El otoño llegó y lo hizo de golpe. La borrasca atlántica que estos días circunda el Archipiélago descargó con fuerza por momentos sobre la capital, obligando a sacar paraguas y abrigos.

El otoño llegó de golpe. Un chubasco logró atascar este viernes las principales vías de comunicación de Las Palmas de Gran Canaria en poco más de media hora. Las primeras precipitaciones reseñables en meses pillaron a más de uno desprevenido -a pesar de los avisos lanzados por la Aemet-, y es que llevaba sin llover de manera intensa desde hacía demasiados meses.

Los diferentes servicios municipales registraron una serie de incidencias, todas de poca entidad eso sí. La Policía Local anotó 55, Limpieza 24 y Bomberos ocho; la mayoría relacionadas con accidentes en varias calles y avenidas, el alcantarillado, pequeñas inundaciones o el arrastre de lodos en zonas de ladera.

Tráfico lento en la Avenida Marítima en un día de lluvias

Tráfico lento en la Avenida Marítima en un día de lluvias La Provincia

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Lluvia en Gran Canaria (26/11/21) Juan Castro

En una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria -la capital de provincia de España donde menos llueve de media al año- el escepticismo ante la lluvia suele ser lo habitual, pero finalmente, poco antes de las 11 de la mañana la borrasca hizo acto de presencia. La tormenta, que vino acompañada de aparato eléctrico de manera puntual, descargó con fuerza desde un primer momento sobre el litoral norte de la Isla y en apenas media hora logró que las escorrentías hicieran saltar varias alcantarillas, correr las aguas por el barranco de La Ballena hasta la playa de La Cícer y provocar atascos en la Avenida Marítima o Juan XXIII.

En Rafael Cabrera un semáforo dejó de funcionar y el barro y las barranqueras llegan a plaza de España

A los poco acostumbrados palmenses al agua les tocó este viernes sortear charcos y alcantarillas rebosantes, como las dos que saltaron en San Bernardo con Viera y Clavijo, y soportar un día tedioso al volante. La primera tormenta dejó poco más de 10 litros por metro cuadrado, según datos de la Aemet. La borrasca dejó al final de la jornada 15,9 litros en la zona de la plaza de La Feria. Además, los chubascos y el cielo nublado hicieron que las temperaturas no alcanzaran los 20 grados en toda la jornada; de hecho la máxima se dio pasadas las nueve y media de la mañana, cuando aún lucía el sol de manera tímida.

Los charcos volvieron a los lugares habituales. Más allá de eso, la lluvia -que en esta ocasión no vino acompañada de fuertes rachas de viento- partió un árbol de la avenida Primero de Mayo. La rama de grandes dimensiones atravesó la calzada de lado a lado impidiendo el paso de los vehículos hasta su retirada. Mientras, en Rafael Cabrera con Munguía un semáforo dejó de funcionar. En paseo de Chil y plaza de España la barranquera arrastró barro y piedras tanto por la mañana como a primera hora de la tarde, cuando las precipitaciones regresaron. Los chubascos también provocaron filtraciones en los talleres de la Escuela de Arte.

Las toallitas tapizaron varias calles tras rebosar las alcantarillas, caso de Buenos Aires o Juan XXIII; al tiempo que un accidente de tráfico en Alvareda activaba a los medios sanitarios o la caída de cascotes en viviendas de La Naval o Luis Antúnez alertaron a los bomberos. Estos últimos también actuaron en Capitán Elíseo López Ordúñez -por encima del paseo de Chil- tras romperse una tubería. El culmen fue la escorrentía del barranco de La Ballena y el surco que dejó en la arena de La Cícer.