Entrevista | Miguel Ángel Pérez del Pino Vicepresidente y consejero de Obras Públicas, Transportes y Movilidad del Cabildo de Gran Canaria

Miguel Ángel Pérez del Pino: «Hay que pasar de la carretera a viajar en tren porque no existe una isla B»

"Las alegaciones al informe de impacto del ferrocarril no van a suponer cambios sustanciales», asegura el consejero de Obras Públicas, Transportes y Movilidad del Cabildo de Gran Canaria

Entrevista al consejero de Obras del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Pérez del Pino

Cabildo de Gran Canaria

Una isla como Gran Canaria no puede sostener un aumento de coches y de carreteras. Con esta certeza, Miguel Ángel Pérez del Pino (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) defiende la implantación del ferrocarril del Sur en un nuevo modelo de transporte público para evitar el colapso en el tráfico. En esta entrevista explica el estado de la tramitación del proyecto ferroviario que ha impulsado desde el Cabildo grancanario.

La obra de mayor envergadura en Gran Canaria en la próxima década será el ferrocarril. Puesto que ya es seguro que no seguirá usted en este cargo del Cabildo en el próximo mandato, pues el PSOE ya le ha incluido en la lista al Parlamento, ¿en qué situación dejará el proyecto del tren?

El proyecto de tren se encuentra en un buen nivel de madurez. Hemos sacado a licitación la modificación de la variante de Playa del Inglés para adaptarla a las condiciones del Plan Territorial Especial del Ferrocarril de Las Palmas de Gran Canaria a Maspalomas , el PTE-21, aprobado de forma definitiva este pasado viernes en el Pleno del Cabildo. Consideramos que el proyecto está maduro, en proceso de su estudio de impacto ambiental, y próximamente podrá salir a licitación en su plenitud, siempre con el apoyo del Gobierno de Canarias y del Gobierno de España para su financiación. Este proyecto será un catalizador para Gran Canaria, modernizándola e impulsando nuestra forma de movernos.

Hace una docena de años que se inició la tramitación del tren, pero hasta ahora solo se han visto planos y bocetos de cómo serán las estaciones. ¿Esta vez es la definitiva? 

Durante el tiempo que se lleva trabajando en el diseño de las infraestructuras del tren, no es cierto que sólo existan bocetos y planos, ha habido un desarrollo profundo de ingeniería, de construcción y de adaptación de nuestro territorio para implantar una línea de cercanías que comunique a los principales núcleos demográficos de Gran Canaria. Esta línea ferroviaria va prácticamente en paralelo a la autovía del Sur, la GC-1, lugar donde reside el 85% de la población de nuestra isla. Pese a la complejidad, el Gobierno de España ha aportado fondos para elaborar todos los proyectos constructivos y el Cabildo ha venido desarrollando los trabajos desde el año 2009. De hecho, es el primer proyecto con modelado inteligente BIM para conocer en detalle, en un archivo digital, toda la obra a nivel de tornillo.

Pese a que existe unanimidad política para la implantación del ferrocarril, todavía hay reticencias respecto a su necesidad y viabilidad, sobre todo por los importadores de vehículos y algunos grupos ecologistas. ¿Es rentable el tren o es un capricho, como dicen ellos?

¿Favorecerá a la población de Gran Canaria en su mayoría? La respuesta es sí. La rentabilidad no puede ser solo económica, tiene que ser eminentemente social y ambiental. Estoy convencido de que el ferrocarril en Gran Canaria fomentará un cambio de hábitos. Los ciudadanos podrán estacionar sus coches en aparcamientos disuasorios en las estaciones, lo cual reduce los trayectos en coche especialmente en autovía, con el consecuente ahorro en combustibles fósiles, tiempo de espera y tráfico, y por supuesto, la reducción de nuestra huella de carbono. 

Hasta ahora se ha hablado poco del precio para los usuarios de ese futuro medio de transporte. ¿Será equiparable a lo que los ciudadanos ya gastan en sus traslados?

Con unos precios asequibles, como ya lo son hoy en las guaguas en Gran Canaria, gracias al trabajo de este gobierno insular durante este mandato, cualquier ciudadano o ciudadana podrá moverse en tren de cercanías en Gran Canaria para ir a su trabajo, a su centro educativo o médico, o a ocio, sin atascos, con puntualidad, comodidad y seguridad. Lo que es evidente es que no podemos seguir en la tendencia de venta masiva de coches. Tiene que haber una tendencia progresiva a una movilidad colectiva, más adaptada. Los vehículos de alta capacidad, como los ferrocarriles de cercanías, nos van a proponer un medio para que la gente se desplace de forma asequible, segura y sostenible sin tener que utilizar el coche. Siento mucho que, de alguna manera, el tema se centre casi exclusivamente en la venta de coches, cuando nuestro verdadero problema, en realidad, es la cantidad de coches que tenemos circulando. No se puede solucionar un problema reiterando los mismos errores de siempre. Hacer más carreteras, para vender más coches no soluciona ningún problema. Es una contradicción y un conflicto de intereses constante el que existe ahí. Como digo siempre, movilidad sostenible no significa tráfico sostenible. 

Hay quien sostiene que el rechazo a los trenes en Canarias es casi una cuestión filosófica por nuestro estilo de vida hasta ahora, donde tener un coche es un símbolo de poder y de éxito personal. ¿También lo ve así?

Lo decía antes: cambio de hábitos. Los individualismos no caben en ninguna sociedad de progreso, madura, como la nuestra, que mira hacia adelante juntas y juntos. No hay planeta B, tampoco hay isla B. Quizá nuestro concepto de distancia nos limita ver que es más rentable un ferrocarril que conecte el norte con el sur, y viceversa, en menos de media hora, que puede transportar a 400 personas simultáneamente, de manera segura, confortable, puntual y sin esperas, que 400 coches en una autovía con las ya conocidas incidencias de tráfico y tiempo. Se debe tener también en cuenta que el tren de Gran Canaria será un medio verde, propulsado con hidrógeno y electricidad producidos localmente, lo cual fomenta nuestra soberanía energética, reduce nuestra dependencia con el exterior y nuestra huella de carbono. Como decía antes, hay que pasar progresivamente de la carretera a viajar en tren porque no existe un isla B. 

"Este mandato ha tenido decisiones complicadas, pero estoy satisfecho con el trabajo realizado"

¿Qué trámites faltan y cuándo se calcula que podrán iniciarse las obras?

Ya saben que no soy una persona de dar fechas si no las tengo perfectamente confirmadas. Me considero una persona prudente. Si tuviese absolutamente claro el momento concreto de inicio, lo diría sin problema alguno. Lo que sí puedo afirmar es que actualmente el proyecto se encuentra en el trámite de estudio de impacto ambiental de la infraestructura. La construcción debe ser una prioridad de isla y creo que estamos en el buen camino. Además, este proyecto debe construirse por fases, tramos independientes que podrán funcionar individualmente conforme vaya finalizando su construcción. 

Se han presentado alegaciones a la declaración de impacto ambiental. ¿Supondrán cambios sustanciales? 

No. Ninguna de ellas ha requerido modificaciones sustanciales. Todos los cambios menores que se han podido resolver los hemos hecho siempre con diálogo y consenso con las terceras partes afectadas. Son soluciones de pequeño calado, muchas de ellas resolubles en el mismo momento de la obra. Las alegaciones sí nos han permitido perfilar mejor la coexistencia entre el interés general y aquellos intereses privados que colinden con la infraestructura del tren. 

¿Qué papel tendrán las guaguas y taxis en el futuro del transporte público?

Un papel fundamental. Hay que facilitar que la gente llegue al tren. Tenemos que entender la movilidad como un todo, que se inicia cuando uno sale de su domicilio y finaliza a su vuelta. Por tanto, tiene que haber una integración general de todos los medios de transporte. En todas las redes de transporte público predominan las conexiones entre el transporte urbano, interurbano y el taxi con las estaciones de cercanías o de media distancia. En Gran Canaria hemos hecho un Plan de Movilidad enfocado a la incorporación del tren y eso nos va a permitir redistribuir todas y cada una de las unidades de guaguas que tenemos para mejorar las frecuencias que conecten el interior de los municipios con las principales estaciones del tren. Lo he dicho en reiteradas ocasiones: la llegada del tren verdaderamente insularizará todo nuestro transporte público. 

¿A qué se refiere con ese término?

La movilidad en Gran Canaria tiene la gran ventaja de que puede prácticamente radializarse, conectando con una buena frecuencia de guaguas, y con taxis, los municipios y las estaciones del tren, que se convertirá en la troncal de nuestra red de transporte público. El Centro de Control de la Movilidad de Gran Canaria, que ya estamos licitando, será clave en todo este proceso.

¿Qué infraestructuras se necesitan aún para mejorar la movilidad en Gran Canaria? ¿Hay que seguir construyendo carreteras?

Es una pregunta que tiene probablemente varias respuestas. La primera es que debemos construir soluciones para descongestionar los cascos urbanos. Las circunvalaciones, como la de Las Palmas de Gran Canaria, la GC-3, ha permitido sacar vehículos de las calles de la ciudad al conectar con otros puntos de la isla. Me vienen a la mente determinadas obras que, creo, son vitales para el desarrollo y la modernización de Gran Canaria, como son la nueva GC-5 que circunvalará Telde, conectándola con la GC-3. O el soterramiento de la Avenida Marítima de la capital grancanaria, porque entiendo que se consigue un mayor espacio para la ciudadanía al mismo tiempo que se presta el mismo servicio estando soterrada. Pero si la pregunta es si necesitamos muchas más carreteras, la respuesta es que no. Lo que necesitamos es tener formas de movilidad que nos permitan llegar a nuestro destino sin atascarnos todas y todos en el medio. Insisto: movilidad sostenible no es tráfico sostenible. El tráfico, sea en vehículo eléctrico o de cualquier otra tecnología, va a existir. Por tanto, cuanto más colectiva sea la movilidad, más fácil será gestionar el tráfico. Es un tema de costumbres, de patrón de comportamiento al que nos iremos adaptando con el tiempo porque no nos va a quedar otra. Reitero: no hay isla B. Hace falta aprovechar mejor nuestro territorio y nuestros recursos naturales, ser más eficientes y más eficaces en llegar a nuestro destino.

¿Qué balance hace de su paso por esta consejería del Cabildo de Gran Canaria ahora que está a punto de acabar el mandato del pacto tripartito?

Ha sido un mandato de decisiones complicadas, pero estoy satisfecho con el trabajo realizado. Ha sido un honor trabajar con mi equipo en el Cabildo. Todas y todos los que conforman los servicios de Transportes, de Obras Públicas, la Autoridad Única del Transporte y Ferrocarriles de Gran Canaria han trabajado con determinación y eficacia, y gracias a ello hemos afrontado los problemas que han ido surgiendo, aportando soluciones. Hemos impulsado como nunca nuestro transporte público y nuestras carreteras. Hemos asfaltado nuestras principales vías, renovado íntegramente nuestra flota de guaguas interurbanas, modernizado nuestras estaciones de guaguas, consolidado nuestros servicios públicos reforzando la calidad y mejorando las condiciones salariales y laborales de nuestros trabajadores. Hemos resuelto problemas históricos, como el déficit de la compañía de guaguas Global desde el año 2007. Y lo hemos hecho sin ruido, simplemente con el diálogo y el entendimiento, trabajando para mejorar Gran Canaria

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