El Cabildo entregará antes de que finalice el mes al Gobierno de Canarias el documento para solicitar formalmente en Madrid la declaración del Parque Nacional de Gugui de La Aldea, según anunció ayer el presidente, Antonio Morales, en una visita institucional al municipio. Mientras, el alcalde, Tomás Pérez, señala que la carretera de conexión con la Cumbre permanecerá todavía cerrada casi tres meses, hasta que se arreglen los daños causados por el paso de la tormenta tropical Hermine.
Corría enero de 2018 cuando La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de La Aldea propuso al Cabildo convertir Gugui en Parque Nacional. Han pasado casi cuatro años, y el Cabildo ha completado ya todo la documentación que ahora remitirá al Gobierno de Canarias. Antonio Morales señaló que el texto se encuentra ya al 99%, y que está solo pendiente de los últimos flecos, tras una reunión celebrada este martes de seguimiento del expediente.
La intención de la institución insular es remitirlo formalmente en estas dos próximas semanas al Gobierno regional, si bien destaca que se ha ido redactando de la mano en sus distintos borradores, por lo que no esperan contratiempos. A partir de ese momento, señala que debe recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno de Canarias, para remitirlo a Madrid para su evaluación final.
El Parque Nacional abarcaría una superficie de 10.000 hectáreas, de las cuales 7.000 corresponden al área marina y las 3.000 restantes a la zona de tierra. Antonio Morales y Tomás Pérez coinciden en que será un Parque Nacional «único en el mundo» por su singularidad, al combinar una zona marina de gran riqueza natural, y una vegetación de endemismos en la zona terrestre, con prevalencia de los cardones y tabaibas, así como el Macizo volcánico más antiguo de la Isla, datado en 14,5 millones de años.
Morales recalca que también el borrador se ha ido trabajando en sintonía con los técnicos de Parques Nacionales, para acelerar los trámites una vez se remita desde el Gobierno de Canarias la petición oficial.
Guguy sería el quinto Parque Nacional de Canarias, que en la actualidad cuenta ya con Timanfaya (Lanzarote), El Teide (Tenerife), Garajonay (La Gomera) y La Caldera de Taburiente (La Palma), y el primero de Gran Canaria.
La carretera de La Aldea a La Cumbre seguirá tres meses cerrada
Mientras, La Aldea trata de reponerse de los daños causados por el paso de la tormenta tropical Hermine el 23 y 24 de septiembre.
«La Aldea fue el municipio donde más daños se produjeron en Canarias», resaltó el alcalde, situando sobre todo los daños en la zona baja y en las infraestructuras. En este sentido, apuntó que los técnicos insulares estiman que la carretera de la localidad con La Cumbre permanecerá todavía cerrada casi tres meses, aunque espera que se puedan acortar los plazas para volver a ponerla en servicio, sobre todo antes de que se puedan registrar nuevas lluvias. No hay que olvidar que durante la tormenta solo quedó operativa al principio la conexión con Mogán, con los trastornos que eso suponen para desplazarse a la capital y al norte de la isla por motivos laborales y médicos, sobre todo.
El Cabildo tiene prevista una inversión de 435.000 euros para reparar este tramo, en la zona más afectada, que apenas alcanza los 470 metros de longitud.
Antonio Morales señala que se va a invertir otros 1,5 millones de euros en la retirada de material acumulado por las escorrentías sobre 1,2 kilómetros del barranco.
Al mismo tiempo, se va a rehabilitar el humedal de La Marciaga, es decir El Charco, que como publicó ayer este periódico, prácticamente ha sido absorbido por los callaos, debido a la enorme cantidad de agua que llegó a la desembocadura del barranco hasta el mar.
La maleza vegetal será triturada para su aprovechamiento en lo posible para abono, retirándose sobre todo las cañas, y se acometerá en esta zona de la playa un tratamiento a la vegetación.
La central de bombeo de agua a las viviendas estrena 384 paneles solares para su autoconsumo
Durante la visita, en la que se encontraban también la consejera insular de Función Pública, Margarita González, y su compañero de Agricultura, Miguel Hidalgo, así como distintos concejales de la Corporación aldeano de gobierno y la oposición, visitaron el nuevo parque fotovoltaico que se ha instalado sobre la cubierta de la estación de bombeo de El Pinillo, con 384 paneles solares, y tras una inversión de 300.000 euros, que permiten cubrir cerca de un 20% del consumo eléctrico que requiere esta planta, que redistribuye el agua de la desaladora a la viviendas y a los agricultores. La planta tiene una capacidad actual de 7.500 metros cúbicos de agua.
El presidente Morales anunció la entrega de un inmueble para reconvertido en la Casa de la Memoria del municipio y en la sede de la Fundación Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea. En el inmueble se conservarán documentos, audiovisuales, enseres y demás patrimonio, y será el lugar de encuentro, ensayos y talleres de las actividades de la entidad.
En la visita se habló del proyecto del centro de formación, las 13 nuevas camas de la residencia de mayores, y los convenios para habilitar cuatro viviendas de tránsito para familias necesitadas de alojamiento, entre otros temas.
«El susto fue grande y faltó muy poco para que se inundara mi casa y el pueblo»
«El susto que nos llevamos ese día fue muy grande, el barranco estuvo a punto de desbordarse, y si hubiera pasado eso, el agua no solo hubiera entrado en mi casa, sino que hubiera llegado a todo el pueblo». Marina Santana y su hijo Román Ojeda están trasplantando unas plantas que tiene en la puerta de la vivienda, que está situada en el margen del Barranco de Tocodomán, en La Aldea. Ambos muestran la altura que alcanzó el agua de más de dos metros y medio en el cauce, y el temor que pasaron en esas horas. Marina señala que temió sobre todo por la vecina mayor que vive en la zona de enfrente, si tenían que ser evacuados.
Las máquinas trabajan en estos días en esta zona para tratar de retirar tierra y rocas acumuladas, que luego están sirviendo para rellenos ‘naturales’ de las paredes del barranco.
Tomás Pérez señala que el dispositivo actual se está centrando sobre todo en esa zona de Tocodomán, donde se está haciendo una limpieza y reforzando con la misma tierra y piedra los bordes del cauce, para evitar que se pueda desbordar en un momento dado si se registran lluvias tan cuantiosas como las de finales del mes pasado durante este invierno.
Román Ojeda recuerda que ya en el año 1954 se produjo un desbordamiento del barranco, que entró en el casco y llegó a la residencia de mayores. En esa época había menos casas, por lo que ahora las consecuencias hubieran sido perores. Su madre apunta que las viviendas hubieran estado realmente en peligro porque se levantan sobre una zona frágil.
Los técnicos del Consejo Insular de Aguas constatan que el barranco soporta la entrada de agua de las distintas laderas de montañas que bajan de la Cumbre al pueblo de La Aldea.
«Todo viene hasta aquí, y en el camino lo arrastra todo», señala la familia, en alusión a que la fuerza del agua arrastró todo tipo de restos, que podían bloquear el río y los bajos de los puentes.
Sin embargo, un antiguo dirigente político defendía ayer que el barranco había funcionado muy bien, y que les había salvado de una situación muy complicada.
