Los ascensores y escaleras mecánicas de la ciudad contarán con un nuevo sistema de cámaras de seguridad y sensores, con el objetivo de evitar los perjuicios de los actos vandálicos. Tanto la concejalía de Urbanismo como la de Vías y Obras se encuentran redactando el pliego técnico del proyecto, según han podido adelantar fuentes municipales. En la actualidad, los destrozos en estos elementos urbanos provocan anualmente un grave perjuicio económico a las arcas del Ayuntamiento. Sin ir muy lejos, el ascensor de Las Rehoyas, el cual comunica el barrio de Schamann con el parque homónimo, ha estado paralizado la mayor parte del último mes, primero por un fallo en el cuadro eléctrico y, después, por una serie de destrozos en los cristales de la estructura.

El nuevo sistema de seguridad se inspira en el que ya está en marcha en la escalera mecánica de La Cícer, según detallan desde el Consistorio. La estructura está monitorizada mediante ocho cámaras de vigilancia bajo control remoto las 24 horas al día, durante todo el año. De esta manera, es posible conocer en tiempo real los posibles actos vandálicos que se produzcan en la misma y, además, estas se pueden volver a poner en marcha sin que acuda ningún técnico de manera presencial. En caso de producirse algún tipo de percance, es la central de la empresa que gestiona el mantenimiento de la misma la que ver ifica qué ha ocurrido.

Este sistema es sobretodo eficaz, según el Consistorio capitalino, con las averías más frecuentes en este tipo de estructuras, que suelen ser la pulsación, voluntaria o involuntaria, del botón de parada. Pero, los ascensores y escaleras de la ciudad han sufrido destrozos de mayor alcance desde que se empezaran a instalar hace una década. La mayor parte de estas llevan sin funcionar años, denuncian sus vecinos, mientras que el resto lo hacen a duras penas. No obstante, desde el Ayuntamiento se asegura que las cámaras ayudan a disuadir a los gamberros.

Actualmente funcionan de manera intermitente tan solo los ascensores de Las Rehoyas y del Barranquillo Don Zoilo, sin contar con las escaleras de la pasarela de La Cícer, una estructura esta última inaugurada hace poco más de un año. Mientras, los elementos de movilidad vertical situados en San Antonio, San Juan y San José, El Risco y Lomo Verdejo llevan mucho tiempo sin funcionar, en algunos casos más de un lustro.

Precisamente, los vecinos de Schamann han denunciado estos días que el ascensor de Las Rehoyas lleva unas semanas sin sin subir ni bajar. Desde la concejalía de Vías y Obras, que dirige Inmaculada Medina, han asegurado que los técnicos ya están trabajando para reparar una serie de cristales rotos tanto en la cabina como en la parte baja, fruto de los actos vandálicos a los que se ve sometida esta estructura con cierta frecuencia. No obstante, ya estuvo paralizado a principios de diciembre durante días por un fallo eléctrico. Este se produjo también, presuntamente, de manera provocada.

Lo cierto es que en un mismo año el Ayuntamiento ha llegado a registrar en este lugar más de 300 incidencias. Y no solo roturas por golpes con piedras o palos, los vándalos han llegado a lanzar objetos en llamas o a utilizar catanas contra el mobiliario. Sin olvidar, los orines de animales y personas, los cuales producen corrosión en los materiales, además de malos olores.

La idea de Urbanismo, concejalía que dirige Javier Doreste, es que el nuevo sistema de seguridad y vigilancia resultante del proyecto que se encuentran redactando es que pueda ser aplicable a los elementos de movilidad vertical que el Ayuntamiento construya en un futuro. No obstante, existen ciudades españolas donde este tipo de medios facilitan ampliamente los desplazamientos en urbes con una orografía complicada, caso de la capital grancanaria.

Por el momento, el borrador de los nuevos planes de ordenación de los Riscos incluyen varios de estos elementos, especialmente en San Juan y en San Nicolás. Igualmente, el Consistorio tiene en mente otras estructuras similares en varias zonas de la ciudad, pues consideran que crear conexiones de este tipo facilitarían enormemente los desplazamientos entre los barrios de Ciudad Alta y los del centro.