Aumenta la población del pinzón azul en Gran Canaria

Hace unos 10 años solo existía una población de unos 300 adultos en los 40 km2 de la Reserva Natural Integral de Inagua, en Gran Canaria, siendo un "firme candidato" para pasar a formar parte del listado de especies extintas del planeta

El pinzón azul de Gran Canaria, Fringilla polatzeki, es un ave endémica de Canarias que, con una densidad que oscila entre las 9 y las 16 aves/km2, tiene el récord de menor densidad registrada para pequeños pájaros forestales en el Paleártico, según un estudio liderado por el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) Luis M. Carrascal.

Esta investigación se enmarca dentro del proyecto LIFE+Pinzon y ha contado también con la participación de la Universidad de Oviedo, así como del Cabildo de Gran Canaria, según ha informado el MNCN-CSIC en nota de prensa.

El estudio recoge que hace unos 10 años solo existía una población de unos 300 adultos en los 40 km2 de la Reserva Natural Integral de Inagua, en Gran Canaria, siendo un "firme candidato" para pasar a formar parte del listado de especies extintas del planeta.

Sin embargo, debido a las acciones de conservación emprendidas, la situación de la especie "ha mejorado sensiblemente", ya que se ha evaluado la viabilidad de la población que fue trasladada a una zona distinta a la que habitan para tratar de establecer una nueva población viable al bosque de La Cumbre.

Los ejemplares de la nueva población procedían tanto de ejemplares criados en cautividad como de individuos juveniles de la población de Inagua, ya que si bien la población en su hábitat natural de Inagua se ha mantenido relativamente estable durante los años, el incendio forestal de 2007 la redujo a la mitad, de ahí que en el año 2010 se iniciara este programa de translocación con el fin de establecer una población reproductora adicional.

En este sentido, el estudio "ha confirmado el crecimiento constante" de la población de La Cumbre que pasó de estar formada por solo dos parejas reproductoras en 2010 a unas 29 en 2019. Añade que desde el punto de vista genético los resultados revelaron que, frente a lo que se esperaba y pese al reducido número de ejemplares, los parámetros de endogamia, diversidad y parentesco en la nueva población "son similares" a los del núcleo de Inagua.

Carrascal explica que además de contabilizar ejemplares, se ha evaluado la viabilidad de la población translocada en La Cumbre mediante una serie de indicadores que "incluyen parámetros genéticos, éxito reproductor, datos de temperatura ambiental y variables biométricas que informan de la condición corporal de las aves nacidas en estado salvaje".

De este modo, los hallazgos del estudio revelan que el "éxito reproductivo en La Cumbre es similar" al de la población de Inagua. A ello añaden que las medidas biométricas de los juveniles nacidos en libertad, que incluyen la longitud de las plumas y su simetría, indican que "no sufren estrés fisiológico, no mostraron diferencias significativas entre las dos poblaciones durante cinco años consecutivos".

Así subraya "el crecimiento y la condición física similares de los juveniles tanto en Inagua como en La Cumbre". En este sentido, el investigador de la Universidad de Oviedo Juan Carlos Illera expone que el análisis genético "es un signo alentador" para la sostenibilidad a largo plazo del grupo translocado en La Cumbre, "sobre todo, considerando su cercanía a Inagua y el flujo génico entre ambas poblaciones".

Uno de los técnicos que ha colaborado en la investigación Alejandro Delgado, explicó que se eligió el emplazamiento de La Cumbre porque, al estar a mayor altitud, "es un área más fresca" en comparación con Inagua.

"Es probable que las condiciones ambientales, con temperaturas medias más bajas y la menor exposición al calor por encima de los 30ºC, mitiguen los efectos adversos del calentamiento global sobre estas aves, mejorando su viabilidad a corto plazo", dijo Domingo Trujillo, otro de los colaboradores técnico del proyecto LIFE+pinzón.

CONSERVAR LA ESPECIE

Ante la transformación del medio natural y del calentamiento global, los programas de conservación pueden suponer una "estrategia vital" para las especies amenazadas. Sobre ello Carrascal indica que hay que estudiar "bien las condiciones de su puesta en marcha para no provocar efectos no deseados pero estas medidas pueden conducir al establecimiento de nuevas poblaciones viables de especies con hábitats limitados".

Sobre el caso concreto del pinzón azul de Gran Canaria, se ha realizado un enfoque proactivo de conservación que ha sido financiado por las instituciones canarias y apoyado por la Unión Europea a través del proyecto LIFE+Pinzón. Carrascal indica que el "éxito del programa es un testimonio de la cuidadosa planificación y ejecución" de las estrategias de conservación llevadas a cabo.

"El destino del pinzón azul de Gran Canaria, ahora en la balanza, podría ser un testimonio de la eficacia de tales métodos de conservación y una alegría para todas aquellas personas que aman la naturaleza", finalizó.