Tinajo.

Homenaje de la Iglesia al beato Jacinto Vera Durán en la parroquia de Tinajo

Los obispos canarios depositan en el templo un retrato del primer mitrado de Uruguay

El alcalde en funciones de Tinajo, Jesús Machín, flanqueado por los dos obispos de Canarias y las hermanas Durán Sosa, entre otros. Detrás, el retrato del beato Jacinto Durán.

El alcalde en funciones de Tinajo, Jesús Machín, flanqueado por los dos obispos de Canarias y las hermanas Durán Sosa, entre otros. Detrás, el retrato del beato Jacinto Durán. / C. P. L.

La iglesia de San Roque, parroquia de Tinajo, acogió la tarde del martes un homenaje a su hijo Jacinto Vera Durán, primer obispo de Uruguay, que recientemente adquirió la condición de beato bajo el papa Francisco. Tras una misa oficiada por los obispos de Canarias José Mazuelo Pérez y Bernardo Álvarez Afonso, los prelados depositaron en el templo un retrato del venerable realizado por el artista Roberto Miranda.

La parroquia de San Roque, a la salida de los asistentes al homenaje a Jacinto Vera Durán.

La parroquia de San Roque, a la salida de los asistentes al homenaje a Jacinto Vera Durán.

Los padres de Jacinto se casaron en la iglesia donde recibió el entrañable reconocimiento en 1800. A finales de 1812, Gerardo Vera y Josefa Durán dejaron sus tierras de Tinajo para marchar rumbo a América del Sur. Mientras el barco navegaba hacia la costa sur de Brasil, nace el que sería con el tiempo el primer mitrado del país latinoamericano. De la expedición también forman parte otros tres hijos de la pareja, Francisco Antonio, Dionisio Antonio de los Dolores y María Teodora.

Primer obispo de Montevideo

Corría el año 1832 cuando Jacinto Vera Durán empieza en Montevideo, en una Casa de Ejercicios Espirituales, su iniciación espiritual. Marcha después a Buenos Aires para formarse en teología, todo ello con gran provecho y sacrificio. En 1841, todavía en Argentina, recibe la ordenación sacerdotal y ofrece su primera misa.

Su primer destino será la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Canelones (Uruguay), donde servirá durante 19 años. A partir de esa etapa, Jacinto Vera Durán inicia una fructífera carrera, siempre con los humildes, no exenta de padecimientos por un enfrentamiento que tuvo con el poder político debido a su negativa a dar sepultura cristiana al masón Enrique Jacobsen. Sufrió destierro en Buenos Aires. En 1863, el gobierno de Montevideo autoriza su regreso. Es recibido con entusiasmo por el pueblo. En 1878 fue nombrado primer obispo de Montevideo, puesto en el que alcanzó la cima de su popularidad.

El homenaje que recibió en Tinajo tuvo una gran acogida. No faltaron asistentes conectados con el árbol genealógico de Jacinto Vera Durán, como las hermanas Durán Sosa, que en representación de la familia quisieron dejar constancia de su vínculo con el obispo procedente de Tinajo.