Los vecinos afectados por los ruidos de la marcha nocturna tienen que gastarse un mínimo de 1.400 euros para blindarse contra el ruido. La otra alternativa es llenarse de paciencia, aguantar la escandalera o mudarse a otra zona más tranquila, por lo que algunas personas hartas del ruido han optado por insonorizar sus viviendas.

Insonorizar, por ejemplo, una ventana de tamaño normal cuesta unos 700 euros, por lo que si la casa tiene más de cuatro ventanas a la calle o grandes cristaleras, la operación puede salir por más de 3.000 euros. Esta cifra aumenta mucho más si es necesario además insonorizar las paredes. Aislar un metro cuadrado de pared cuesta entre 26 y 28 euros.

Los expertos en aislamiento acústico consultados coinciden en que la mayor parte del ruido de la marcha nocturna se mete en las casas a través de las ventanas, salvo que se trate una discoteca o bar insonorizado, en cuyo caso, es complicadísimo combatir las vibraciones, porque el ruido se refleja a través de la estructura del edificio.

"El ruido que se produce en la calle hay que combatirlo con materiales que absorban, con materiales acústicos. Es por los cristales por donde entra más ruido porque este material no es capaz de absorber el sonido", explica Francisco Ortega, catedrático de Construcción Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSA) de Las Palmas. Por esta razón, aislando las ventanas se amortigua el 65% del ruido.

El blindaje de una ventana contra el ruido consiste básicamente en poner un doble cristal con un una cámara de aire de un centímetro entre ellos. Esa cámara de aire cumple la función de amortiguar la vibración del primer cristal.

El experto añadió que si por regla general eliminar la contaminación acústica es una tarea complicada, en las casas canarias la cosa se vuelve más compleja debido a las características de las edificaciones. "El problema es que en Canarias construimos las paredes con un solo tabique. En la Península se pone una pared más gruesa en el exterior, una cámara de aire y un tabique, que permite meter lana vegetal con la que se logra un gran aislamiento. En Canarias además, tenemos el inconveniente de los bloques, que constituyen auténticos puentes fónicos, que dejan pasar el sonido sin problemas", señala Ortega, quien añade que todo eso vuelve extremadamente complicado aislar las casas canarias, tanto del frío y el calor como del sonido. "Las paredes, cuanto más pesadas son, más aíslan", dice.

Así, la mejor fórmula para aislar acústicamente una casa es pegar a la pared una lámina de lana de roca, que absorbe el ruido, y encima una placa de yeso laminado. "Aislar las paredes", indica, "es un gasto asumible, porque no obliga a modificar la vivienda".

Mapa de ruidos

En cualquier caso, el código técnico de la edificación, aprobado en 2006, obliga a los promotores y propietarios de viviendas a aislar las casas, tanto del frío y el calor como del ruido. Toda obra nueva que se vaya a realizar tiene que tener, por ejemplo, cristales de protección contra el ruido.

De hecho, cuando el Ayuntamiento apruebe el mapa de ruidos, algo que está previsto para dentro de unos meses, todas las edificaciones tendrán que aislarse en función del ruido que haya en el entorno. El mapa de ruidos establecerá cuáles son las calles más ruidosas, debido al tráfico de vehículos, y en función de la intensidad habrá que adoptar una serie de medidas.

El concejal de Ordenación del Territorio, Néstor Hernández, señaló recientemente que la nueva urbanización de Tamaraceite-Sur, por ejemplo, tendrá que ir rodeada de una pantalla vegetal que impida que lleguen a las viviendas los ruidos de la circunvalación.