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Jesús Soto, un artista en el silencio

Los centros turísticos y la familia del maestro artístico de los centros turísticos del Cabildo reivindican el reconocimiento a su obra - La iluminación de la cueva está entre sus creaciones

El párroco de San Ginés, ayer en el homenaje a Jesús Soto, en el cementerio de Arrecife. JESUS PORTEROS

"Un trabajador empedernido". Así describió ayer el exdirector de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, Marcial Martín, a Jesús Soto, maestro artístico de esos espacios, del que este lunes se cumplieron 12 años de su fallecimiento en 2003. Un homenaje de los trabajadores de los centros turísticos frente a su sepultura en el cementerio de Arrecife recordó la incansable labor de Soto.

En la semblanza que trazó Martín de Soto, autor, entre otras intervenciones de la iluminación de la Cueva de los Verdes, destacó que "era un hombre que cualesquiera que fuesen las condiciones atmosféricas, el día o la hora, quería que todo saliera siempre bien en base al amor que sentía por su trabajo, algo que impregnó a toda su gente".

Martín reivindicó la figura del hombre que "gracias a su intervención en la Cueva de los Verdes, nos abrió la puerta para pasar de un modelo económico de subsistencia al actual de servicios".

El amigo de Soto confesó, con pesar, que "su obra está confundida, oscurecida... Tuvo un problema que no le dejó crear en libertad, que no fue otro que su nómina. Su responsabilidad para con su familia [fue padre de ocho hijas] hizo que Soto sufriera en casa, en silencio, ya que se sentía un poco incomprendido y desplazado. Sin embargo", prosiguió Martín, "yo digo hoy que Soto sí tiene quien le escriba, aún con el riesgo de que pronto nos olvidemos de él, a no ser que alguien, a título personal o colectivo, honre y perpetúe su memoria, la del hombre que vivió en silencio y murió en silencio".

Por su parte, el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, recordó que la institución ha editado un libro, escrito por Félix Hormiga, que evoca la figura del artista".

Se trata de la publicación Jesús Soto. 1928-2003. La luz de la piedra. San Ginés avanzó que existe un proyecto para crear un espacio en el Monumento al Campesino que "recuerde y resalte su obra". En opinión del presidente insular, "es bueno que una sociedad honre a quienes han tenido tanto que ver con su desarrollo".

Soto nació en Fuerteventura en 1928 y muy joven se trasladó a Lanzarote, isla en la que trabajó para el Cabildo después de haber creado su propia empresa de iluminación.

La corporación insular lo nombró Hijo Adoptivo en 2002. Un año después, falleció. En Lanzarote dejó como patrimonio una serie de obras y creaciones como el Mirador del Río o el Monumento al Campesino, en colaboración con César Manrique. Pero, su verdadera intervención artística, que le confirió el sello definitivo de artista, es la adaptación que hizo de la Cueva de Los Verdes en 1964. Soto acondicionó el interior, iluminó estratégicamente los dos kilómetros de longitud del tubo volcánico y habilitó un auditorio. En opinión de muchos entendidos, es uno los lugares con mejor audición del planeta. En la cueva, "Soto desplegó todo su conocimiento sobre la luz y la sombra, investigando meticulosamente la forma adecuada de iluminar y realzar los relieves y las texturas que tapizan las espectaculares bóvedas multicolores del interior. Creó una atmósfera cromática de espacios y entornos artísticos y naturales de una belleza extraña y poética", según destaca el Cabildo a la hora de referirse a su intervención en ese lugar.

El párroco de la iglesia de San Ginés, Miguel Hernández, rezó una oración en memoria del artista antes de que la viuda de Jesús Soto, Lita Enma Garrido, el presidente del Cabildo y un representante de los trabajadores de los centros turísticos depositaran varios ramos de flores en su tumba.

Seis de las ocho hijas de Soto (Enma, Elsa, Maricarmen, Esperanza, Francis y Paola) estuvieron en el emotivo acto.

Motivos laborales impidieron que Susa y Juana María acudieran a San Román junto al resto de sus familiares. Enma, la mayor de las hermanas, opinó que "ya es hora de que se reconozca la figura de mi padre, que ha estado olvidada, a pesar de la importante labor que realizó en los centros turísticos".

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