta, en los bajos de la Casa de Colón, hasta que se procedió a su catalogación y conservación actual en el edificio de la plaza de Santa Ana.

El hallazgo de la mención de Pantaleón de Vega como escribano de Guía se produce en un curioso inventario de los documentos de dicha escribanía fechado en marzo de 1645, cuando Luis de Ascanio, que se había hecho cargo circunstancialmente de ella al dejarla Diego Carvajal Quintana, recibe de éste los documentos, y posteriormente los entrega a Martín Suárez de Armas, que queda como titular en noviembre del mismo año.

El capitán Diego Carvajal Quintana había tomado posesión en 1643 permaneciendo al frente del oficio hasta 1645 año en que pasa a la escribanía de Agüimes. Al producirse la vacante, se hace cargo provisionalmente del oficio guiense Luis de Ascanio, quien señala que lo hace «por no haber de presente otro escribano».

El hallazgo fue localizado en su día casualmente en el protocolo número 2360 conservado en el Archivo Histórico Provincial, en el que se descuben dos inventarios relacionando el conjunto de legajos que formaban parte del fondo documental de dicha escribanía. El primero, de 3 de marzo de 1645, se refiere a los que Ascanio recibe del escribano y capitán Diego Carvajal Quintana por su traslado a Agüimes y relaciona muchos de los que lo fueron anteriormente, como Juan Leal Camacho, Salvador González, Juan de Quintana, Mateo Gil Piñero, Diego Flores de San Juan, así como papeles antiguos de otros.

En el segundo inventario, fechado el 7 de noviembre del mismo 1645, Ascanio entrega a Martin Suárez de Armas la escribanía guiense. En él, vuelve a relacionar protocolos de Juan de Quintana, Mateo Gil Piñero, Alonso de San Clemente, Francisco de Escalona, Juan Leal Camacho, Diego de Carvajal y el propio Luis de Ascanio. No es muy cuidadoso a la hora de hacer la relación, pues juega con las fechas de tal forma que no se puede seguir una cronología correcta. Hay legajos desde 1509 hasta 1645. Es en esta segunda relación donde figura el desconocido escribano de Guía, Pantaleón de Vega, en el folio 122.

En ambas relaciones, Luis de Ascanio es muy meticuloso al reseñar con toda clase de detalles las condiciones en que se encuentran los cuadernos, señalando en algunos casos «que están forrados de badana y tienen abecedario» y en otras haciendo hincapié que se trata de «cuadernos desmembrados y viejos».

Es posible que su nombre no aparezca en el listado de escribanos de los municipios de Guía y Gáldar porque se perdieran sus legajos tras 1645

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Podría ser así de sencillo el pretendido descubrimiento de Pantaleón de Vega, aparentemente nuestro desconocido escribano guiense, y no haber lugar a ningún género de dudas sobre su actuación entre 1580 y 1581 si Ascanio no hablara de otro escribano en otro folio anterior, por lo que aparentemente pudieron coincidir ejerciendo en esas mismas fechas dos escribanos, Pantaleón y Diego Flores de San Juan, cuestión difícil de entender. De todas formas, conviene matizar que de acuerdo con la documentación conservada en el Archivo Histórico, Flores de San Juan fue titular de esta notaria entre 1559 y 1579, si bien aparece sustituido en 1575 por Francisco de Escalona. 

Se hace presumible suponer que Flores, a la vista de la anterior anotación, ejerció más allá de 1579 y que incluso pudo seguir allí hasta 1584, cuando se hace cargo del oficio Matheo Gil Piñero. Pero, ¿por qué aparecen legajos signados por Vega? Respuesta que se nos hace imposible contestar. Debemos aclarar que en los protocolos de la escribanía de Guía custodiados actualmente en el Archivo Histórico después de la actuación de Flores en 1579, hay un periodo en el que no aparecen archivados protocolos hasta 1584 en que ya figura Gil Piñero. ¿Qué fue de los legajos que abarca el período 1579-1584, dentro del que estarían las anotaciones de Pantaleón de Vega en 1580-1581? Se supone que se perdieron, desde luego después de 1645 en que sí le consta su existencia a Luis de Ascanio. Además, en la larga lista de escribanos de la Isla entre finales del siglo XVI y principios del XVII no aparece en ningún momento -ni siquiera como sustituto- el nombre de Pantaleón de Vega.

¿Quién fue Pantaleón de Vega?

Es, precisamente, su ascendencia la que pudiera provocar polémica sobre todo cuando se le vincula de forma directa con Pedro de Vega «El Rey» que según Miguel Rodríguez Díaz de Quintana tiene razones muy poderosas para presentarle como el primer marido de Catalina Hernández Guanarteme, hija de Fernando Guanarteme y que, por tanto, Pantaleón de Vega sea uno de sus bisnietos. Pedro de Vega fue conquistador de Gran Canaria, armero real de la ermita de Santa Lucía de Gáldar por él fundada y cañamelero de la Costa de Layraga.

Que Pedro de Vega y Pedro «El Rey» son una misma persona lo atestiguan numerosos documentos que corresponden todos a los denominados «Protocolos Viejos de Guía», donde se recogían por lo menos hasta mitad del siglo XVIII todos los testimonios primeros de dicha escribanía guiense pero sin un orden cronológico. Así, concretamente en el índice correspondiente al que fue protocolo ocho, hay un testimonio donde consta que «Luis de Vega “El Viejo” (el casado con Leonor de Quintana y Antonia Palomares) es hijo de Pedro “El Rey», a secas, pues así se le conocía e incluso consta como tal en la escritura de fundación de la ermita de Santa Lucía. De los hijos habidos de Catalina Fernández Guanarteme y de sus tres matrimonios hay evidencias para creer que estuvieron vinculados entre sí por lazos de sanguinidad por vía materna.

Veamos ahora, para concluir, la descendencia de Pedro de Vega «El Rey» con Catalina Fernández Guanarteme. De este matrimonio nacieron dos hijos, uno de los cuales se llamó Luis de Vega apodado o conocido como «El Viejo» (seguramente para distinguirlo años mas tarde de su hijo homónimo), que casó dos veces: la primera con Leonor de Quintana González y después con Antonia Palomares, hija de Pantaleón Palomar, azucarero genovés, y de María Álvarez, portuguesa, que fueron vecinos de Agaete. De este matrimonio segundo de Luis de Vega con la Palomares nacieron tres hijos: Catalina de Vega Palomares; Luis de Vega Palomares y, finalmente, Pantaleón de Vega Palomares, nuestro personaje al que se le descubre, por lo menos, escribano de Guía entre 1580 y 1581, casado con Inés de Montesdeoca, natural de la Vega y vecinos de Gáldar en 1574 y después residiendo en La Vega en el año 1607.

Esta es, en síntesis, la personalidad de nuestro personaje descubierto o redescubierto y cuyo nombre ha de vincularse a partir de ahora a la nómina de escribanos públicos que ejercieron en el siglo XVI en las villas de Guía y Gáldar.

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