Dos pares de hermanas de origen cubano trabajaban ayer a destajo en la terraza Sailor's Bay, ubicada frente al punto de control de la organización de la ARC, en el Muelle Deportivo. Yumia y Yanet y Ruth y Katherine son, además, primas hermanas. No esperaban la tarea extra que les deparó la mañana, con la suspensión de la salida de la prueba. Los tripulantes aprovecharon la demora para picar algo, tomar un café o una caña o incluso almorzar en los restaurantes de la zona, porque el tiempo (viento y eventuales chubascos) no invitaban a abandonar el recinto. Los establecimientos, al menos, pudieron hacer algo más de caja.

Aunque la lluvia no siempre ha sido un aliado de estos bares en los días precedentes. "Cuando ha caído, muchos clientes se han ido para su barco", explicaba Yumia. Las Dorta, que ese es el apellido que comparten las cuatro empleadas, comenzaron a llegar a la capital grancanaria hace una década. Desde entonces, son caras habituales y conocidas en la marina.

No todas las tripulaciones pudieron, sin embargo, disfrutar de una mañana tranquila. Algunas tuvieron que ajustar debidamente el toldo y achicar algo de agua (aunque esto afectó, sobre todo, a las embarcaciones más pequeñas de otros usuarios del Muelle Deportivo). El mayor susto lo originó un velero de bandera rusa, que se soltó del amarre durante la madrugada, para navegar a la deriva con el mástil roto y sin combustible. La guardamar Talia, de Salvamento Marítimo, procedió a su rescate.