Hace 34 años Asunción Ramírez, Chona como la conoce todo el mundo, comenzó junto a sus familiares y amigos a festejar a la Virgen de los Dolores de Schamann. Desde entonces no ha faltado ningún año a su cita, esta tarde disfrutó junto a sus allegados de la romería de su barrio. Fue hace tres décadas cuando empezaron de una manera muy modesta en la calle Rafael Mesa y López, en la zona de las casas del Patronato. "Somos los pioneros", indicó Chona. Ahora parten desde Pablo Penáguilas y es su hija, Lidia Ramírez, quien ha tomado el relevo en la tarea de organizar su representación en las fiestas por excelencia de Ciudad Alta.

Lidia y su amiga Luz Marina Santana cada año recorren la calle Pablo Penáguilas, puerta por puerta, recaudando comida o dinero, las pequeñas ayudas que puedan aportar para hacer su participación en la romería posible. "Somos de los pocos que llevamos aquí toda la vida, no hemos faltado nunca, es algo a lo que dedicamos mucho tiempo", señaló la hija de Chona mientras revisaba los últimos detalles de la carreta y se aseguraba que toda la fruta estuviera en buen estado.

En esta ocasión llevaron una máquina de antiguos fogones como alegoría, con unos muñecos de trapo vestidos con trajes folclóricos. "Luz Marina los ha hecho y yo los visto", apunta Lidia. "Los hemos reciclado, los hizo el año pasado para una boda de unos amigos, así que decidimos reaprovecharlos", continúa.

Bailando junto a los romeros de la carreta número 5, la de Pablo Penáguilas, está José Pérez quien no se pierde ningún año las fiestas de los Dolores. "Nací en Schamann pero a los siete años nos fuimos a vivir a otro barrio, aún así no hemos dejado de venir", apunta este hombre, quien sigue viniendo a Ciudad Alta después de más de 50 años.

Entre baile y baile pudo recordar las fiestas de su niñez, aquellas en las que las verbenas y las ferias llenaban la plaza de Don Benito. "Me acuerdo perfectamente de los papagüevos, que salían por la zona de Cuatro Cañones, había mucho más ambiente en general", hace memoria. "Aún así, ahora está esto estupendo, tenemos romería, tenemos conciertos", continúa.

Entre el corrillo de las carretas las parrandas no paran de cantar sus repertorios. El Somos costeros fue de lo más sonado a lo largo de la calle Pedro Infitinito. La parranda Guanache prefirió entonar El Caracol para agrupar a sus treinta componentes, mientras acompañan a la carreta oficial de la Zona Comercial de Schamann. "Somos de La Paterna y venimos desde hace ya tres o cuatro años, pocas romerías nos perdemos", resaltó Germán Pulido Godoy, su director.

La agrupación folclórica necesita ensayar dos veces en semana para poder afinar correctamente en todas sus citas. El próximo domingo estarán en la romería del Rosario de Vegueta y la siguiente irán a las fiestas de Valleseco. "Luego hay que prepararse para la Navidad, los villancicos, y después están las misas canarias, todo el año tenemos faena", explicó Godoy.

Unos pasos más arriba estaba la familia Tejera, quienes realizaron un emotivo homenaje a a Rafael Tejera, un incondicional de la romería desde que comenzó en 2001 hasta que falleció, hace ahora ocho años. "Desde entonces no nos habían dado una carreta, siempre llegábamos tarde al reparto, pero este año nos pusimos los primeros y aquí estamos", apuntó María del Pino Tejera, una de las hijas del difunto romero. "Por eso este año le hemos hecho un homenaje en la carreta poniendo su foto, me siento muy orgullosa de poder recordarle así", continuó.

Su hermana Carmen Rosa y su madre María del Carmen Santana hicieron con ella todo el recorrido hasta la iglesia de Schamann. Además del cuadro de Rafael la carreta tenía una pileta de las antiguas, "del año catapún", exclamó la viuda. Entre las tres se pasaron varios meses recolectando la comida, comprando las flores, haciendo las liñas y preparando la ropita que después colocarían en la particular pila de lavar la ropa.

Tipismo al frente

El color y el tipismo inundaron en la tarde de ayer las calles de Ciudad Alta. Las siete carretas que participaron este año, una más que en 2016, salieron desde la zona más alta de Pedro Infinito pasadas las cinco y media de la tarde. Bajaron la cuesta para meterse por Zaragoza y luego bajar hasta la iglesia de los Dolores y la plaza de Don Benito. Allí los romeros hicieron su ofrenda a la patrona, mientras los pequeños disfrutaron de las atracciones y los chiringuitos.

En la comitiva de la carreta del Ayuntamiento capitalino iban Félix Suárez, presidente de la comisión de fiestas de Schamann; Mario Regidor, concejal del distrito Ciudad Alta; y las damas de honor, a falta de la reina de las fiestas quien se encontraba "indispuesta", según señaló el edil.

Lydia Martín, tercera dama, y Ainhoa Ramos, segunda dama sí acompañaron a la carreta institucional. Para ambas es la primera vez que ganan un puesto en un certamen, pero supieron defender su galardón aguantando el lento paso de la romería.

Las fiestas de Schamann culminan mañana por la tarde, con la solemne procesión de la Virgen de los Dolores por las principales calles del barrio. Además, se entregarán los trofeos a las distintas competiciones que se han celebrado estos días. Antes, habrá una gran fiesta infantil.