Miles de personas visitaron ayer los cementerios de la capital para rendir homenaje a sus difuntos y celebrar el Día de Todos los Santos. Aunque la afluencia de gente a los camposantos era constante, sobre todo durante la mañana, ha sido menor que otros años, una circunstancia que los gestores de los cementerios atribuyen a la crisis. "Está viniendo muy poca gente en comparación con otros años, y la que viene pone poquitas flores. No se ven esos ramos cargados como otros años. La crisis se nota", aseguraba ayer un hermano de la Congregación de la Resurrección. En cualquier caso, entre el jueves y ayer visitaron San Lázaro unas 25.000 personas. Ayer se recuperó un poco la afluencia -que había sido muy floja de jueves a sábado- con unos 8.000 visitantes, según los cálculos del encargado de Cementerios, Cristóbal Castellano. El camposanto del Puerto registró una afluencia de 2.000 personas y otro tanto el de Vegueta.

Pero los que sí han notado la crisis son los vendedores de flores, que han sufrido una reducción de más de un 50% en las ventas, según se quejaban ayer las responsables de varios puestos de San Lázaro. "Yo llevo viniendo 34 años y nunca había vendido tan poco como hoy. Se ve gente, pero va buscando las flores más baratas, como los claveles. Los gladiolos y las strelitzias cuesta venderlos", aseguró Dolores Pérez Ruiz.