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El mural de Manrique recupera su brillo

Arrecife

El mural de Manrique recupera su brillo

El Real Club Náutico presenta la restauración de la obra 'Anatomía para un barco' que el artista realizó en 1962 con restos de embarcaciones de Puerto Naos

"Arrecife recupera una pieza significativa de gran valor patrimonial para la ciudad". El conservador jefe de la Fundación César Manrique (FCM), Fernando Ruiz, destacó ayer la importancia de la restauración del mural Anatomía para un barco, objetos encontrados que el artista César Manrique realizó en la cafetería del Real Club Náutico de Arrecife en el año 1962 cuando era directivo de esta institución.

El Casino Club Náutico presentaba ayer en sociedad la restauración del mural de César Manrique que comenzó a ejecutarse a comienzos de pasado mes de septiembre por el restaurador italiano Giovanni Bruno, que también se encarga de recuperar las pinturas que realizó el artista lanzaroteño en la casa de la cultura Agustín de la Hoz de Arrecife. "Después de muchos años el mural presentaba problemas a nivel estructural y en su madera", resalta Bruno.

La restauración ha sido financiada por la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. La consejera de Turismo y Cultura del Ejecutivo canario, María Teresa Lorenzo resaltó durante el acto que la restauración será vital para la puesta en valor del mural tanto para los lanzaroteños como para los turistas que visitan la isla. De hecho, la alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, confirmó que el mural formará parte de la ruta manriqueña que el Ayuntamiento pondrá en marcha con el resto de obras del artista en la ciudad.

Para la elaboración de este mural César utilizó restos de barcos en abandonados encontrados en Puerto Naos. En Canarias existen otros dos murales con la misma técnica de ensamblaje que realizó años después en la Casa del Marino en Las Palmas de Gran Canaria en 1964 y en la Escuela Náutica de Santa Cruz de Tenerife en 1967. En ambos murales, César utilizó también piezas de embarcaciones antiguas de Lanzarote.

Un mural que Manrique elaboró en plena madurez artística poco antes de instalarse en Nueva York.

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