Luis Saavedra Tavío tenía unas cuantas botellas de champán Moët & Chandon preparadas para la Nochebuena, pero cuando dieron las dos de la tarde de ayer ya habían caído todas. El champán corrió por las gargantas, el pelo y la ropa de los fiesteros y terminó bañando los adoquines de Ripoche. Papá Noel, que también estaba allí -como todos los años por esta época- terminó empapado, pero seguía tocando la campana, convertido en la pura imagen de la felicidad.

La euforia de los propietarios y de las empleadas de la tienda contagió a todos los vecinos y dueños de los restaurantes y comercios de al lado que se acercaron para celebrar la fortuna. El pequeño tumulto llamó la atención de los que pasaban por allí, que acudieron también presos de la curiosidad. Total, que con trasiego, atravesar la calle se convirtió en una misión cuasi imposible. Cuando llegaron las cámaras de televisión, el jolgorio rozó el delirio.

"¡El Gordo cayó aquí!, ¡El Gordo cayó aquí!, "Ese gordo, ese gordo, ehh", se oía en medio de la locura, mientras los cruceristas que hacían su ruta contemplaban la parranda con cara de desconcierto y cierta envidia. Difícil saber si alguno de los que saltaban de alegría era uno de los afortunados con los dos quintos premios o el Gordo. Si no eran los anónimos beneficiados por el azar, lo parecían mucho, tal era la euforia que andaba desatada.

La tabaquería La Esfinge, en la calle Ripoche, transformó la esquina del parque Santa Catalina en una fiesta . Y es que no todos los días se deja caer el esquivo Gordo por estos lares, aunque sea en forma de un nada despreciable pellizco de 800.000 euros.

Cristina Quintana, empleada de la tabaquería lo había augurado, medio en broma medio en serio, desde primeras horas de la mañana. Y acertó. Después de dos quintos premios, el premio Gordo se dejó caer ya entrado el mediodía.

La popular tabaquería de Ripoche, que sólo vende décimos de lotería a través de una terminal, la número 43645, ha vuelto a repartir la suerte este año. El más madrugador fue el 29031, un quinto premio. Sobre las once de la mañana se dejó caer otro quinto, el 2308. Y ya casi al final del sorteo, aterrizó un pellizco del Gordo, el 03347.

La campana de Papá Noel López se arrebataba con cada premio. De hecho, según Luis Saavedra Tavío, uno de los dueños, es Papá Noel el que trae la suerte a la tienda, que el año pasado repartió 125.000 euros del segundo premio de la lotería de Navidad. Saavedra desconocía todavía a cuanto ascendía la cantidad repartida. Al final del día pudo saber que habían distribuido casi un millón de euros. En total fueron dos décimos del Gordo (800.000) y un décimo de cada quinto (6.000 euros cada uno). Sólo se dejó caer por el lugar - al menos a cara descubierta- la ganadora de uno de los quintos, que se sumó a la celebración.

"Papá Noel es nuestro talismán", aseguraba Saavedra Tavío, que estaba más contento que unas maracas, pese a que no le había tocado ni un euro en la lotería. "Lo más bonito que tiene este trabajo es hacer feliz a tanta gente", exclamaba mientras intentaba saludar a todos los vecinos, amigos y dueños de otros comercios que acudieron a noveleriar y a sumarse al jolgorio.

"El año que viene", anunció Saavedra, "vamos a volver a romper los moldes. Felicidades a quien le ha tocado y al que no le ha tocado también. El año pasado ya dimos el aperitivo con el segundo premio. Estamos contentos por hacer felices a mucha gente. Me lo estoy pasando pipa. Es una felicidad que no se puede explicar. Es la bomba".

Con todo, el más feliz de todos era Juan López, primo de uno de los dueños de la tabaquería, que todos los años desde hace nueve se enfunda se vuelve Papá Noel entre el 15 y el 24 de diciembre y se aposta a la entrada para felicitarle las fiestas al todo el que se deje. Y al que no, también. "Me gusta mantener la ilusión y la sonrisa", explicaba.

Raro es el que alguna vez no ha pasado a comprar por la tabaquería La Esfinge, que lleva en el parque desde hace más de 80 años. Saavedra y su socio la regentan desde 2004. Despachan lotería de máquina desde hace unos siete años. "Este es el que va a tocar en el sorteo del Niño", anuncia, "mientras esgrime un décimo con el número 70543".