El Puente de Piedra, La Pepa (el tranvía), guardias con casco tipo bobby y muchos paisanos con cachorro y paisanas con pañuelo en la cabeza. La ciudad que se pudo contemplar ayer en la trasera del teatro Pérez Galdós apenas se parece a la actual. Sin grandes edificios, sin avenida Marítima, sin polígonos masificados, casi sin tráfico... Era la ciudad que unos franceses filmaron en 1909 en varios cortos y que se descubrió casi por casualidad en 2005.

Con motivo de su centenario, esas películas fueron proyectadas ayer por primera vez ante público en un acto organizado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Filmoteca Canaria que congregó a un millar largo de personas en la plaza de Stagno. El alcalde Jerónimo Saavedra presentó la proyección que incluyó también imágenes de noticieros y extractos de películas entre los años 20 y los 50 del siglo pasado. "Espero que se identifiquen con el pasado pero sobre todo con el presente y con el futuro", les pidió el regidor. La Orquesta Sinfónica de Gran Canaria y la Banda Municipal se encargaron de interpretar la banda sonora con una pieza de Dmitri Shostakovich que acompañó a las imágenes mudas.

Mudos se quedaron también muchos de los asistentes al contemplar una ciudad casi desconocida. Un plano en el que se aprecia un campo de dunas más altas que las de Maspalomas sobre lo que hoy es la avenida Mesa y López, levantó un "¡oh!" generalizado en la multitud. El gesto se repitió con otra imagen de la Vega de San José llena de plataneras y sin rastro de bloques de pisos, ni hospital Insular, ni carretera, o cuando apareció en escena La Pepa cruzando Triana. Hubo un sector del público que hasta aplaudió la aparición del tranvía de la emoción.

Entre el público abundaban los vecinos más veteranos, jubilados que comentaban cada escena como si de una jugada de fútbol se tratara. "¿Te acuerdas?, ahí íbamos nosotros a jugar a las guirreas", le decía un paisano a otro mientras la pantalla mostraba una imagen de un palmeral en el barranco Guiniguada a las faldas de San Juan. "Mal impriaíto", lamentaba otro, nostálgico, al ver un Puente de Piedra lleno de coches y gente.

Algunos abuelos acudieron junto a sus nietos a la proyección y les iban identificando las imágenes en blanco y negro a los menores, que no salían de su asombro. "Mira, eso es el muelle Santa Catalina, ése es el muelle que había en San Telmo, ésa era la antigua pescadería de Vegueta...", le relataba uno de esos abuelos a un niño con los ojos como platos.

"Ha estado muy bien porque las imágenes tenían buena conservación", afirmaba Juan Martín al finalizar la proyección, "no me ha sorprendido mucho porque son cosas que viví en mi infancia y juventud y de las que tengo buenos recuerdos".

"Todo me ha resultado muy familiar, el Puente de Piedra, el parque y el Muelle de Santa Catalina, los arenales en Mesa y López... menos de La Pepa me acuerdo de todo", aseguraba Marcial León. Este jubilado reconocía sentirse en otra época al ver las imágenes. "Me he emocionado mucho", cuenta, "era una ciudad muy bonita, sin escándalos y sin agobios, una ciudad que añoro aunque no tuviese las comodidades de ahora".