Los caleteros, con el Sagrado Corazón de María, y los gracioseros, acompañados de la Virgen del Carmen de la Cofrafía de Pescadores de la octava isla, se reencontraron por segundo año consecutivo este domingo con sus respectivas imágenes tras recuperar esa tradición en 2017 después de casi cuatro décadas sin hermanamiento. Sin embargo, el reencuentro de este año fue accidentado.

En un momento de la procesión entre la ermita de La Caleta y la playa del pueblo, donde las dos vírgenes fueron embarcadas en el barco graciosero Jesús María, del marinero de esa isla Indalecio Páez, la talla del Carmen se precipitó de la pequeña embarcación en la que estaba sujeta al trono y acabó en el suelo. Las calles del centro de La Caleta son de jable, como en Caleta de Sebo.

"Hubo una descompensación entre los costaleros que llevaban el trono de la Virgen del Carmen porque las personas que lo cargaban son de distintas alturas y el mismo se desequilibró y se vino abajo al girar por una de las calles", explicó la concejala delegada del Ayuntamiento de Teguise en La Graciosa, Alicia Páez, quien guardó los trozos que se desprendieron de la base de la imagen graciosera para intentar repararla.

Su compañero de grupo de gobierno de Teguise y concejal de Emergencias, Eugenio Robayna, fue el que rescató a la Virgen del Carmen de la arena, ya que estaba en la procesión muy cerca de la imagen. "Fue una lástima verla por los suelos. La recuperé enseguida y se la entregué a uno de los feligreses", relató Robayna. Ese vecino y otros la llevaron en brazos hasta la orilla de la playa para subirla al barco de la procesión mientras el trono iba detrás vacío.

Pepita Rodríguez y María Perera, ambas de San Bartolomé, se extrañaban al ver a la Virgen del Carmen sin su asiento de madera. "¿Y por qué la Virgen no va en su sitio?", se preguntaron al verla regresar de la procesión marítima en brazos del caletero Laje Armas.

Julián Andrés Azcárate, cura de Puntallana, en La Palma, fue el encargado de oficiar la misa este domingo en La Caleta y no dudó en descalzarse para acompañar a las dos vírgenes y a los caleteros.

El vecino Gonzalo Tavío y su hijo, de idéntico nombre, encabezaron el recorrido de la procesión en tierra, por delante de la banda de música Teguiban tras el término de la misa, pasadas la una de la tarde. Padre e hijo fueron los encargados de tirar los voladores. "Es una emoción estar aquí. Al Sagrado Corazón de María le pedimos salud y que cuide a los caleteros", manifestaron ambos.

20 años en remojo

Después de la procesión tuvo lugar la verbena del agua, que este año cumple veinte años desde su primera edición. El agua bombeada desde el mar que salía de tres mangueras refrescaba a todo el que se acercaba a la explanada del muelle. La orquesta Leyenda Joven, de Vecindario (Gran Canaria), amenizó este baile diurno, que cerró las fiestas del Sagrado Corazón de María.

La idea de la verbena del agua, de los caleteros Miguel Ángel Morales y Laje Armas, surgió en La Graciosa. "Un día por las fiestas del Carmen vimos a una mujer llenando baldes de agua en Caleta de Sebo con una manguera y pensamos por qué no hacer una verbena pasada por agua en La Caleta. Cada año se apunta más gente", aseveró Armas. Los dos recibieron un detalle ayer por la ocurrencia.

El alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, felicitó la Comisión de Fiestas “por el éxito de las mismas y por su gran trabajo e implicación, así como a su grupo de Gobierno por estar a la altura de la normativa, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, voluntariado, Consorcio de Emergencias, Policía Local y Canaria, y al equipo de limpieza”.

“A todos ellos les debemos que cada año reine el buen ambiente y el respeto en el pueblo de la Caleta en unos días de celebración multitudinaria, y que una vez más se salda sin incidencias reseñables”, destacó Betancort. “Desde el primer hasta el último día, vecinos y visitantes han podido disfrutar de los actos con plena normalidad, gracias a la implicación de aquellos que velan por la seguridad de todos y también de los que han estado al pie del cañón para mantener limpios los espacios públicos tras la fiesta”, añadió.

Sin incidentes destacables

Caleta de Famara despide el verano de Lanzarote con civismo y apenas sin indicentes personales, resaltó hoy el edil Robayna. Detalló que entre la noche del sábado y la madrugada del domingo los equipos sanitarios realizaron 18 curas leves y dos traslados en ambulancia al Hospital General Doctor José Molina, en Arrecife, uno por ansiedad y el otro por un golpe en el tabique nasal del paciente.

En la noche del viernes no hubo evacuaciones y se hicieron siete curas leves, añadió el edil.

Un dispositivo formado por unos 80 efectivos de la Guardia Civil, Policía Local de Teguise, Protección Civil de Teguise y Arrecife, Emerlan, Sanidad y Policía Local Canaria, cuerpo que se sumó por primera vez este año al operativo, veló por la seguridad de las miles de personas que se trasladaron a La Caleta este fin de semana.

La Concejalía de Limpieza ha redoblado los esfuerzos para asear las zonas públicas y reducir al mínimo las consecuencias del paso de miles de personas por Famara entre el viernes por la noche y el domingo al mediodía, una localidad hasta la que se extiende la figura de protección del Parque Natural del Archipiélago Chinijo. De hecho, en varios puntos del pueblo no se podía aparcar y los que lo hicieron, pese a la advertencia de los carteles municipales que advertían de la prohibición, no se libraron de las multas.